La Cámara de Representantes votó el 23 de mayo a favor de anular la norma de la administración Biden sobre las emisiones del tubo de escape de los vehículos pesados, el último golpe contra la agenda medioambiental del presidente en un Congreso, muy dividido, y el precursor de un esperado veto de Biden.
El breve texto legislativo anularía una norma presentada por la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) para camiones en diciembre de 2022.
La norma, que puede leerse aquí, «establece normas de emisiones más estrictas para reducir aún más la contaminación atmosférica, incluidos los contaminantes que generan ozono y partículas, procedentes de vehículos pesados y motores a partir del año modelo 2027», según la EPA.
Los vehículos pesados son aquellos con un peso bruto vehicular (GVWR) superior a 8500 libras. Las camionetas ligeras más pesadas, como la Ford F-250 y la Chevy Silverado 2500, tienen un GVWR superior, al igual que las camionetas aún más pesadas, como la Ford F-350.
La norma sigue a una orden ejecutiva de Biden y al «Plan de Camiones Limpios» de la administración. Las propuestas sobre emisiones de gases de escape de los vehículos publicadas en abril también pretenden frenar las emisiones de gases de efecto invernadero del sector del transporte estadounidense.
La legislación fue aprobada en la Cámara por 221 votos a favor y 203 en contra. Cuatro demócratas cruzaron el pasillo para unirse a los 217 republicanos que respaldaron la medida.
La ley es la mitad de una resolución conjunta aprobada por el Senado en abril, que salió indemne de una ajustada votación de 50-49 votos.
Si el presidente Joe Biden veta la resolución, los partidarios necesitarían una mayoría de dos tercios en ambas cámaras para superar su oposición. Se trata de un escenario poco probable.
Los legisladores van y vienen
En declaraciones previas a la aprobación de la resolución de la Cámara de Representantes, los republicanos expresaron su preocupación por la viabilidad de la norma y sus efectos secundarios.
El representante Troy Nehls (R-Texas), que encabezó los esfuerzos en la Cámara, dijo que la regulación de la EPA «aumentará significativamente los costos de los vehículos pesados».
«Los burócratas woke de Washington están en una cruzada por la justicia climática», afirmó Nehls R-Texas).
«El presidente Biden está impulsando descaradamente la electrificación de todo el sector del transporte sin tener en cuenta el importante riesgo medioambiental, económico y de seguridad nacional que provocará», declaró la representante Cathy McMorris Rodgers (R-Wash.), que preside el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes.
Por su parte, los demócratas alabaron las supuestas ventajas de las medidas de la EPA, que, según ellos, reducirán significativamente la contaminación nociva atribuible a los óxidos de nitrógeno de una manera tecnológica y económicamente viable.
«Esta norma es totalmente realizable. Por eso la industria la apoya en general», declaró el representante Frank Pallone (D-N.J.), miembro de mayor rango del comité de energía de Rodgers.
El representante Paul Tonko (D-Mich.), otro miembro del comité, dijo que la regla de la EPA conduciría a «menos muertes prematuras, menos visitas al hospital, menos días perdidos de escuela y trabajo, y sí, menos casos de asma infantil».
Un veto continuaría una tendencia de Biden
El veto de Biden sería la última medida del presidente para proteger su labor en materia de energía, medio ambiente y clima de las resoluciones conjuntas de los republicanos.
El 16 de mayo, Biden rechazó una ley para restablecer los aranceles sobre algunos paneles solares procedentes de China.
En abril, Biden vetó una medida que habría anulado su nueva norma sobre el agua.
En marzo, el primer veto de la presidencia de Biden, fue en relación a los criterios ESG, de inversión medioambiental, social y de gobernanza. Biden vetó una resolución conjunta contra la inversión con criterios ESG por parte de los gestores de fondos de pensiones.
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