ORLANDO, Fla.—La moral de los bomberos, paramédicos, despachadores y paramédicos en el quinto condado más poblado de Florida es tan baja debido a una orden de vacunación que la seguridad pública se ve comprometida, dice el personal de emergencias.
Aproximadamente 500 de los hombres y mujeres que luchan contra incendios y se apresuran a las llamadas médicas al 911 están recibiendo reprimendas por escrito en sus archivos de empleo por negarse a vacunarse contra el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como el nuevo coronavirus.
Muchos dicen que le temen a la vacuna porque han respondido a las llamadas diarias a los hogares de personas que han sufrido daños graves o murieron poco después de la vacuna, dice un portavoz del grupo, el bombero Jason Wheat. Otros se oponen porque sienten que deberían tener derecho a elegir qué poner en sus cuerpos o tienen objeciones religiosas.
Las luchas internas resultantes sobre quién ha sido vacunado y quién no está causando tantos conflictos dentro del departamento que muchos socorristas están distraídos, estresados e imposibilitados de trabajar bien como equipo, dijo Wheat. The Epoch Times habló con otro bombero, un teniente y un bombero que está casado con otra bombero. Todos describieron una intensa presión en el trabajo que ha provocado agotamiento, depresión, problemas familiares, hostigamiento y una aterradora falta de cooperación y trabajo en equipo. Dos expresaron consternación por los tres suicidios recientes entre trabajadores del departamento. Ellos culparon al estrés que ha asolado al departamento desde que comenzó la pandemia.
La portavoz del Departamento de Bomberos del Condado de Orange, Lisa McDonald, se negó a realizar comentarios.
Wheat y 42 colegas están demandando al Condado de Orange. Un abogado del grupo presentó una moción el 1 de octubre pidiendo una orden judicial de emergencia para evitar que el condado exija a los empleados que se sometan a vacunas no deseadas. Los empleados dicen que al principio les dijeron que los despedirían si no se vacunaban. Más tarde, el condado cambió el plan para emitir reprimendas por escrito, dijeron los empleados. El departamento no habría podido brindar los servicios adecuadamente si hubiera una pérdida repentina de 500 empleados, alrededor del 38 % del departamento, dijo el bombero.
La demanda presentada por los empleados impugna una orden ejecutiva del alcalde del condado de Orange, Jerry Demings. La orden exigía que los empleados, incluidos los del Departamento de Bomberos y Rescate, recibieran al menos una vacuna a fines del mes pasado. Los abogados del condado se han negado a comentar sobre el asunto porque el litigio está pendiente.
El conflicto entre el condado de Orange y los rescatistas se intensificó aún más el 19 de octubre, cuando un jefe de brigada de bomberos, uno de los demandantes en el juicio, fue despedido por negarse a disciplinar a los empleados del departamento que figuraban como no vacunados.
Stephen Davis “fue despedido por no seguir una orden directa”, confirmó Lisa McDonald, portavoz del Departamento de Bomberos del Condado de Orange. «La insubordinación fue el resultado de su negativa a emitir medidas disciplinarias el 5 de octubre».
Davis fue contratado en abril de 2007 y ascendido a jefe de brigada en 2018, dijo, negándose a realizar más comentarios.
Davis ha dicho que se negó a emitir reprimendas por escrito a las personas bajo su mando porque el requisito de la vacuna es ilegal. Algunos empleados en la lista de medidas disciplinarias ya habían presentado exenciones religiosas que fueron aprobadas, dijo. Los supervisores indicaron que los registros de los empleados se rectificarían más tarde.
Su despido hizo que la moral del departamento se hundiera aún más, dijo Wheat, un veterano de 17 años y el Bombero del Año en 2019 de Florida.
«Es lo más bajo que he visto», indicó. Otros en el departamento se sumaron a su evaluación.
A los trabajadores no vacunados se les exige oficialmente que se hagan pruebas de COVID-19 una vez a la semana, dijo. Pero a veces, se ven obligados a realizarse la prueba por segunda vez. Y las pruebas suelen estar caducadas, dijeron él y otros a The Epoch Times.
Los trabajadores vacunados se burlan de los «sucios no vacunados», dijo Wheat.
La tensión entre los vacunados y los no vacunados crece día a día, dijeron los empleados de bomberos y rescate. Como resultado, el número de bomberos que se declaran enfermos ha aumentado, lo que obliga a los colegas a trabajar turnos extra largos que los dejan exhaustos. Algunos están renunciando y aceptando trabajos en otros lugares.
“La gente del condado de Orange está siendo perjudicada”, dijo Wheat. Los bomberos y los rescatistas “están peleando entre sí, sin concentrarse en sus trabajos. La seguridad es un problema».
“Nos encanta este trabajo porque queremos ayudar a la gente. Pero cuando estás distraído, no es bueno para la gente».
El temor a una acción disciplinaria o la pérdida del trabajo está causando una ansiedad extrema entre los rescatistas, dijeron varios empleados del departamento. Algunos colegas han llamado a Wheat llorando, expresando enojo, alarma, tristeza y frustración.
“Estamos con la gente de nuestro turno más que con nuestras familias”, dijo Wheat, de 43 años. “Esto es una vergüenza. Esto ha destruido nuestro departamento».
Algunos le han dicho que la tensión ha destruido sus matrimonios.
“He recibido una gran cantidad de mensajes de odio de ciudadanos que dicen: ‘¡Ve a ponerte la vacuna—deja de ser un punk!’ y muchas palabras peores que esas».
Pero «yo no la necesito», dijo.
Él descubrió que tenía el virus hace 16 meses cuando se sometió a las pruebas previas a una cirugía. Las pruebas muestran que ahora él tiene anticuerpos.
