Los legisladores de la Cámara de Representantes de Kentucky aprobaron un proyecto de ley que busca evitar que las personas transgénero participen en eventos deportivos escolares que no se alineen con su sexo biológico.
El proyecto de ley, SB83, conocido como «Ley Save Women’s Sports», argumenta que cualquier actividad atlética o deporte designado para «niñas» en los grados del sexto al duodécimo no debe estar abierto a los miembros del sexo masculino.
“El sexo de un estudiante con el fin de determinar la elegibilidad para participar en una actividad atlética o deporte se determinará por el sexo biológico del estudiante como se indica en el certificado de nacimiento del estudiante, tal como se emitió originalmente en el momento del nacimiento o adopción por la Oficina de Estadísticas Vitales de Kentucky o el registrador del estado o la agencia de otro estado encargado de la emisión de registros civiles», dice el proyecto de ley (pdf).
Por lo tanto, aunque una persona transgénero tenga un certificado de nacimiento modificado, no podrá competir en eventos deportivos de niñas.
Varios grupos se han presentado para criticar la legislación. El proyecto de ley es una “solución en busca de un problema inexistente”, dijo Samuel Crankshaw, portavoz de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, Kentucky, en un comunicado de prensa del 17 de marzo.
Si el proyecto de ley se convierte en ley, «pondrá en peligro la salud mental, el bienestar físico y la capacidad de nuestros niños para acceder a oportunidades educativas comparables a las de sus compañeros», declaró, a la vez que pedía al gobernador del estado, Andy Beshear, que vetara la «odiosa e inconstitucional legislación».
El Senado de Kentucky había aprobado el proyecto de ley SB83 en una votación de 27 votos a favor y 8 en contra en febrero. La Cámara aprobó el proyecto de ley SB83 con una votación de 70 votos a favor y 23 en contra el 17 de marzo. Como el proyecto de ley fue modificado en la Cámara, ahora volverá al Senado para su aprobación.
Durante la presentación del proyecto de ley en el Senado, el patrocinador, el senador estatal republicano Robby Mills, había destacado las diferencias entre los hombres y las mujeres biológicos para apoyar su caso.
“Un estudio australiano mostró que un niño de 9 años era más rápido en los sprints cortos en un 9.8 por ciento y en una carrera de una milla en un 16.6 por ciento”, dijo Mills. “Los atletas masculinos aún tienen ventajas incluso después de la supresión de testosterona. La terapia hormonal en hombres posterior a la pubertad no elimina sustancialmente la ventaja atlética masculina”.
Los grupos de mujeres se han opuesto anteriormente a permitir que los hombres biológicos compitan en deportes femeninos. Un grupo de 16 miembros del equipo de natación femenino de la Universidad de Pensilvania y sus familiares enviaron una carta a la universidad y a la Ivy League en febrero, pidiéndoles que se abstuvieran de cualquier litigio para permitir que su compañera transgénero Lia Thomas participara en las pruebas de la National Collegiate Athletic Association (NCAA).
Biológicamente, Thomas tiene una «ventaja injusta» en la competencia, argumentaba la carta mientras que señalaba que la clasificación del individuo había pasado del puesto 462 mientras era varón al número uno como mujer. Si se le permite competir contra niñas, Thomas podría potencialmente batir «los récords de natación femenina de Penn, Ivy y NCAA», algo que Thomas nunca podría haber hecho como varón.
“Hemos entrenado hasta 20 horas a la semana, nadando millas, corriendo y levantando pesas. Quedar al margen o ser derrotada por alguien que compite con las ventajas de fuerza, altura y capacidad pulmonar que solo pueden venir con la pubertad masculina ha sido extremadamente difícil», decía la carta.
Thomas finalmente participó en el campeonato de natación de la NCAA en la categoría femenina, ganando la competencia de estilo libre de 500 yardas superando a la segunda clasificada por unos 1.5 segundos.
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