La Gran Época publica aquí entregas traducidas del inglés de un nuevo libro: “Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo”, del equipo editorial de “Nueve comentarios sobre el Partido Comunista chino”.
Tabla de contenidos
1. Terrorismo y la revolución comunista
2. Cómo los regímenes comunistas exportaron el terror
3. Los orígenes comunistas del fundamentalismo islámico
a. Sayyid Qutb: el Marx del fundamentalismo islámico
b. La vanguardia leninista de la yihad
c. El núcleo comunista del fundamentalismo islámico
d. Qutb y el ascenso del terrorismo
e. Cómo el comunismo victimizó a los musulmanes comunes
4. El apoyo del Partido Comunista Chino al terrorismo
a. El apoyo del PCCh a las actividades terroristas de Yasser Arafat
b. Los vínculos del PCCh con Al-Qaeda
5. La convergencia entre el terrorismo y la izquierda radical occidental
6. Cómo poner fin a la causa fundamental del terrorismo
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1. Terrorismo y la revolución comunista
Desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el público occidental se familiarizó con el movimiento terrorista mundial y sus representantes. No obstante, pocos saben de la estrecha relación entre el terrorismo y el comunismo.
La ideología comunista tiene sus raíces en el odio y la lucha. Considera a todos los aspectos de la «sociedad vieja», incluyendo las leyes y la moral, como los vestigios de una clase gobernante opresora que debe ser derrocada por cualquier medio que sea necesario. Es así que el movimiento comunista ha convertido al terrorismo en una importante herramienta de su búsqueda de poder y en la propagación de su ideología en todo el mundo. Los términos “terrorismo” y “terrorista” aparecieron por primera vez en 1795 en referencia al Reinado del Terror durante la Revolución Francesa, el cual sentó las bases para el movimiento comunista (ver Capítulo 2). [1]
Vladimir Lenin se basó en el terrorismo para alcanzar la victoria comunista en Rusia. El teórico marxista Karl Kautsky, en su libro de 1919 Terrorismo y comunismo, dio una visión integral de lo que pasaría bajo la dictadura del proletariado que Lenin buscaba establecer. Al reflexionar sobre la violencia de la Revolución Francesa, Kautsky argumentó que los bolcheviques de Lenin habían heredado el carácter terrorista de los jacobinos. [2]
Felix Dzerzhinsky, director de la policía secreta Checa de Lenin, dijo en 1918: “Representamos el terror organizado –esto debería ser admitido francamente” [3]. La Checa, abreviatura de la Comisión Panrusa Extraordinaria, estuvo activa durante la Guerra Civil rusa, cuando los bolcheviques se enfrentaron tanto al Ejército Blanco anticomunista como a facciones socialistas rivales. La Checa apeló a secuestros, tortura, asesinatos y ejecuciones sumarias de «enemigos de clase» a gran escala como parte de la represión de Lenin que luego se conoció como el Terror Rojo.
La Checa apuntaba a infligir el máximo miedo y dolor sobre los enemigos de los bolcheviques. Según registros y relatos de testigos recopilados en El Terror Rojo en Rusia, escrito en 1924 por el historiador ruso Sergei Melgunov, muchas personas cayeron víctimas de la Checa por tener propiedades o por ser parte de la nobleza. Los hacían salir de sus casas de noche, los obligaban a desvestirse y luego les disparaban. Los cuerpos de los asesinados por la Checa, incluyendo mujeres, niños, ancianos y clérigos, solían mostrar signos de abuso sádico –mutilaciones, quemaduras, violaciones, decapitaciones u actos aún más escalofriantes.
De acuerdo con Melgunov, aunque la Checa alardeaba de sus matanzas, «la cantidad de nombres publicados era mucho menor que la realidad» [4]. Durante el Terror Rojo, se cree que la Checa fue responsable del asesinato de decenas de miles, o incluso cientos de miles de personas.
