Brasil busca fortalecer sus vínculos con Beijing, pero no se unirá a la emblemática Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (BRI, por sus siglas en inglés), según indicó el lunes un alto funcionario brasileño.
Celso Amorim, principal asesor del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó: «La palabra clave es sinergia. No se trata de firmar, como una póliza de seguros».
Las declaraciones de Amorim se realizaron en una entrevista con el principal diario brasileño, O Globo, publicada el lunes.
Estas declaraciones surgieron en medio de expectativas sobre la posible incorporación de Brasil a la BRI tras años de conversaciones, y antes de la visita programada para noviembre del líder chino Xi Jinping a Brasil para la cumbre del G20 en Río de Janeiro.
Brasil es actualmente uno de los tres países sudamericanos que no participan en la BRI. Este verano, Lula anunció que su gobierno elaboró una propuesta para unirse a la iniciativa.
Amorim viajó a Beijing la semana pasada junto con el jefe de gabinete de Lula, Rui Costa, para discutir la iniciativa.
Sin embargo, en la entrevista del lunes, Amorim aclaró que los dos países no estaban firmando un tratado, sino continuando las negociaciones, e indicó que no sería beneficioso para Brasil unirse formalmente a la iniciativa.
“No es cuestión de unirse”, dijo. “Lo que importa es que estos son proyectos que Brasil ha definido y que pueden o no ser aceptados por Beijing”.
Se estima que la BRI invirtió más de 1 billón de dólares en casi 150 países, muchos de ellos en vías de desarrollo, durante los últimos 10 años. Los expertos han advertido que esta asociación de inversiones obliga a las naciones a endeudarse con el Partido Comunista Chino (PCCh).
La entrevista ocurrió días después de que la representante de Comercio de EE.UU., Katherine Tai, participara en un evento en San Pablo, Brasil, donde instó a los líderes brasileños a realizar una evaluación de riesgos sobre la propuesta del PCCh. Los medios estatales chinos rápidamente criticaron las declaraciones de Tai calificándolas de «irrespetuosas».
Brasil y China mantienen actualmente una sólida relación comercial, especialmente en el sector agrícola. El volumen de comercio bilateral entre ambos países alcanzó casi 182,000 millones de dólares en 2023, un incremento del 6.1% respecto al año anterior.
China es uno de los principales destinos de las exportaciones agrícolas brasileñas, con 17,090 millones de dólares en productos agrícolas exportados de Brasil a China durante los primeros cuatro meses de 2024, según el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil.
Contratiempos en la BRI
El centro de estudios Lowy Institute, con sede en Sídney, informó a principios de este año que los principales proyectos de la BRI se estancaron, con una inversión inferior a la mitad de lo prometido por Beijing.
En el Sudeste Asiático, el PCCh invirtió 29,600 millones de dólares entre 2015 y 2021, muy por debajo de los 84,300 millones prometidos. Algunos observadores sostienen que la BRI se convirtió en el fracaso más costoso de Xi, uno que podría afectar al PCCh, que actualmente enfrenta una crisis financiera.
Según el informe, más de la mitad de la financiación incumplida por Beijing corresponde a proyectos cancelados o reducidos, debido en parte a la inestabilidad política, la corrupción y la débil gobernanza.
Los expertos señalan que la BRI frecuentemente provoca que los países más pequeños se endeuden con el PCCh, que a cambio obtiene beneficios financieros, políticos, de inteligencia o incluso militares de estos socios.
Durante una audiencia celebrada en mayo en el Congreso sobre la BRI, David Trulio, presidente y director ejecutivo de la Fundación e Instituto Presidencial Ronald Reagan, destacó que las asociaciones de la BRI también coinciden con la represión de los derechos humanos.
«Con una mayor integración [con China] a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, se limita la capacidad de esos países para actuar de manera que promuevan los derechos humanos, porque China ejerce una presión coercitiva sobre ellos», explicó Trulio.
«La preocupación tiene que ver con el uso dual, o incluso triple. Por ejemplo, un puerto comercial podría tener potenciales implicaciones para la recopilación de inteligencia o podría tener posibles usos militares en caso de conflicto».
El año pasado, Italia se retiró de la BRI, asestando un duro golpe a la iniciativa, ya que era la única nación del G7 que participaba en el proyecto.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, declaró a la prensa que Italia había esperado beneficios económicos, incluida la mejora del comercio con China, pero que la BRI «no produjo los resultados esperados». Meloni señaló que otros países que no firmaron acuerdos con la BRI pudieron mantener relaciones comerciales sin ella.
The Epoch Times intentó contactar al gobierno brasileño para confirmar las declaraciones de Amorim, pero no recibió respuesta al momento de la publicación.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.