La Cámara de Representantes de EE. UU. aprobó el jueves una enmienda para recortar la ayuda económica a México por su falta de capacidad para frenar la producción y tráfico de fentanilo. La medida causó el rechazo del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
La enmienda, aprobada el 28 de septiembre, forma parte de la Ley de Apropiaciones de Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados del Departamento de Estado (HR 4665). La medida impactaría a los fondos de apoyo a México financiados a través del Fondo de apoyo Económico (ESF, por sus siglas en inglés).
La iniciativa fue presentada por el representante republicano Alex Mooney, quién consideró que la política de enviar doláres a México de los contribuyentes estadounidenses como incentivo ha fracasado, por lo que EE. UU. debe tomar acción. También dijo era una respuesta a las declaraciones del presidente López Obrador, donde señalaba que México no produce fentanilo.
“México no debería ser recompensado con fondos de apoyo económico cuando se niegan a detener la producción de fentanilo que ha matado a cientos de miles de estadounidenses”, declaró Mooney en un comunicado.
«Necesitamos asegurar nuestra frontera, pero también necesitamos que México se asocie con nosotros», agregó.“Es hora de cortar el financiamiento económico hasta que el presidente de los Estados Unidos pueda informar al Congreso que México está trabajando con nosotros para abordar el libre flujo de fentanilo a través de la frontera”.
Mooney también señaló que su estado, Virginia Occidental, “se ha visto muy afectado por la epidemia de drogas de los cárteles de la droga mexicanos”.
Por su parte, el presidente López Obrador rechazó la enmienda y pidió no tomarla en serio.
«Es una propaganda vil y corriente, no hay que tomarlos en serio, es pura publicidad para tratar de engañar a los ciudadanos de Estados Unidos, pero ya cada vez está más desgastada esta práctica tendenciosa, mentirosa, calumniosa, por eso no hay que tomarlo en serio», señaló López Obrador.
La tensión entre ambos países ocurre en el marco de la peor crisis de drogas en la historia de EE.UU, donde el año pasado se registraron más de 70,000 muertes por sobredosis de fentanilo, un potente opioide sintético cincuenta veces más fuerte que la morfina.
La Casa Blanca señala a los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación por producir el fentanilo en laboratorios clandestinos en México y luego traficarlo y distribuirlo en territorio estadounidense.
Sin embargo, la ley HR645 aún deberá pasar al Senado, de mayoría demócrata, y de ser aprobada pasaría a ser promulgada por el presidente Biden para convertirse en ley.
La iniciativa ya ha causado el rechazo del lado demócrata. La representante Barbara Lee consideró que recortar la asistencia del ESF a México “tendría graves impactos perjudiciales que paralizarían el trabajo que [Estados Unidos] hace para reducir la violencia, construir un mejor entorno empresarial y abordar las causas fundamentales de la migración”.
Esta semana, el Departamento del Tesoro de EE.UU., a través de su Oficina para el Control de Bienes Extranjeros (OFAC), sancionó a 9 miembros de la célula de “Los Chapitos” por su papel en el tráfico de drogas a Estados Unidos.
Siete de estos individuos enfrentan acusaciones ante una corte del Distrito Sur de Nueva York por una serie de cargos que incluyen el tráfico de fentanilo, tráfico de armas y lavado de dinero, según la OFAC.
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