El régimen comunista soviético consideraba a Dzerzhinsky como un héroe revolucionario. La Checa cambió de nombre muchas veces antes de terminar convirtiéndose en el Comité para la Seguridad del Estado (KGB), aunque sus agentes siempre fueron conocidos informalmente como «chequistas». A partir de la muerte de Dzerzhinsky en 1926 y hasta 1990, la plaza frente a la Lubianka –el cuartel general de la KGB– llevó su nombre. En los años 40 se erigió una estatua en su honor en la plaza, y allí permaneció hasta que fue derribada en 1991. [5]
Tras el establecimiento del régimen soviético, movimientos comunistas revolucionarios repitieron el mismo patrón de terror rojo en todo el mundo. Como se planteó en capítulos anteriores de este libro, los regímenes marxistas-leninistas se han basado, sin excepción, en un terror brutal para tomar y mantener el poder. La violencia y el asesinato son solo uno de los componentes de los planes terroristas del comunismo. Aún más destructivo es cómo el comunismo utiliza el fervor político y el religioso para adoctrinar a la gente con la cultura del Partido Comunista, sembrando las semillas del engaño, el odio y la violencia para pasarlos de generación en generación.
En la actualidad, el terrorismo se presenta principalmente en tres formas: terrorismo de Estado en regímenes comunistas, actividad terrorista llevada a cabo en el extranjero por agentes de regímenes comunistas con el objetivo de propagar la revolución violenta, y fundamentalismo islámico, que le debe mucho de sus métodos e ideología al comunismo.
2. Cómo los regímenes comunistas exportaron el terror
Mientras imponen el terror y sufrimiento sobre su propio pueblo, los regímenes comunistas apoyan a organizaciones terroristas en el extranjero con el propósito de fomentar la revolución o desestabilizar a Estados rivales.
Durante la Guerra Fría, los soviéticos apoyaron activamente a un amplio rango de actividades terroristas a escala global. El régimen comunista chino también ha apoyado insurrecciones terroristas en el extranjero, propagando teorías marxistas sobre la revolución y sellando alianzas con organizaciones terroristas y regímenes corruptos que apoyan al terrorismo.
Stanislav Lunev, exoficial del Directorio Principal de Inteligencia de las fuerzas armadas soviéticas, que desertó y se fue a Occidente, dijo que el directorio era uno de los principales mentores de terroristas del mundo [6]. Muchos grupos fundamentalistas que montaron ataques anti EE. UU. tenían lazos con la agencia de seguridad soviética, la KGB. Entre ellos están el Frente Popular para la Liberación de Palestina, el Ejército Rojo de Japón, las Brigadas Rojas de Italia, la Fracción del Ejército Rojo de Alemania Occidental y varias guerrillas sudamericanas.
No obstante, la forma más influyente de terrorismo moderno ha sido el Islam radical, nutrido por el bloque soviético como un medio para desestabilizar al mundo musulmán.
En la primera mitad del siglo XX, el Medio Oriente pertenecía a la esfera colonial occidental. A medida que los pueblos de la región obtuvieron su independencia, la Unión Soviética aprovechó la oportunidad para aumentar su influencia. Las contradicciones entre las denominaciones musulmanas, el conflicto árabe-israelí, la Guerra Fría, la política en torno al petróleo y el choque de culturas entre Occidente y el Islam llevaron a la compleja y caótica situación en la que se encuentra el Medio Oriente en la actualidad.
Como se mencionó en el Capítulo 5, Ion Mihai Pacepa, ex teniente general y jefe interino del servicio de inteligencia extranjera de la Rumania comunista, se convirtió en el desertor de más alto rango del bloque soviético cuando escapó a Estados Unidos en julio de 1978. En su artículo “Huellas rusas”, Pacepa reveló una gran cantidad de conocimiento sobre el apoyo comunista al terrorismo en Medio Oriente [7]. Citó a Aleksandr Sakharovsky, jefe de la inteligencia extranjera soviética, que dijo: “En el mundo de hoy, cuando las armas nucleares han vuelto obsoleta a la fuerza militar, el terrorismo debería convertirse en nuestra arma principal”.
