Los responsables del agua y los meteorólogos de California afirman que el estado está más preparado para afrontar el invierno tras el «milagro» del año pasado, que supuso un diluvio de agua y nieve en sus embalses, agotados por la sequía.
El Estado Dorado empezó un nuevo «año hidrológico» el 1 de octubre con los principales embalses llenos por encima del promedio —alcanzando niveles del 128%— según California Water Watch, una división del Departamento de Recursos Hídricos del estado.
Tras tres años de sequía, el estado salió de la sequía a partir de una serie de tormentas en diciembre, y pudo proporcionar una asignación completa de agua a ciudades y condados, e incluso más, en algunos casos.
«Éste ha sido lo más parecido a un año milagroso que se puede tener, teniendo en cuenta la intensidad de las condiciones de sequía [en el estado]», declaró Karla Nemeth, directora del Departamento de Recursos Hídricos de California, en una rueda de prensa celebrada el 3 de octubre.
Un rápido cambio en los patrones meteorológicos en 2023 impulsó la recuperación hídrica del estado.
A una serie de nueve tormentas atmosféricas en diciembre y enero siguieron tormentas consecutivas y la tormenta tropical Hilary, que empapó el sur de California en agosto.
De octubre de 2022 a marzo, California recibió el 153% de las precipitaciones en promedio, lo que lo convirtió en el sexto invierno más lluvioso registrado en el estado, según el departamento estatal del agua.
En los últimos años, California experimentó patrones meteorológicos atribuidos al clima de La Niña, que se caracteriza por el agua fría del océano y la sequía.
Pero las temperaturas oceánicas se han calentado considerablemente este año, dando paso a un patrón climático de El Niño caracterizado por aguas más cálidas y tiempo más húmedo.
Como resultado, las tormentas del invierno pasado aumentaron el suministro de agua al Proyecto Estatal de Agua, el mayor sistema estatal de agua y energía del país, que abastece de agua a 27 millones de personas.
Como parte del proyecto, los niveles del lago Oroville se recuperaron y registraron el mayor aumento de la historia del proyecto, captando 3.5 millones de acres-pies de agua en los embalses desde el 1 de diciembre de 2022. Un acre-pie equivale a unos 326,000 galones de agua, o agua suficiente para inundar un campo de fútbol americano de 1 pie de profundidad.
El lago, situado a unas 75 millas al norte de Sacramento, está al 136% del promedio a partir de este año hidrológico, que se extiende hasta el 30 de septiembre de 2024. El lago se encuentra detrás de la presa de Oroville, la más alta de Estados Unidos.
«Entre el 1 de diciembre [de 2022] y el final del deshielo primaveral, el lago Oroville aumentó más de 240 pies de elevación y ganó más de 2.5 millones de acres-pies de agua», dijo Ted Craddock, subdirector del Proyecto Estatal de Agua, el 3 de octubre. «Es el mayor aumento que hemos visto en el almacenamiento del lago Oroville en una temporada desde que se construyó el lago en la década de 1960».
En esta época de 2022, el lago Oroville estaba a sólo el 64% de los promedios históricos y sólo contenía 1.2 millones de acres-pies de agua, dijo el Sr. Craddock.
El embalse de San Luis, gestionado conjuntamente por el estado y el condado de Merced, situado junto a la costa en el centro de California, se encuentra al 190% del promedio histórico, frente al 67% del año pasado por estas fechas, añadió.
Pero los niveles de agua subterránea, que es el agua retenida bajo tierra en el suelo o la roca, sólo se recuperaron parcialmente con el diluvio de precipitaciones de 2023, según Paul Gosselin, subdirector de gestión de las aguas subterráneas de todo el estado y del departamento de aguas del estado.
«Este año, los niveles de agua subterránea empezaron a recuperarse un poco, pero sólo parcialmente», dijo el Sr. Gosselin durante la rueda de prensa de esta semana. «Probablemente harán falta varios años más, además de lo ocurrido este último año, y esfuerzos más centrados en la recarga de las aguas subterráneas y la reducción de la demanda».
Los gestores del agua indicaron esta semana la posibilidad de más condiciones de El Niño.
«Puede que no sea húmedo, pero puede que no sea tan gravemente seco como algunos de los años que hemos visto recientemente», dijo a los medios de comunicación en la sesión informativa de esta semana el Dr. Michael Anderson, climatólogo estatal del Departamento de Recursos Hídricos.
Alex Tardy, meteorólogo jefe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) en San Diego, dijo que los meteorólogos sólo esperan una ligera probabilidad de precipitaciones superiores al promedio en el estado este invierno.
«Sigue habiendo una gran incertidumbre en las previsiones para el invierno», dijo el Sr. Tardy en una actualización el lunes. «El Niño afectará a los trópicos y a las corrientes en chorro, pero no sabemos exactamente dónde se alinean. Hay mucha incertidumbre».
El estado también está empezando este año hidrológico con más materiales para combatir las inundaciones que el año pasado, según Gary Lippner, subdirector de gestión de inundaciones y seguridad de presas del estado.
California dispone de unos 2.4 millones más de sacos de arena y más «muro muscular», un producto para controlar las inundaciones que sustituye a los sacos de arena y otras soluciones, dijo el Sr. Lippner.
Los responsables estatales del agua también están trabajando con los funcionarios locales y las agencias de los condados para proteger los sistemas y las infraestructuras contra las inundaciones, añadió.
El gobernador Gavin Newsom y la Legislatura invirtieron más de 430 millones de dólares en el presupuesto más reciente del estado para apoyar la respuesta a las inundaciones y proyectos para proteger a las comunidades de futuras inundaciones, según el departamento de aguas.
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