Mientras Estados Unidos se centra en cuestiones internas como la lucha contra la pandemia, un experto afirma que China se apoderará inevitablemente de Medio Oriente.
Medio Oriente es históricamente una encrucijada mundial para el comercio y la energía debido a su abundancia de combustibles fósiles. Durante varios años, Estados Unidos y China, entre otros muchos países, han dependido del comercio energético de Arabia Saudí, Irán, Iraq, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar.
Karim Sadjadpour, analista de políticas de Carnegie Endowment, cree que Estados Unidos está dejando de centrarse en Oriente Medio. Durante una mesa redonda organizada por Carnegie Endowment for International Peace el 27 de mayo, Sadjadpour dijo que Estados Unidos ya no depende tanto de Oriente Medio en materia de energía, ya que cuenta con una enorme cantidad de recursos energéticos.
En el pasado, Estados Unidos ha desempeñado un papel importante para garantizar la seguridad de Israel cuando surgen conflictos entre los países de Oriente Medio. La seguridad de Israel sigue siendo un asunto importante para Washington. Pero, según Sadjadpour, algunos progresistas creen que Israel puede cuidarse a sí mismo y ya no requiere el mismo compromiso por parte de Estados Unidos.
«A medida que Estados Unidos reduce su presencia en la región, lo que crea un vacío para que las potencias externas lo llenen, creo que es inevitable que China vaya a desempeñar un papel más importante para llenar algunos de estos vacíos, y se va a involucrar en la política de la región de diferentes maneras», dijo Sadjadpour.
En el pasado, el principal objetivo de Beijing en Oriente Medio era garantizar el libre flujo de energía de la región hacia China. Para que esto ocurra, debe haber armonía entre las naciones de Oriente Medio.
Sadjadpour dijo que la estrategia de China en Medio Oriente ha cambiado de un relación apolítica y transaccional a una más politizada. En semanas recientes, China se ha involucrado más en los problemas de la región. Añadió que Beijing ha criticado la forma en que Washington ha abordado el conflicto entre Israel y los palestinos, al mismo tiempo que pedía justicia para los palestinos—a pesar del hecho de que China también tiene relaciones estrechas con Israel, dijo.
Sadjadpour también es experto en Irán. Utilizó a Irán como un ejemplo para explicar por qué cree que China se enfrentará una una reacción negativa, como la que recibieron Reino Unido, Francia y Estados Unidos en el pasado. Los iraníes están preocupados de que China esté proporcionando apoyo económico y estratégico a Irán, así como la tecnología para reprimir a sus ciudadanos. El régimen iraní utiliza tácticas opresivas para mantenerse en el poder.
«China se interpone entre ellos [los ciudadanos iraníes] y una sociedad más libre», dijo Sadjadpour. «A medida que aumenta la presencia de China en la región, no va a ser posible que China sea simplemente un actor económico apolítico en la región, y va a tener algunos costos y algunas reacciones negativas».
Recordó que durante las revueltas de 2009 en Irán, tres millones de personas protestaron en las calles por la reelección arreglada del entonces presidente Mahmud Ahmadineyad.
En julio de 2009, la multitud se reunió en la Universidad de Teherán para una oración de los viernes, que se convirtió en una gran manifestación. La letra de la oración no tenía los lemas habituales «Muerte a Estados Unidos» y «Muerte a Israel», y en su lugar la multitud antigubernamental coreaba «Abajo China» y «Abajo Rusia», porque consideraban que China y Rusia eran los propicidadores del régimen autoritario, dijo Sadjadpour.
Irán tiene una influencia considerable sobre los países vecinos, con milicias en Iraq y Yemen. El ataque de Irán a la empresa petrolera Saudi Aramco en Arabia Saudí en septiembre de 2019 provocó un incremento temporal de los precios del petróleo a nivel mundial. Estas cuestiones crearon inestabilidad en la región. Sadjadpour cree que es imposible que China permanezca apolítica mientras equilibra la soberanía y la estabilidad.
En el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, en inglés) de Beijing, la transferencia de recursos entre China y Oriente Medio está garantizada. Lanzada en 2013, la BRI pretende extender la influencia económica y política del régimen comunista chino a países de Asia, Europa, África y Oriente Medio recreando la antigua ruta de la seda y la ruta de la seda marítima de China para comerciar en el siglo XXI. La BRI invierte capital chino en la construcción de diversos proyectos de infraestructuras de alto costo en más de 60 países participantes.
En los últimos meses, el consejero de Estado chino Yang Jiechi y el ministro de Asuntos Exteriores Wang Yi han visitado Arabia Saudí, Turquía, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Omán. En sus giras han abordado el abanico de intereses que China tiene actualmente en la región, incluido un acuerdo de cooperación estratégica de 25 años firmado entre China e Irán en marzo. El acuerdo incluye actividades económicas como el petróleo y la minería, infraestructuras, turismo e intercambios culturales, entre otras cosas.
Sadjadpour cree que las cosas se pondrán más difíciles para el régimen chino a medida que crezca su influencia en Oriente Medio. China se encontrará con una reacción negativa por parte del pueblo, como hicieron las potencias europeas en el pasado, y «China está a punto de entrar en ese juego ahora», dijo.
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