En 1969 se realizaron ochenta y dos secuestros de aviones. Muchos de ellos fueron obra de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) con el apoyo de los comunistas soviéticos y chinos. Pacepa recordó que cuando visitó la oficina de Sakharovsky, notó un «mar de banderas rojas» que salpicaban el mapa del mundo. Cada bandera representaba un avión secuestrado. Sakharovsky dijo a Pacepa que la táctica de secuestrar aviones había sido su propia invención.
El concepto de «socialismo islámico» comenzó a arraigarse durante la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética apoyó a los Estados árabes contra Israel. Entre los representantes figuraban Yasser Arafat, que dirigió la OLP desde 1969 hasta su muerte en 2004, y Gamal Abdel Nasser, que fue el segundo presidente de Egipto desde 1956 hasta su muerte en 1970. La OLP, que contaba con el apoyo de la Unión Soviética y el Partido Comunista Chino (PCCh), participó en actividades terroristas generalizadas.
Entre 1968 y 1978, las fuerzas de seguridad de Rumania hicieron envíos aéreos semanales de suministros militares a terroristas palestinos en el Líbano. Los archivos del gobierno de la Alemania Oriental muestran que en 1983, la agencia de inteligencia extranjera de Alemania Oriental envió al Líbano municiones para los rifles de asalto Kalashnikov por un valor de USD 1,877,600. Checoslovaquia proveyó a los terroristas islámicos de mil toneladas de Semtex-H, un explosivo plástico inoloro.
A principios de la década de 1970, Yuri Andropov, entonces director de la KGB y luego secretario general del Partido Comunista Soviético, comenzó una campaña de propaganda encubierta, meticulosamente planificada para sembrar las semillas de odio antisemita y antiamericano por todo el mundo árabe e islámico. En el libro Desinformación, Pacepa y el coautor Ronald Rychlak apodaron a Andropov como el “padre de una nueva era de desinformación”. [8]
3. Los orígenes comunistas del fundamentalismo islámico
Aunque los comunistas soviéticos y chinos financiaron muchas organizaciones terroristas en Medio Oriente, introducir el comunismo en zonas con profundas creencias religiosas resultó ser un gran desafío. Los intentos de la Unión Soviética por exportar directamente la revolución socialista al mundo musulmán tuvieron resultados mixtos y a menudo temporales.
Aunque en Oriente Medio hubo varios Estados alineados con los soviéticos, solo Yemen del Sur y Afganistán estuvieron bajo regímenes comunistas por distintos períodos durante la Guerra Fría. En 1979, la Unión Soviética lanzó una invasión en Afganistán y ocupó el país por diez años en un intento por apuntalar el régimen comunista al que había ayudado a llegar al poder. En 1989, los soviéticos se dieron por vencidos y se retiraron del país.
No obstante, aunque el comunismo fracasó en establecer su control sobre el mundo musulmán, tuvo una gran influencia en la creación y el desarrollo del fundamentalismo islámico contemporáneo.
Tras los ataques del 11 de septiembre, la amenaza del fundamentalismo islámico se volvió prominente y las acciones de Osama bin Laden y su grupo terrorista Al-Qaeda ocuparon las noticias de primera plana. Pero la fuente ideológica del fundamentalismo islámico de bin Laden puede ser rastreada hasta un hombre que ha sido descrito como el Karl Marx del Islamismo radical. [9]
a. Sayyid Qutb: el Marx del fundamentalismo islámico
A simple vista, puede parecer descabellado sugerir una relación entre el comunismo y el Islamismo radical, dado que los musulmanes creen en Alá y en el profeta Mahoma, mientras que el comunismo es ateo y pretende erradicar la fe en las religiones. De hecho, la teoría y los métodos del fundamentalismo islámico moderno están estrechamente vinculados al marxismo-leninismo.
