En las sociedades comunistas, obtener necesidades básicas -como comida- es un verdadero problema. Las hambrunas, la escasez de alimentos, la mala planificación de políticas centrales, e incluso las hambrunas provocadas, usadas para aniquilar masivamente a una población, son comunes en los sistemas comunistas.
Como resultado, han habido múltiples brotes de canibalismo en la Unión Soviética comunista, China, Camboya, Etiopía y Corea del Norte.
Comenzando con China, con el «Gran Salto Adelante» del ex líder comunista Mao Zedong, una política desastrosa para desarrollar la producción de acero en China a niveles estadounidenses o británicos en solo unos pocos años resultó en 45 millones de personas muriendo de hambre o persecución.
Jasper Becker- que escribió un recuento del Gran Salto Adelante «Fantasmas hambrientos»- dice que el pueblo chino se vio obligado a participar por pura desesperación, en la venta de carne humana en el mercado y el intercambio de niños para no comer los propios. El Gran Salto Adelante, que abarcó cuatro años entre 1958 y 1962, fue causado directamente por el propio Mao, según varios historiadores e investigadores, entre ellos el famoso historiador y escritor holandés Frank Dikotter. Mao había intentado replicar los planes de cinco años del líder soviético Joseph Stalin.
«China estaba en paz» escribió Becker. «Ninguna plaga destruyó la cosecha. No hubo inundaciones ni sequías inusuales. Los graneros estaban llenos y otros países estaban listos para importar el grano. Y la evidencia demuestra que Mao y la burocracia china estaban en pleno control de la maquinaria del gobierno».
En Fengyang, por ejemplo, todos los habitantes de 21 pueblos murieron durante el Gran Salto. Se registraron 63 casos de canibalismo, dice Becker.
De acuerdo con «Fantasmas hambrientos», una regulación gubernamental de Fengyang probablemente publicada para evitar que la gente desentierre cadáveres como fuente de alimento dice:
«Los entierros superficiales están prohibidos. Todos los cadáveres deben ser enterrados por lo menos a tres pies de profundidad y deben cultivarse cosechas por encima.
No se permiten entierros cerca de las carreteras.
Todo llanto y lamentos están prohibidos.
El uso de ropa de luto si [sic] prohibido».
Becker señala que el canibalismo en China a finales de los años 50 y principios de los 60 probablemente ocurrió «en una escala sin precedentes en la historia del siglo XX».
Un relato inquietante de un testigo fue narrado por Yang Jisheng, autor de «Tombstone«, un informe completo de la gran hambruna china. «Fui a un pueblo y vi 100 cadáveres, luego otro pueblo y otros 100 cadáveres. Nadie les prestaba atención. La gente decía que los perros comían los cuerpos. No es verdad, dije. La gente se había comido a los perros hacía mucho tiempo», dijo el testigo.
Canibalismo soviético
Hay dos incidentes conocidos de canibalismo masivo en la Unión Soviética: una vez a principios de la década de 1920 bajo el entonces líder Vladimir Lenin durante la hambruna de Povolzhye, que según se informa dejó millones de muertos.
La Cruz Roja, en ese momento informó que los campesinos estaban «desenterrando cuerpos para comerlos».
«Después de los campos de matanza en la Primera Guerra Mundial, los trastornos políticos en Rusia y en otros lugares y la propagación desenfrenada de enfermedades entre comunidades agotadas, llegó la amenaza de escasez de alimentos que puso en riesgo 32 millones de vidas en Rusia, Ucrania y Georgia” dijo la Cruz Roja. «En 1921 además del caos político que causó la ruptura de los servicios de salud existentes, la región experimentó una sequía devastadora, que condujo a una hambruna generalizada».
Más tarde, con Stalin, el fenómeno del canibalismo se repitió. Durante el Holodomor, conocido como la «Hambruna del Terror» se estima que murieron entre 7 y 10 millones de ucranianos, algunos historiadores afirmaron que Stalin y el propio liderazgo soviético planearon la hambruna para eliminar el movimiento independentista ucraniano.
«La supervivencia era una lucha tanto moral como física», dice Timothy Snyder en «Bloodlands: Europa Entre Hitler y Stalin», refiriéndose al canibalismo, descrito como una práctica generalizada durante el Holodomor, que duró desde 1932 hasta 1933. “Una médica le escribió a una amiga en junio de 1933 que aún no se había convertido en caníbal, pero que ‘no estaba segura de no serlo cuando mi carta llegue a usted’». Las personas buenas murieron primero. Aquellos que se negaron a robar o a prostituirse murieron. Aquellos que dieron comida a otros murieron. Los que se negaron a comer cadáveres murieron. Aquellos que se negaron a matar a su prójimo murieron. Los padres que resistieron al canibalismo murieron antes que sus hijos.
