El primer ministro camboyano, Hun Sen, ordenó a las fuerzas armadas que recojan todo el armamento militar de fabricación estadounidense que se encuentre en el país y lo «destruyan» o lo guarden en almacenes, en respuesta a un embargo de armas que impuso Estados Unidos a Camboya por la influencia militar china en el país.
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el embargo el 8 de diciembre, citando la preocupación por la corrupción y los abusos de los derechos humanos en Camboya, así como la «creciente influencia militar china».
El objetivo del embargo, que modifica el Reglamento sobre el Tráfico Internacional de Armas (ITAR), es garantizar que los «artículos y servicios de defensa» que iban a ser importados o exportados por Camboya no lo hagan sin la previa revisión y aprobación del gobierno estadounidense.
Hun Sen reprochó a Estados Unidos por la medida, diciendo que es «un mensaje de advertencia» de Estados Unidos a la próxima generación de camboyanos para que no utilicen armas fabricadas en Estados Unidos si quieren proteger la independencia del país.
«Me gustaría ordenar a todas las fuerzas armadas que hagan una revisión urgente de las armas y el equipo militar que Camboya está utilizando y que recojan todas las armas y el material militar estadounidense, si lo encuentran, lo guarden en almacenes o lo destruyan», escribió Hun Sen en Facebook el 10 de diciembre.
Hun Sen afirmó que la mayoría de los países que utilizaron armas fabricadas en Estados Unidos han perdido guerras, y citó al general camboyano Lon Nol, respaldado por Estados Unidos, que fue derrocado por los jemeres rojos en 1975 y el colapso más reciente del gobierno de Afganistán.
«Mi decisión de no comprar armas a Estados Unidos es absolutamente correcta para la defensa nacional de Camboya», añadió.
Las declaraciones de Hun Sen se produjeron el mismo día en que el consejero del Departamento de Estado de Estados Unidos, Derek Chollet, se reunió con miembros de la sociedad civil camboyana para mantener conversaciones sobre derechos humanos, medio ambiente, condiciones laborales y libertad de prensa en Camboya.
En un tuit, Chollet destacó que «promover el respeto de los derechos humanos es fundamental para la política exterior de Estados Unidos en Camboya y en todo el mundo».
El director adjunto para Asia de Human Rights Watch, Phil Robertson, también instó a Chollet a exigir a Hun Sen que «ponga fin a la rápida expansión de la represión contra los opositores políticos», que ha dado lugar a «detenciones generalizadas, juicios masivos, [y] una agresiva persecución de los refugiados reconocidos en el extranjero».
El mes pasado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones a dos altos cargos del ministerio de Defensa Nacional de Camboya, Chau Phirun y Tea Vinh, por corrupción.
En un comunicado, el Tesoro alegó que en 2020 y 2021, Chau Phirun conspiró con Tea Vinh y otros funcionarios camboyanos para elevar los costos de un proyecto de construcción y actualización de las instalaciones de la base naval de Ream, y luego planeó utilizar los fondos sustraídos del proyecto para su propio beneficio.
A los funcionarios estadounidenses les preocupa que la construcción en la base naval de Ream, en Sihanoukville, se utilice para facilitar la presencia militar china en Camboya.
Con información de Katabella Roberts
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