El pionero del Islamismo radical y de la yihad moderna fue Sayyid Qutb, un intermediario egipcio de la Hermandad Musulmana local con la Internacional Comunista y el Partido Comunista Egipcio [10][11]. Las ideas de Qutb estaban impregnadas de lógica y retórica comunista. Nacido en 1906, Qutb estudió socialismo y literatura en los años 20 y 30. Estudió en Estados Unidos durante dos años a finales de los 40 y se unió a la Hermandad Musulmana después de su regreso a Egipto. [12]
El qutbismo puede ser descrito como el uso de violencia para destruir a la vieja sociedad dominada por la»jahiliyyah». Como término religioso, jahiliyyah significa la ignorancia de la verdad religiosa, y originalmente se refería a la sociedad antes de la difusión del Islam. Qutb convocó a los musulmanes a dar sus vidas en la lucha contra la jahiliyyah, lo que supuestamente marcaría el comienzo de la liberación de la humanidad. Para articular sus ideas sobre esta lucha, Qutb reinterpretó tanto el significado de la jahiliyyah como el concepto islámico de yihad.
Al mencionar a la yihad, muchos inmediatamente piensan en la “guerra santa”, pero en árabe, yihad simplemente significa luchar o pelear. Para los musulmanes en general, puede significar conflicto interno (autoperfección) o yihad defensiva [13]. Qutb amplió esta definición para incluir el uso proactivo y desenfrenado de la violencia en la «guerra santa» de la yihad y estableció sus bases teóricas [14].
La filosofía de Qutb sostenía que cualquier sistema social que acatara las reglas o ética seculares era una jahiliyyah antiislámica. Consideraba a la jahiliyyah como la obstrucción más grande tanto para los musulmanes como para los no musulmanes, que les impedía cumplir con los valores y la ley islámica. Incluso una sociedad que afirmaba ser musulmana aún podía ser jahiliyyah. Qutb consideraba que la jahiliyyah dominaba en el sistema social egipcio en el que vivía, y por eso creía que debía ser derrocado. [15]
Esta interpretación de la yihad y la jahiliyyah es similar a la filosofía marxista de lucha entre clases. Qutb afirmaba que la sociedad vieja de la jahiliyyah había sido impuesta sobre las personas y que, en el proceso, les había robado la libertad. Este pueblo esclavizado –análogo a la clase trabajadora del marxismo– tenía el derecho a utilizar la yihad para derrocar la opresión de la jahiliyyah. Qutb promovía a la yihad como un medio de liberación para toda la humanidad, tanto a los musulmanes como a los no musulmanes [16]. Cuando se publicaron los libros de Qutb, muchos líderes islámicos pensaron que había ido muy lejos y consideraron a sus ideas como herejía. [17]
Qutb había tenido contacto durante mucho tiempo con Nasser, líder del Movimiento de Oficiales Libres de tendencia socialista y luego presidente de Egipto durante más de una década. En 1952, Nasser inició un golpe militar para derrocar a la dinastía Muhammad Ali, la monarquía pro-occidental de Egipto. Se dice que este golpe socialista-revolucionario fue planeado por Qutb y la Hermandad Musulmana junto con Nasser. Qutb esperaba que Nasser estableciera un régimen islámico, pero Nasser en cambio tomó el camino de la secularización y en 1954 comenzó a suprimir a la Hermandad.
Qutb y la Hermandad se prepararon para asesinar a Nasser, pero el complot falló y Qutb fue encarcelado. Durante sus primeros años en prisión, Qutb sufrió severas torturas, pero cuando las condiciones se volvieron más leves, se le permitió escribir. Qutb escribió sus dos obras más importantes mientras estuvo en prisión: A la sombra del Corán e Hitos. Estos dos libros, que cubren sus perspectivas sobre el Corán, la historia islámica, Egipto y la sociedad occidental, expusieron completamente su apoyo al fundamentalismo antisecular y antioccidental. En un momento, Qutb fue puesto en libertad, pero permaneció en Egipto y fue encarcelado nuevamente. En 1966, fue condenado por su participación en la conspiración para asesinar a Nasser y fue ejecutado en la horca. Qutb caminó orgullosamente hacia la horca y hacia convertirse en un mártir religioso.
