Zengzi fue uno de los discípulos más destacados de Confucio. La siguiente historia refleja sus elevadas normas morales y su creencia en la honestidad en la crianza de los hijos.
Una vez, la esposa de Zengzi quiso ir al mercado, pero su hijo pequeño lloró para seguirla. Para calmarlo, le dijo: «Si te quedas en casa, mataré un cerdo para hacerte una buena comida cuando regrese».
Cuando su mujer volvió del mercado, Zengzi ató un cerdo y se dispuso a matarlo. Su mujer lo detuvo y le dijo: «Solo estoy jugando con el niño».
Zengzi respondió en tono serio: «No se debe jugar así con los niños. Son demasiado jóvenes para conocer cualquier principio; dependen de los padres para que les enseñen y aprenderán de ellos. Si le mientes hoy, le enseñarás a mentir. Si una madre miente a su hijo, este no creerá en la madre y no podrá ser educado».
Tras decir estas palabras, Zengzi mató al cerdo.
Fuente: «Han Fei Tzu», de Han Fei (circa 281-233 a.C.), príncipe y filósofo del Estado de Han.
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