Un nuevo borrador de la cumbre del clima COP29 pide 250,000 millones de dólares al año de los países desarrollados a los países más pobres.
La presidencia de la cumbre sobre el clima COP29 hizo público el viernes el borrador del acuerdo financiero, mientras los gobiernos del mundo intentan acordar en Bakú (Azerbaiyán) un amplio plan de financiación para hacer frente a la financiación climática que supondría una transferencia anual de dinero. La cumbre se realiza del 11 al 22 de noviembre.
«Necesitamos un núcleo de financiación pública cercano al billón de dólares, junto con financiación adicional procedente de otras fuentes, para impulsar los cambios transformadores que necesitamos para limitar el calentamiento a 1.5ºC y aumentar la resiliencia climática», declaró a The Epoch Times Samuel Furfari, antiguo alto cargo de la Dirección General de Energía de la UE.
Los negociadores tienen hasta el viernes para ultimar el acuerdo, cuyas discusiones se prolongarán durante horas extraordinarias, según se dice, empañadas por la incertidumbre sobre el papel de Estados Unidos bajo el mandato del presidente electo Donald Trump, partidario de los combustibles fósiles.
Además de los 250,000 millones de dólares, el borrador también establece un objetivo más amplio para recaudar 1.3 billones de dólares anuales en financiación climática para 2035, que incluiría financiación de todas las fuentes públicas y privadas.
«Un 5 por ciento del PIB»
Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, afirmó que unos efectos climáticos incontrolados podrían disparar la inflación mundial.
Stiell instó a los líderes el 12 de noviembre a «reformar el sistema financiero mundial», describiendo la financiación climática como un «seguro contra la inflación mundial».
El 20 de noviembre dijo: «Ninguna nación está ganando esta lucha. Todas las economías están siendo asediadas por los desastres climáticos, que en algunos países están reduciendo hasta en un 5 por ciento el PIB. Y son las personas y las empresas las que están pagando el precio más alto».
«Llevamos a cabo un proceso de consulta amplio e inclusivo que se prolongó hasta altas horas de la madrugada», afirmó la COP29 en un comunicado.
Inadecuado
Daniel Lund, negociador de Fiyi, dijo a Reuters que aún quedaba mucho camino por recorrer.
«Es una cifra muy baja en relación con las pruebas disponibles sobre la escala de la necesidad que existe y la comprensión de cómo evolucionarán esas necesidades», dijo.
Los activistas también criticaron la cantidad propuesta por insuficiente.
Stephen Cornelius, director adjunto de Clima y Energía de WWF, declaró el 22 de noviembre: «El texto sobre financiación de la lucha contra el cambio climático es completamente inadecuado. Ahora tiene un objetivo de financiación, pero falla por completo. La cantidad es demasiado baja, y los países ricos ni siquiera se comprometen a aportarla en su totalidad».
«Siempre pasa lo mismo», afirma Furfari, exalto funcionario de la Dirección General de Energía de la UE.
«La única diferencia este año es que no hay activistas disfrazados de osos polares. Este año no están porque saben que es ridículo, ya que los osos polares son cada vez más numerosos».
También señaló que los países árabes rechazaron cualquier mención a los combustibles fósiles en el texto.
El Grupo Árabe informó el 21 de noviembre que el grupo de 22 países rechazaba cualquier acuerdo de la ONU sobre el clima dirigido a los combustibles fósiles.
«El Grupo Árabe no aceptará ningún texto que apunte a sectores específicos, incluidos los combustibles fósiles», declaró Albara Tawfiq, funcionario saudí que habla en nombre del bloque, a los delegados en Bakú.
El Fondo de Pérdidas y Daños
El Fondo de Pérdidas y Daños aún se está ultimando en la COP29. El objetivo del fondo es que las naciones ricas que se beneficiaron de los combustibles fósiles durante la Revolución Industrial compensen a los países en desarrollo.
El 18 de noviembre se adoptó un plan de trabajo para 2024-2025, y pronto se conocerán los detalles financieros y de gestión definitivos. El año pasado se comprometieron casi 700 millones de dólares para el fondo.
Algunos expertos en derechos humanos de la ONU relacionan los fenómenos meteorológicos extremos en las naciones más pobres con desequilibrios históricos de poder arraigados en el colonialismo.
«[Entre 1850 y 2002,] los países industrializados produjeron tres veces más dióxido de carbono que todo el Sur Global», dijo en 2022 el relator especial de la ONU Tendayi Achiume, citando un documento de investigación de 2020.
«Sin embargo, es el Sur Global, y las regiones no blancas del mundo designadas colonialmente, las más afectadas y las menos capaces de mitigar y sobrevivir a la crisis ecológica mundial, en gran parte debido a los procesos coloniales que causaron las emisiones históricas en primer lugar».
La Loss and Damage Collaboration (LDC), que cuenta con el apoyo de la Fundación Heinrich Böll, un grupo ecologista afiliado a los Verdes alemanes, y el think tank socialista Rosa Luxemburg Stiftung, pidieron 1.3 billones de dólares anuales para mitigación, adaptación sobre pérdidas y daños.
Un portavoz de LDC declaró anteriormente a The Epoch Times que el grupo cree que la financiación a la lucha contra el cambio climático es una obligación moral.
«Los países desarrollados tienen una deuda climática con los países en desarrollo por haber causado la crisis climática y por la apropiación de la atmósfera», declaró el portavoz.
Con información de Reuters
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