Ayman al-Zawahiri, líder de Al-Qaeda luego de la muerte de bin Laden, consideraba que la ejecución de Qutb fue lo que encendió el fuego del fundamentalismo yihadista [18]. Los fundamentalistas islámicos suelen hacer referencia a las enseñanzas de Qutb y se consideran sus «descendientes intelectuales», tal como observó William McCants, experto en contraterrorismo y exinvestigador del centro antiterrorista de la Academia Militar de West Point [19]. El experto en Medio Oriente Hassan Hassan, en un informe de 2016 sobre el Estado Islámico, citó unas palabras populares entre los partidarios de ISIS con respecto a cómo se formó la doctrina esencial del grupo terrorista: “El Estado Islámico fue esbozado por Sayyid Qutb, enseñado por Abdullah Azzam [y] globalizado por Osama bin Laden». [20]
b. La vanguardia leninista de la yihad
Otro concepto marxista que Qutb tomó prestado es el de “falsa conciencia”, que se refiere a cuando las masas populares aceptan los ideales y la cultura del gobernante. El concepto implica que esto les impide percibir su propia opresión y derrocar al capitalismo para establecer el socialismo. Para Qutb, aquellos que viven bajo la jahiliyyah no se dan cuenta de que son esclavos, y por eso es que no se involucran en una yihad para emanciparse. [21]
Una de las obras más importantes de Lenin fue un panfleto titulado Chto Delat’? (en español, ¿Qué hacer?), en el que argumentó que la clase trabajadora no estará consciente de la necesidad del comunismo a menos que haya un grupo élite de revolucionarios para guiarla. Ante la misma pregunta en su cruzada contra la jahiliyyah, Qutb acudió a Lenin para una respuesta.
Los escritos de Qutb están repletos de términos conocidos para los estudiantes del marxismo-leninismo, tales como “vanguardia”, “Estado”, “revolución”, y así. Las circunstancias que enfrentó Qutb para formular su propia ideología radical fueron similares a la situación y desafíos que Lenin enfrentó al escribir su panfleto. Lenin puso toda su esperanza para una revolución exitosa en un partido proletario de vanguardia –una organización de élite altamente disciplinada, encargada de supervisar la revolución y guiar a las masas– y se burlaba de la noción de que el comunismo podría tener éxito si sus agentes meramente operaran en la sociedad en general. Qutb copió esta teoría y reemplazó al partido político leninista con organizaciones fundamentalistas islámicas.
Lenin, con su énfasis en la organización y el concepto de vanguardia, hizo una clara distinción entre espontaneidad y conciencia, y acuñó la idea de construir un partido. Según Lenin, con acciones espontáneas, los trabajadores solo pueden hacer reclamos superficiales, como un aumento en los salarios y jornadas laborales de ocho horas, pero carecen de la conciencia necesaria para liberar a la humanidad. Lenin creía que las vanguardias externas (generalmente intelectuales burgueses, que tienen el privilegio de la educación) son necesarias para incitar y adoctrinar a los trabajadores, para que así crean que la revolución es su única salida y que solo liberando a toda la humanidad podrán ellos mismos liberarse. A fin de lograr la vanguardia, se necesita un partido político estrechamente unido para organizar sus actividades y brindarles oportunidades de trabajo clandestino como revolucionarios profesionales. [22]
Glenn E. Robinson, profesor asociado de la Escuela Naval de Posgrado de Monterrey, California, y becario de investigación en el Centro de Estudios de Medio Oriente de la Universidad de California-Berkeley, dijo sobre el Islamismo radical: “El yihadismo moderno es claramente leninista. Aunque por razones obvias los ideólogos yihadistas no citan a Lenin como inspiración, sus conceptos y lógica, especialmente los de Sayyid Qutb, delatan esta influencia. Al haber recibido formación en Egipto en los años 40, Qutb ciertamente había estado expuesto a los escritos de Lenin. Dos conceptos claves de Qutb vienen directamente de Lenin: jama’a (vanguardia) y manhaj (programa). […] La insistencia de Lenin en la importancia de que la vanguardia tenga un programa detallado y coherente para emprender y luego consolidar la revolución fue igualmente repetida, con un tono islámico, en los escritos de Qutb».
