El presidente electo, Donald Trump, dijo que el Senado no debería abolir el filibusterismo cuando el Partido Republicano tenga el control de ambas cámaras del Congreso a partir de enero de 2025.
El filibusterismo exige que la mayor parte de la legislación supere un umbral de 60 votos para pasar a la votación final. El objetivo es fomentar el bipartidismo.
«Quiero dejar la Corte Suprema como está, lo más importante», declaró a TIME en una entrevista publicada el 12 de diciembre.
Los demócratas pidieron la eliminación del filibusterismo para permitir numerosas iniciativas legislativas, incluida la ampliación del número de escaños en la Corte Suprema. Esto ha sido en respuesta a sentencias del tribunal, como la anulación del histórico caso del aborto Roe vs. Wade, que el partido rechazó.
«El filibusterismo es un mecanismo que no va a anular totalmente cada cosa que se ha hecho», dijo Trump.
«Lo hace muy difícil en el Senado. Hace que sea muy, muy difícil revocar cosas. En cierto modo, eso es bueno. En otro sentido, tal vez se diría que es malo. Así que respeto el filibusterismo».
Cuando se le volvió a preguntar si querría que siga en vigor, Trump dijo: «Sí».
Durante sus dos primeros años en el cargo, cuando el Partido Republicano tenía el control de ambas cámaras del Congreso, Trump pidió a los republicanos que abolieran el filibusterismo. El entonces líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, se negó a hacerlo.
«La muy anticuada regla del filibusterismo debe desaparecer», escribió Trump en X en julio de 2017 tras el fallido intento del Partido Republicano de derogar y reemplazar el Obamacare.
En marzo de 2021, sin embargo, Trump advirtió sobre los demócratas que querían acabar con el filibusterismo.
«Si se deshacen del filibusterismo, si lo eliminan, será catastrófico para el Partido Republicano», dijo a la personalidad conservadora Lisa Boothe.
El senador John Thune (republicano por Dakota del Sur), que será el líder de la mayoría del Senado a partir del 3 de enero, dijo el 13 de noviembre que el filibusterismo seguirá intacto.
En un discurso pronunciado el 21 de noviembre, Thune lo defendió.
«Esta herramienta esencial fomenta el compromiso y ayuda a garantizar que todos los estadounidenses, no sólo aquellos cuyo partido está en la mayoría, tengan voz en la legislación», dijo.
«El filibusterismo en el Senado está a salvo por ahora».
«Y aunque no tengo grandes esperanzas de que los demócratas cambien de opinión sobre la Corte Suprema, quizá el hecho de estar en minoría en el próximo Congreso les recuerde al menos la importancia de proteger los derechos de las minorías, independientemente del partido que esté en el poder, y les garantice que la próxima vez que los demócratas estén al mando no estén tan dispuestos a acabar con esta importante salvaguarda».
En los últimos años, los demócratas han pedido que el filibusterismo sea cosa del pasado.
El presidente Joe Biden ha pedido una excepción en el mecanismo para permitir la aprobación de legislación relativa al aborto y al voto. Pero Biden no ha llegado a pedir su completa eliminación.
En 2020, el expresidente Barack Obama calificó el filibusterismo de «reliquia de Jim Crow» que debería abolirse si fuera necesario para aprobar leyes sobre el derecho al voto.
La senadora demócrata Tammy Duckworth se mostró de acuerdo.
«Si tengo que elegir entre votar para proteger el derecho al voto de la gente o proteger el filibusterismo de 100 senadores, voy a votar por el derecho de los estadounidenses a acudir a las urnas. Preferiría que no tuviéramos que acabar con él, pero en este momento, si eso es lo que tenemos que hacer para salvaguardar la inviolabilidad del derecho de voto de los estadounidenses, entonces estoy dispuesta a hacerlo», declaró a SiriusXM en junio de 2021.
La senadora Kirsten Gillibrand (demócrata de Nueva York) dijo al Times Union en marzo de 2021: «Soy de la opinión de que deberíamos eliminar el filibusterismo a pesar de todos los riesgos».
En 2013, el entonces líder de la mayoría del Senado, Harry Reid (D-Nev.), puso fin al filibusterismo para los nominados del poder ejecutivo y los nominados para la judicatura federal, excepto la Corte Suprema.
Cuatro años más tarde, McConnell, como líder de la mayoría, lo eliminó para los candidatos a la Corte Suprema cuando no consiguió que suficientes demócratas avanzaran en la nominación de Neil Gorsuch para el más alto tribunal de la nación. Gorsuch fue confirmado, 54-45.
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