Análisis
El departamento de propaganda de Beijing presumió de sus logros en la lucha contra la corrupción en una conferencia de prensa el 30 de junio, diciendo que su campaña de una década había investigado a millones de personas y castigado y sancionado a cientos de miles.
Desde que Xi Jinping asumió el poder en 2012, las pesquisas del régimen contra la corrupción investigaron hasta abril de 2022 a más de cuatro millones de casos que involucran a 5,344,000 personas. Esto implica que la persona involucrada viene removida del cargo y encarcelada. Además disciplinaron a 644,000 personas que violaron las normas del gobierno o del partido, según el anuncio en la conferencia de prensa.
La campaña anticorrupción de Xi tuvo como objetivo a sus oponentes en el ejército y en el aparato político y legal. Sin embargo, los analistas creen que su verdadero enemigo es la trampa ideológica en la que se ha metido.
El enemigo interior
El 30 de junio, la revista del partido Qiushi publicó la charla que Xi Jinping dio en enero, sobre el fortalecimiento de la ideología socialista de los dirigentes.
Xi afirmó su determinación de tomar medidas enérgicas contra los dirigentes que actúen como agentes de diversos intereses y élites políticas.
El 17 de junio, Xi subrayó que la campaña contra el soborno es una guerra política que no quiere ni puede perder.
El último alto dirigente eliminado de su puesto fue Zhang Wufeng, jefe de las reservas nacionales de alimentos y estrategias, según la publicación del 15 de junio de la Comisión Central de Inspección Disciplinaria (CCDI).
Zhang era anteriormente miembro del comité de la Comisión Central de Inspección Disciplinaria.
Yuan Hongbing, un académico de derecho chino en el exilio, analizó cómo la campaña de Xi ayudó a asegurar su estatus en el ejército al eliminar la mayor parte de la influencia de Jiang Zemin, el exlíder del partido comunista y oponente político de Xi. Pero Xi continuó con la práctica del soborno a los militares, que es la forma en que Xi pudo controlar a los militares rápidamente al apaciguar a los líderes militares en un sentido amplio.
Sin embargo, la resistencia que encontró Xi continuó en el aparato político y legal, dijo Yuan.
Cuando el exjefe de seguridad de China, Zhou Yongkang, fue destituido por acusaciones de soborno, abuso de poder y filtración de secretos de Estado, Jiang Zemin, su poderoso patrón, permaneció intacto, al igual que la fuerte red de opositores en el sistema político y legal.
Wang Youqun, un analista de asuntos chinos, indicó que el exlíder Jiang Zemin y su aliado, Zeng Qinghong, son los jefes entre bastidores de los masivos oficiales corruptos y de los dirigentes. Pero, ni Jiang ni Zeng han sido investigados.
El analista comentó que, bajo el régimen comunista, «cuando un funcionario corrupto cae, miles de funcionarios corruptos emergen inmediatamente».
La trampa ideológica
La propaganda siempre encabeza el camino de cualquier movimiento político del régimen, indicó Wang Youqun.
Wang Huning, uno de los principales responsables de la propaganda, ha sido el estratega ideológico de tres líderes, entre ellos Jiang Zemin, Hu Jintao y Xi Jinping. Es el hombre que está detrás, o mejor dicho, el hombre que formuló las políticas centrales de los tres líderes.
La llamada ideología política tiene su origen en la misma fuente, el Manifiesto Comunista de Marx: un código de violencia, mentiras, guerra, hambre y dictadura, según el comentarista Wang Youqun.
Él cree que el código fue heredado con la ideología de la dictadura que intoxicó a todos los funcionarios del Partido Comunista Chino, incluido su actual líder Xi Jinping.
La campaña de lucha contra la corrupción, como Xi mencionó cuando asumió el poder por primera vez, podría ser una cuestión de vida o muerte para el régimen y el partido.
Sin embargo, los hechos de la campaña parecen indicar que Xi está llevando a cabo una campaña interminable y que se ha metido en su propia trampa.
Ning Haizhong contribuyó a este informe.
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