Basándose en la esencia del leninismo, Qutb abogaba por la organización de una versión musulmana del partido de vanguardia leninista. “Qutb dio precisamente el mismo argumento para el mundo musulmán”, escribió Robinson. “La vasta mayoría de los musulmanes estaban demasiado absortos y corrompidos por el sistema de gobierno injusto y antiislámico como para saber cómo y cuándo tomar las armas en contra del Estado. Una vanguardia dedicada de cuadros yihadistas era necesaria para organizar una acción directa contra el Estado” [23].
Esta vanguardia, compuesta por fundamentalistas –o lo que Qutb llamaba “verdaderos musulmanes”– tiene la misión revolucionaria de liberar a todos los musulmanes y a toda la civilización humana. La vanguardia debe golpear fuerte a los falsos musulmanes, seguir la ideología islámica según fue interpretada por Qutb, establecer una nueva nación basada en el Islamismo, y utilizar la violencia para imponer el Islam en el resto del mundo.
Además de la vanguardia leninista, la teoría de Qutb también incluye ideas utópicas como la “igualdad social” y la eliminación de las clases [24]. Todos estos puntos repiten los objetivos declarados del comunismo.
Luego de la muerte de Qutb, su hermano Muhammad Qutb continuó publicando sus obras. El libro Ma’arakat ul-Islam war-Ra’samaaliyyah, publicado en 1993, nuevamente expone la inspiración comunista de Qutb. Qutb afirma abiertamente que el Islam es un “aqidah (credo) único, constructivo y positivista, que ha sido moldeado y formado a partir del Cristianismo y el comunismo juntos, combinándolos de la forma más perfecta, que abarca todos sus objetivos [esto es, del Cristianismo y del comunismo] y además les agrega armonía, equilibrio y justicia”. [25]
c. El núcleo comunista del fundamentalismo islámico
La lucha de clases es otra idea marxista central del fundamentalismo islámico. Karl Marx pasó toda su vida intentando incitar conflictos entre el proletariado y los burgueses al punto de volverlos irreversibles para luego “resolver” el conflicto con una revolución. Los fundamentalistas islámicos operan de forma semejante.
Destruir el World Trade Center en Manhattan no hizo nada para volver realidad el mundo musulmán unido que Qutb se imaginó, pero sirvió como una forma de exacerbar el conflicto entre el mundo occidental y el musulmán. Los ataques terroristas tenían el objetivo de incitar reacciones negativas hacia los musulmanes en Occidente, lo que a su vez incitaría a los musulmanes a realizar más ataques [26]. El método de los fundamentalistas es similar a los conflictos entre el proletariado y la burguesía promovidos por Marx y Lenin para crear las condiciones necesarias para lanzar la revolución.
