El legendario mariscal de campo de la NFL, Brett Favre, reveló en un testimonio ante el Congreso el 24 de septiembre que fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson, la cual no tiene cura.
Favre, que estaba testificando sobre un asunto no relacionado, dijo a los miembros del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes de EE.UU. que invirtió en una empresa que pensaba que estaba desarrollando un medicamento innovador para las conmociones cerebrales. Perdió la inversión porque las autoridades descubrieron que se había malgastado dinero público, parte del cual se envió al médico que dirigía la empresa.
«Como estoy seguro de que comprenderán, aunque es demasiado tarde para mí —recientemente me han diagnosticado Parkinson—, ésta es también una causa muy querida para mí», dijo Favre, refiriéndose al tratamiento de las conmociones cerebrales.
El Parkinson es una enfermedad para la que los investigadores no han identificado una causa, aunque las investigaciones han indicado que ciertos factores, como la edad, pueden desempeñar un papel.
Este trastorno del sistema nervioso comienza con síntomas como rigidez muscular y temblores, y empeora con el tiempo.
Algunos medicamentos ayudan a ralentizar la progresión de la enfermedad.
Favre, de 54 años, es un quarterback del Salón de la Fama que ayudó a los Green Bay Packers a ganar el Super Bowl XXXI.
El jugador de fútbol americano retirado fue relacionado con el mal uso del dinero de la asistencia social de un programa llamado Asistencia Temporal a Familias Necesitadas (TANF). Favre devolvió el dinero que recibió de una organización sin ánimo de lucro y que originalmente procedía del programa, según las autoridades de Mississippi. No ha sido acusado y niega haber cometido delito alguno.
«Las dificultades a las que mi familia y yo nos hemos enfrentado en los últimos tres años, debido a que ciertos funcionarios del gobierno de Mississippi no protegieron los fondos federales del TANF del fraude y el abuso, y están tratando injustificadamente de culparme; esas dificultades han dañado mi buen nombre y son peores que cualquier cosa a la que me haya enfrentado en el fútbol americano», dijo Favre a los legisladores en su declaración inicial.
El auditor de Mississippi Shad White, por ejemplo, afirmó que Favre recibió dinero que sabía que estaba destinado a los pobres. Favre y White están inmersos en una demanda por difamación por las declaraciones que han hecho.
Favre dijo a la comisión que cuando se enteró que la organización sin ánimo de lucro de la que recibía pagos por discursos había utilizado presuntamente de forma indebida fondos del TANF, devolvió el dinero al Estado sin hacer preguntas, a pesar de que prestaba servicios y sabía que no había hecho nada malo.
Favre recomendó a los legisladores que impusieran una mayor supervisión del TANF, alegando que los estados «tienen demasiada flexibilidad a la hora de gastar este dinero, lo que conduce al despilfarro y al abuso».
El representante Jason Smith (R-Mo), presidente del panel, dijo que el programa TANF «ha sido socavado por el despilfarro desenfrenado, el fraude y el abuso, lo que significa que menos dólares se destinan a los servicios para aquellos que realmente los necesitan».
Los problemas incluyen que los estados no están obligados a gastar los fondos en ciertas actividades, como las que apoyan a las personas de bajos ingresos conseguir o mantener puestos de trabajo, dijo Smith.
Smith agradeció a Favre su comparecencia, afirmando que el exquarterback «vio cómo la malversación y la mala gestión perjudicaban a las personas a las que se supone que ayuda la asistencia social».
El representante Richard Neal (D-Mass.), principal demócrata en el comité, dijo que los demócratas están dispuestos a aplicar reformas al programa.
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