Comentario
Recientemente, el Departamento de Educación de California aprobó algunas directrices de educación sexual para maestros de escuelas públicas.
Las nuevas pautas, que alientan a los maestros a discutir la identidad de género y las relaciones LGBT con estudiantes desde el jardín de infantes –incluso en medio de fuertes protestas de los padres– han generado controversia.
En lugar de centrarse en la difusión de mitos sobre el género, o incluso en informar a los maestros que deberían cubrir toda la gama de posibilidades de la educación sexual, quizás California debería enfocarse más en los logros académicos.
Durante los últimos tres años, el Departamento de Educación de California compiló un documento de 700 páginas que incluye investigaciones recientes sobre salud y educación sexual, particularmente conceptos progresistas de extrema izquierda sobre la así llamada fluidez de género. Aunque no se requiere que los maestros enseñen todas las directrices, este descarado intento de adoctrinamiento sigue el ejemplo de las prioridades progresistas de California. En 2015, el estado se convirtió en uno de los primeros en abordar los temas LGBT dentro de su plan de estudios de educación sexual.
Los padres y otros manifestantes se congregaron fuera de la audiencia celebrada en Sacramento, donde el Marco de la Educación para la Salud del estado consideró los cambios, pero finalmente solo hizo algunos.
En una declaración, el Departamento de Educación de California dijo: “Nuestra prioridad es hacer que todos los niños se sientan cómodos en la escuela. Disipar mitos, romper estereotipos y vincular a los estudiantes con recursos puede ayudar a prevenir el bullying, el autoflagelo, los sentimientos de desesperanza y las consideraciones serias sobre el suicidio”.
Algunos de los aspectos más controvertidos de las directrices que se recomendaron para su supresión incluyeron dos sugerencias de libros, “Cambiándote” y “S.E.X.O.: La guía de la sexualidad con todo lo que necesitas saber para atravesar tu adolescencia y tus veinte” –libros que sugieren temas inapropiados para niños demasiado pequeños.
“Cambiándote” está dirigido a niños pequeños, pero incluye ilustraciones de genitales femeninos y masculinos y descripciones del sexo. “S.E.X.O.” incluye descripciones de cómo realizar sexo anal y sadomasoquismo.
Aunque parece que estos libros fueron suprimidos de las directrices, todavía aparecen como recursos para los padres en el sitio web del estado de California.
Es espantoso que estos libros –ninguno de los cuales parece apropiado para presentar a los niños en edad escolar– fueran sugeridos para que los maestros los leyeran en las aulas.
Una cosa es enseñar a los estudiantes, cuando es apropiado para su edad, sobre lo básico del sexo. Otra muy distinta es enseñar a un estudiante sobre masoquismo o fluidez de género. Estos son temas que los padres pueden y deberían profundizar, cuando ellos y sus hijos estén listos para abordarlos. Este no es el trabajo del estado.
Algunas partes de las directrices siguen sugiriendo material inapropiado para que los maestros presenten a los estudiantes.
El Sacramento Bee informa: “A pesar de las grandes protestas, el departamento aprobó por unanimidad nuevas directrices para los grados de la escuela primaria sobre el tráfico sexual, orientación sexual y cómo apoyar a los estudiantes transgéneros y con inconformidad de género en el salón de clases”.
Las directrices de California dicen a los maestros que los estudiantes de jardín de infantes pueden identificarse como transgéneros, incluyen consejos para hablar sobre la masturbación con los estudiantes de escuela media, y crea “un ambiente que es inclusivo y desafía los conceptos binarios sobre el género”.
Aunque los estudiantes de California pueden negarse a participar en clases donde se discute la salud sexual, el estado requiere que los estudiantes asistan a clases que presentan temas sociales como normas, tales como la identidad de género y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Debido al hecho de que los estudiantes estadounidenses en promedio están luchando para mantenerse al nivel del resto del mundo en términos de rendimiento académico –particularmente en matemáticas y ciencias–, tal vez el estado de California podría considerar redoblar sus esfuerzos con respecto a lo académico.
En lugar de pasar la mayor parte de los últimos tres años compilando un manifiesto sobre temas sociales como el transgénero y actos sexuales pervertidos, tal vez el Departamento de Educación de California debería apegarse a alentar a los maestros a enseñar matemáticas, ciencias, escritura y lectura, para que cuando estos niños se gradúen, puedan competir con sus pares a escala mundial.
California no solo se está metiendo en la vida sexual de los niños, enseñándoles cosas que solo los padres deberían discutir, sino que también están distraídos de la verdadera meta de la educación, que es el éxito académico de un niño, no una sexualidad robusta o una mentalidad progresista.
Nicole Russell es escritora independiente y madre de cuatro hijos. Su trabajo se publicó en The Atlantic, The New York Times, Politico, The Daily Beast y the Federalist. Síguela en Twitter @russell_nm
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.
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