“Pero no estamos a favor ni en contra de la vacuna. Se trata de la libertad de elección. Si estamos en nuestro sano juicio, deberíamos poder decidir qué ponemos en nuestro cuerpo».
Los bomberos, paramédicos y técnicos de emergencias médicas tienen buenas razones para temer a la vacuna, dijo.
Después de que el presidente Joe Biden alentó a los empleadores a exigir las vacunas, los rescatistas atendieron diariamente a las llamadas al 911 de personas que acababan de recibir la vacuna y creían que les había hecho daño. Accidentes cerebrovasculares, convulsiones, desmayos, enfermedades graves, palpitaciones del corazón, coágulos de sangre y agrandamiento del corazón eran solo algunos de los problemas que, para él y sus colegas, parecían ser consecuencia de la vacunación. Un rescatista proporcionó las transcripciones de The Epoch Times de notas que describían la muerte de dos pacientes que acababan de recibir la vacuna y no tenían otras afecciones conocidas.
En septiembre, Wheat creó la Operación Freedom of Choice, una organización sin fines de lucro. Ahora, representantes de 15 departamentos de bomberos y sindicatos en Florida se reúnen semanalmente para discutir lo último sobre las ordenes de vacunación y cómo sus colegas aguantan la presión.
Rachel Rodríguez, una abogada de West Palm Beach que representa a Wheat y a los otros 42 rescatistas contra el condado de Orange, se ha hecho cargo de su lucha.
Ella dice que la demanda no debe considerarse como partidista.
“El problema aquí es la anarquía, la fuerza y la tiranía», dijo. “Me siento realmente privilegiada de trabajar en este caso porque, Dios mío, nuestra república está en problemas. Me siento honrada de trabajar con personas que están defendiendo” lo que creen que es correcto.
Rodríguez está molesta porque sus clientes trabajaron durante la pandemia, atendiendo a las llamadas en persona cuando muchos otros trabajadores del condado realizaban sus deberes trabajando de forma remota desde la seguridad de sus hogares. Esos mismos rescatistas, que habían sido aclamados como héroes, ahora tienen que preocuparse por cómo las reprimendas por escrito afectarán a su empleo.
El Cuerpo de Bomberos del Condado de Orange atiende a más de un millón de residentes y respondió a 124,000 llamadas en el último año fiscal mientras muchos que buscaban ayuda experimentaban síntomas graves por COVID-19.
Rodríguez pregunta por qué el condado de Orange todavía se encuentra en estado de emergencia, una condición que la ley de Florida permite hasta por 42 días. El estado de emergencia que permitió al alcalde Demings emitir la orden de vacunación debería haber expirado el 7 de septiembre, dice.
El alcalde ha dicho públicamente que los empleados no serán despedidos por no vacunarse.
«Pero mis clientes no están seguros de eso», dice. “Esto es anarquía versus imperio de la ley y el orden”.
Un comisionado del Condado de Orange preguntó durante una reunión pública si se podría imponer responsabilidad por homicidio por negligencia a los trabajadores no vacunados del Cuerpo de Bomberos del Condado de Orange por exponer a «una persona inocente (…) a algo mortal».
Rodríguez está trabajando con un grupo poco afiliado de abogados aliados en todo el país que comparten archivos y estrategias. El grupo fue organizado por el también abogado de Florida Jeff Childers, de Gainesville, quien entregó su práctica de derecho corporativo a otros abogados para poder concentrarse únicamente en lo que él llama «casos de libertad». Él ha estado asumiendo y ayudando en esos casos sin exigir una promesa de pago. Y él y otros abogados del grupo han estado ayudando en casos como el de Rodríguez y otros en todo el país.
También saltó a la batalla la fiscal general de Florida, Ashley Moody, quien pidió permiso a la Corte de Circuito en el condado de Orange el miércoles para presentar un escrito amicus en el caso. Se presenta un escrito amicus para mostrar el apoyo de una de las partes en un caso y para presentar información adicional, como la forma en que otros se verán afectados por las cuestiones abordadas en el caso.
«Estos políticos locales están abusando de su autoridad y tratando de arruinar las carreras de muchos de nuestros valientes bomberos», dijo Moody en un comunicado de prensa.
En una nueva muestra de apoyo del estado, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y otros funcionarios estatales celebraron una conferencia de prensa con el jefe despedido por insubordinación y otros del condado de Orange.
“Su derecho a ganarse la vida no debe depender de las vacunas contra COVID”, dijo DeSantis. “Cuando salieron las vacunas por primera vez, trabajamos muy duro para proporcionárselas, particularmente a nuestros ancianos, pero dijimos desde el primer día: la pondremos a disposición de todos, pero no la exigiremos para nadie, porque en última instancia queremos que las personas tomen las decisiones sobre lo que es correcto para ellos».
“Quiero un estado en el que las personas puedan mantener sus medios de vida, ganarse la vida y mantener a sus familias. Y si el gobierno federal o las grandes corporaciones están perjudicando a la gente, entonces tenemos la responsabilidad de dar un paso al frente y liderar».
Ese mismo día, en una conferencia de prensa, el alcalde del condado de Orange, Demings, respondió acusando al gobernador de utilizar a los bomberos para crear un «teatro político». La esposa del alcalde es la representante estadounidense Val Demings (D), exjefa de policía de Orlando, que está desafiando al senador republicano Marco Rubio de Florida. El hijo del alcalde, Antonio Demings, trabaja para el Cuerpo de Bomberos del Condado de Orange, como jefe de seguridad y bienestar.
“Si me preguntan cuál es mi respuesta al gobernador o a cualquier otra persona”, dijo el alcalde Demings, “Digo estas simples palabras: adelante”.
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