Incluso los soviéticos lo admitieron.
Cerca de 2.500 personas fueron condenadas por canibalismo durante el Holodomor, según muestran los registros.
Corea del Norte
Si el canibalismo en la China de Mao o la Unión Soviética de Stalin parecen sacados de la antigüedad, Corea del Norte es un ejemplo más contemporáneo. Una gran hambruna devastó a la Corea del Norte comunista a mediados de la década de 1990, matando hasta el 10 por ciento de la población del país aislado. Sus habitantes hambrientos se vieron obligados a rebuscar comida en el campo.
«No compre carne si no sabe de dónde proviene», dijo una mujer de Chongjin a un amigo, que más tarde le contó a la periodista Barbara Demick, quien la grabó en su libro de 2009 «Nada que envidiar: Vidas ordinarias en Corea del Norte». La mujer notó que los espantosos rumores de canibalismo se extendieron por el campo y la gente evitó comer carne y advirtió a sus hijos.
Un oficial militar norcoreano que desertó a las autoridades chinas –actualmente China tiene una política de enviar a desertores a Corea del Norte, a pesar de la posibilidad real de tortura o ejecución–dijo que generalmente el canibalismo ocurría después de las frecuentes hambrunas masivas en Corea del Norte.
«La gente se está volviendo loca de hambre. Incluso matan y comen a sus propios hijos. Este tipo de cosas está sucediendo en muchos lugares » dijo, según Becker, informó el Washington Post.
Entre 1994 y 1998, entre 250.000 y 3,5 millones de personas pudieron haber muerto en la hambruna norcoreana. Se desencadenó después de que la economía de Corea del Norte fracasó fundamentalmente cuando la Unión Soviética se derrumbó en 1991, eliminando así el comercio subvencionado entre las dos naciones.
Más tarde, a principios de 2012, miles de personas murieron de hambre después de la muerte del entonces líder Kim Jong Il. En 2013, Asia Press informó que había «temores» de canibalismo en el norte y sur de Hwanghae en medio de una hambruna que dejó 10.000 muertos. En un relato perturbador, se creía que un hombre había exhumado el cadáver de su nieto para comerlo. Rumores siniestros circulaban donde alegaban que los hombres hervían a sus hijos.
En 2003, las agencias de ayuda que trabajaban en Corea del Norte informaron que se encontraron niños cortados y cocinados por personas que estaban desesperadas por comida. En ese momento, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas intentó acceder a los «mercados de agricultores» del país, pero Pyongyang los rechazó informó el Telegraph.
«Pedazos de carne ‘especial’ «se exhiben en las esteras de paja para la venta. La gente sabe de dónde provienen, pero no hablan de eso» dijo un refugiado.
Camboya
En cuatro años, 2 millones de muertes. Fue aproximadamente el 25 por ciento de la entonces población de 8 millones en Camboya. Durante el régimen de los Jemeres Rojos de Pol Pot inspirado en Mao, que duró desde 1975 hasta 1979, la tortura, la malnutrición, las ejecuciones, las enfermedades y el trabajo forzoso fueron generalizados. Pol Pot quería ejecutar la más pura forma de comunismo concebida en el mundo, forzando a los habitantes de la ciudad a trabajar en el campo.
Lo que desencadenó brotes de canibalismo en Camboya controlada por los Jemeres Rojos no fue hambre, sino pura malicia.
Algunos soldados y oficiales de Jemeres Rojos fueron vistos consumiendo abiertamente partes del cuerpo humano.
«Todo el mundo en la prisión lo vio y parecía tan aterrador ver el hígado y el corazón humanos frescos. Había una historia difundida que la organización de los Jemeres Rojos… comían los órganos internos de los seres humanos porque los hacía despiadados y les daba el valor de matar a otros», dijo el preso político Ouk Him en 2015.
Durante una audiencia sobre genocidio en el 2016, los testigos hicieron eco de las afirmaciones de Him, testificando contra el «Hermano Número Dos» Nuon Chea, el primer ministro de Camboya.
Mientras cuidaba vacas y búfalos, pude ver cómo se mataba a los prisioneros. La mayoría de ellos tenían la garganta cortada «, dijo Meas Sokha durante el tribunal. «Dos guardias de los Jemeres Rojos sostenían fuerte a un prisionero y otro cortaba la garganta del prisionero».
Y agregó: «Cada vez que había asesinatos, los guardias bebían vino junto con vesículas biliares. Sabía que estas vesículas biliares eran de humanos. Había muchas vejigas secadas al sol junto a la cerca».
Más tarde describió el asesinato y el posterior canibalismo de una mujer embarazada a manos de los guardias de los Jemeres Rojos.
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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