Es probable que los estudiantes de California ya no tengan que participar en las pruebas de aptitud física bajo una nueva propuesta del Gobernador Gavin Newsom por temor a que se promueva la intimidación y discriminación contra los estudiantes discapacitados y no binarios.
Actualmente, la ley estatal requiere que las escuelas de California realicen a todos los estudiantes de quinto, séptimo y noveno grado un examen de aptitud física (PFT) que está diseñado para medir la capacidad aeróbica, la fuerza y resistencia abdominal, la fuerza y resistencia de la parte superior del cuerpo, la fuerza y flexibilidad del extensor del tronco, la configuración del cuerpo y la flexibilidad.
Los exámenes de índice de masa corporal, que toman como base la altura y el peso, requieren que los estudiantes seleccionen un hombre o una mujer.
El objetivo principal de la prueba (pdf) es «ayudar a los estudiantes a comenzar hábitos de vida de actividad física regular», y los resultados se proporcionan a los estudiantes y a sus familias para supervisar la aptitud general, así como a la escuela, con el fin de controlar sus programas de educación física.
Sin embargo, las escuelas pueden dejar de realizar la prueba física hasta por lo menos el año 2023, ya que el Departamento de Educación de California está «consultando expertos» en relación con el «propósito y la administración de la prueba de rendimiento físico».
Según el proyecto de ley del presupuesto de la educación para 2020-2021 que se publicó la semana pasada, el departamento hablaría con expertos y otras partes interesadas «incluyendo, pero no limitado a, personas con experiencia en fitness, educación física personalizada, identidad de género y estudiantes con discapacidades, con el fin de proporcionar recomendaciones sobre el propósito y la administración de la prueba de rendimiento físico».
H.D. Palmer, portavoz del Departamento de Finanzas, dijo a San Francisco Chronicle que la cuestión principal «es si la prueba en su forma actual es discriminatoria, principalmente en términos de estudiantes no binarios, así como estudiantes con discapacidades».
«Dado el conjunto de investigaciones sobre los impactos de la intimidación en los estudiantes transexuales y de educación especial, esta pausa temporal permitirá echar un vistazo para determinar si la prueba actual puede ser modificada o si se debe desarrollar una nueva evaluación».
California ha estado utilizando la evaluación FitnessGram del Instituto Cooper, reconocida por la administración Obama desde 1996, que incluye evaluaciones de carrera, flexiones, acurrucamientos y estiramientos de «sentarse y alcanzar».
Sin embargo, un estudio publicado el año pasado por científicos de la Universidad Estatal de Luisiana y de la Universidad de Adelphi sugirió que, si bien las pruebas físicas no alejaban a los estudiantes de la educación física, tampoco fomentaban una actitud positiva hacia la participación.
«Nuestros resultados muestran que las opiniones extremas sobre este controvertido tema pueden ser infundadas, ya que las pruebas de aptitud física no desaniman a los estudiantes hacia la educación física ni fomentan una actitud positiva hacia la participación», dijo Kelly Simonton de la Universidad Estatal de Luisiana.
«Es más, las pruebas de aptitud física en las escuelas rara vez se utilizan para educar a los estudiantes sobre la aptitud física y a menudo se implementan de manera deficiente, por lo que no podemos dejar de pensar que el tiempo de clase sería mejor para equipar a los estudiantes con conocimientos y habilidades que apoyen más estrechamente el plan de estudios de educación física», agregó.
Sin embargo, los investigadores sugirieron que las pruebas de aptitud física podrían tener un mayor impacto si se implementaran como parte de un plan de estudios de educación física.
AP confirmó que el porcentaje de alumnos de quinto grado que obtuvieron una puntuación saludable en la categoría de aeróbicos ha disminuido en 3,3% en los últimos cinco años, mientras que en el séptimo y el noveno grado se han registrado disminuciones de 4,4% y 3,8%, respectivamente.
Por otra parte, el porcentaje de estudiantes identificados como que «necesitan mejorar» y que tienen un «riesgo para la salud» aumentó en 3,3% entre los alumnos de quinto grado, 4,4% para los de séptimo grado y 3,8% entre los de noveno grado.
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