RÍO DE JANEIRO/SHANGHÁI–Empleados chinos que trabajan en una obra en Brasil para una fábrica propiedad del productor chino de vehículos eléctricos BYD son víctimas de tráfico de personas, dijeron el jueves las autoridades laborales brasileñas en medio de una creciente controversia en el mayor mercado extranjero de BYD.
BYD y el contratista Jinjiang Group acordaron ayudar y alojar a los 163 trabajadores en hoteles hasta que se llegue a un acuerdo para poner fin a sus contratos, dijo el Ministerio Público del Trabajo en un comunicado después de reunirse con representantes de ambas empresas.
El breve comunicado no proporcionó detalles sobre cómo los fiscales habían llegado a su conclusión.
BYD y Jinjiang no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios el viernes. Jinjiang rechazó el lunes la evaluación de las autoridades brasileñas de que los trabajadores en la planta en el estado oriental de Bahía estaban operando en «condiciones similares a la esclavitud».
Jinjiang dijo, en una publicación en las redes sociales republicada por un portavoz de BYD, que la descripción de los trabajadores como «esclavos» era inexacta y que hubo malentendidos en la traducción.
BYD dijo inicialmente que había cortado los lazos con Jinjiang, pero un ejecutivo de BYD acusó posteriormente a «fuerzas extranjeras» y a algunos medios chinos de «difamar deliberadamente a las marcas chinas y al país y socavar la relación entre China y Brasil».
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China dijo el viernes que mantiene comunicación permanente con la parte brasileña para verificar la situación.
Los fiscales brasileños dijeron que se reunirán nuevamente con las empresas el 7 de enero para proponer un acuerdo.
La creciente influencia de China en Brasil
Un acuerdo podría liberar a BYD y Jinjiang de una investigación por parte de los fiscales laborales, pero aún podrían enfrentar el escrutinio de los inspectores laborales y de los fiscales federales, que solicitaron el intercambio de pruebas para que «se puedan adoptar medidas en la esfera penal», según el comunicado.
BYD está construyendo la fábrica para producir 150,000 automóviles inicialmente como parte de los planes para iniciar la producción en Brasil a principios del próximo año. Casi uno de cada cinco automóviles que BYD vendió fuera de China en los primeros 11 meses de 2024 fue en Brasil.
La fábrica se convirtió en un símbolo de la creciente influencia de China en Brasil y un ejemplo de una relación más estrecha entre ambos países. BYD invirtió 620 millones de dólares solo para establecer el complejo fabril de Bahía.
Los informes de irregularidades en Bahía podrían resultar un importante punto de fricción en las relaciones bilaterales.
Brasil viene buscando desde mucho tiempo atrás más inversión china. Pero el modelo de China que consiste en llevar trabajadores chinos a los países donde invierte, presenta un desafío para la creación de empleo local, una prioridad para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La investigación también llama la atención sobre BYD, que busca expandirse globalmente después de ganar dominio en China, el mercado automovilístico más grande del mundo, donde ahora ocupa más de un tercio del mercado de vehículos eléctricos e híbridos recargables.
BYD, que se prepara para superar en ventas a Ford y Honda a nivel mundial este año, vive una expansión extraordinaria en el país y en el extranjero, aumentando su capacidad y emprendiendo una ola de contrataciones masivas. La compañía tenía casi 1 millón de empleados en septiembre.
Si bien aún realiza más del 90 por ciento de sus ventas en China, BYD viene construyendo fábricas de vehículos de pasajeros en Hungría, México, Tailandia, Uzbekistán y Brasil para atender a sus principales mercados extranjeros y aumentando las inversiones en marketing en el extranjero.
Jinjiang también realiza construcciones para BYD en China, según los registros de la base de datos de información de empresas chinas Tianyancha.
Rara reacción china contra BYD
El caso provocó una reacción poco común en las redes sociales chinas contra BYD, lo que abrió un debate sobre los derechos de los trabajadores, y varios usuarios de internet dijeron que las condiciones de vida de los trabajadores en Brasil eran típicas de las que se encuentran en las obras de construcción en China.
Los fiscales brasileños publicaron videos de las viviendas de los trabajadores en los que se veían literas sin colchones. Dijeron que los trabajadores trabajaban durante horas excesivamente largas, a veces siete días a la semana, en condiciones que las autoridades calificaron como degradantes.
En Brasil, las «condiciones similares a la esclavitud» incluyen el trabajo forzado, pero también las condiciones de trabajo degradantes, las largas jornadas que suponen un riesgo para la salud de los trabajadores, la servidumbre por deudas y cualquier trabajo que viole la dignidad humana.
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