Meses de interminables negociaciones sobre las asignaciones de presupuesto para el año fiscal 2024 de Estados Unidos podrían llegar pronto a su fin en el Capitolio.
Frente a dos fechas límite para el cierre del gobierno, el 8 y 22 de marzo, la Cámara de Representantes decidió el 6 de marzo, con 339-85 votos, aprobar un paquete legislativo de seis proyectos de ley de gastos con apoyo bipartidista.
El minibús, o pequeño ómnibus de 1050 páginas, autoriza la financiación para los departamentos de Agricultura, Comercio, Justicia, Energía, Interior, Asuntos de Veteranos, Transporte y Vivienda y Desarrollo Urbano, así como para la construcción militar, la Administración de Alimentos y Medicamentos y otras agencias.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (R-La.), celebró las “victorias políticas conservadoras” del paquete tras la publicación del texto, afirmando que impone “recortes drásticos a las agencias y los programas críticos para la agenda del presidente Biden”.
Específicamente, el minibús recorta los fondos de la Agencia de Protección Ambiental en un 10 por ciento, las asignaciones del FBI en un 6 por ciento y los fondos para la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos en un 7 por ciento. También incluye disposiciones políticas destinadas a controlar las agencias que, según los republicanos, fueron utilizadas como un arma contra los conservadores.
“Esta legislación prohíbe al Departamento de Justicia atacar a los padres que ejercen su derecho a la libertad de expresión, ante las juntas escolares, a la vez que impide a la administración Biden despojar a los veteranos de los derechos de la Segunda Enmienda”, dijo Johnson.
La medida de agrupar la legislación marcó un alejamiento del objetivo declarado por muchos miembros republicanos del Congreso —incluido del propio presidente de la Cámara— de acabar con la reciente práctica de gobernar a través de proyectos de ley colectivos masivos.
Tomando nota de esto, el Freedom Caucus de la Cámara de Representantes instó a los republicanos a oponerse al paquete legislativo y “cumplir sus promesas al pueblo estadounidense”.
“El Freedom Caucus de la Cámara se opone al proyecto de ley de gasto general de 1.65 billones de dólares, que se decidirá en dos mitades, la primera de las cuales se presentará a la sala esta semana bajo suspensión de las reglas. Incluso frente a los 34 billones de dólares en deuda nacional, el plan general superará los límites de gasto bipartidistas firmados como ley hace menos de un año y está cargado de cientos de páginas de asignaciones por valor de miles de millones”, dijo el grupo en una declaración del 5 de marzo.
“A pesar de dar a los demócratas niveles de gasto más altos, el texto general publicado hasta ahora apunta a casi todas y cada una de las prioridades de las políticas republicanas. Lo peor de todo es que el ómnibus renuncia a la influencia de los republicanos para obligar a los demócratas radicales a sentarse a la mesa para asegurar verdaderamente la frontera sur y poner fin a la liberación masiva, deliberada y peligrosa de extranjeros ilegales en Estados Unidos”.
Los proyectos de ley considerados bajo suspensión de reglas requieren una mayoría de dos tercios para su aprobación, pero también evitan los peligros que representan las votaciones del procedimiento.
Hablando con los periodistas antes de la votación, el Sr. Johnson reconoció que los republicanos no obtendrían todo lo que querían del acuerdo, y agregó que con solo una mayoría republicana de solo dos votos en la Cámara, esa era una realidad que su conferencia tendría que aceptar por ahora.
“Nosotros solo controlamos la mitad de un tercio del gobierno federal, por lo que tenemos que ser realistas sobre lo que podemos lograr. Pero a pesar de eso, tenemos un paquete de asignaciones que recortará el gasto discrecional no relacionado con la defensa, no VA, y aumentará el gasto en defensa”, dijo el presidente de la Cámara.
“Nosotros tenemos muchas más prioridades y cosas que necesitamos avanzar, pero la realidad, como todos reconocemos, es que tenemos que aumentar la mayoría en la Cámara, recuperar el Senado para el Partido Republicano y ganar la Casa Blanca. Yo estoy aquí para decirles que la razón por la que somos optimistas es que creemos que esas cosas sucederán en noviembre”.
Si bien destacó que cambiar la “memoria muscular” de Washington sobre las asignaciones llevaría tiempo, aseguró que el proceso para el año fiscal 2025 marcaría un regreso al orden normal.
Sus comentarios coincidieron con la suspensión de la campaña de la candidata presidencial republicana Nikki Haley, después de su decepcionante Supermartes. La decisión de retirarse allana el camino para que el presidente Donald Trump reclame la nominación del Partido Republicano.
Refiriéndose a la carrera presidencial, el presidente de la Cámara dijo que estaba «muy contento» con el éxito del expresidente y que esperaba trabajar con él el próximo año.
“Los representantes republicanos de la Cámara vamos a trabajar mano a mano con el nuevo presidente, el presidente número 47, que estamos convencidos será el presidente Donald Trump, y vamos a revertir la catástrofe, la crisis, el declive que describimos completamente esta mañana».
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