Las teorías de Qutb se parecen mucho más al comunismo que al Islam tradicional. Aunque los fundamentalistas islámicos dicen profesar una oposición religiosa al comunismo, en realidad, absorbieron los rasgos esenciales de la doctrina comunista revolucionaria. Como señaló el periodista Chuck Morse: “El enemigo real que confronta al mundo libre continúa siendo el comunismo. […] El Islam radical no es más que comunismo oculto bajo las vestimentas tradicionales del Islam. El mismo enemigo comunista que subvirtió a Europa […] echó raíces en el mundo islámico y transformó a grandes segmentos de la élite islámica”. [27]
El historiador político finlandés Antero Leitzinger cree que el terrorismo moderno nació entre los años 1967 y 1968, y se desarrolló al mismo tiempo que el movimiento comunista internacional. Cuando los movimientos estudiantiles radicales corrían desenfrenados en los años 60, muchos estudiantes de países musulmanes que estudiaban en Occidente se conectaron con el pensamiento izquierdista y llevaron a casa conceptos como la revolución violenta. [28]
Abdallah Schleifer, musulmán converso que luego fue profesor de estudios mediáticos en la Universidad Americana del Cairo, se reunió con Zawahiri, futuro líder de Al-Qaeda, en 1974. Zawahiri, que en ese tiempo estaba estudiando medicina en la Universidad del Cairo, alardeaba que los grupos islámicos fundamentalistas reclutaban a la mayoría de sus miembros en instituciones de élite, como las facultades de medicina e ingeniería. Schleifer dijo que durante los años 60, estas instituciones tenían altas concentraciones de jóvenes marxistas y que el islamismo era simplemente una nueva tendencia en la rebelión estudiantil. Schleifer le dijo a Zawahiri: “Escuche, Ayman, yo soy un exmarxista. Cuando usted habla, siento que estoy de vuelta en el Partido. No me siento como si estuviera con un musulmán tradicional’”. [29]
Es curioso que muchos asocian al fundamentalismo islámico con el fascismo (islamofascismo), y por diversas razones, no mencionan sus orígenes comunistas. El fascismo es una forma de nacionalsocialismo, y el socialismo es la primera etapa del comunismo, como Lenin y otros han dicho. El comunismo tiene alcance internacional y apunta a iniciar revoluciones comunistas en todo el mundo. Cuando se considera el enfoque y la doctrina del fundamentalismo islámico en términos generales, se hace evidente que tiene más elementos en común con el comunismo.
d. Qutb y el ascenso del terrorismo
Los escritos de Qutb influenciaron a muchos jóvenes árabes, incluyendo al académico palestino y cofundador de Al-Qaeda, Abdullah Yusuf Azzam [30]. El Informe de la Comisión del 11 de septiembre describió la influencia de Qutb en la cosmovisión de bin Laden, y también se refirió a Azzam directamente como “discípulo de Qutb”. [31]
Muhammad Qutb, hermano menor de Sayyid Qutb, también fue uno de los principales transmisores de las ideas de Qutb. Muhammad Qutb se convirtió en profesor de Estudios Islámicos en Arabia Saudita y era el responsable de editar, publicar y promover las teorías de su difunto hermano. Bin Laden leía los libros de Qutb y asistía regularmente a las clases públicas semanales de Muhammad Qutb.
Zawahiri dijo que cuando era joven, escuchó reiteradamente a su tío hablar sobre lo grande que era Qutb y cómo había sufrido en prisión [32]. En 1966, el año en que Qutb fue ejecutado en la horca, Zawahiri, que tenía 15 años, ayudó a formar una célula clandestina determinada a derrocar al gobierno y crear un Estado islámico. Zawahiri escribió en sus memorias: “El régimen nasserista pensó que el movimiento islámico había recibido un golpe mortal con la ejecución de Sayyid Qutb y sus camaradas. […] Pero la aparente calma en la superficie ocultaba la interacción inmediata con las ideas de Sayyid Qutb y la formación del núcleo del movimiento yihadista islámico moderno en Egipto” [33]. Luego, Zawahiri se unió a la Yihad Islámica Egipcia, formada en los 70, y se convirtió en consejero de bin Laden y en un importante miembro de Al-Qaeda. Después de la muerte de bin Laden, Zawahiri se convirtió en el líder de Al-Qaeda.
En el mundo musulmán suní, Qutb es el pensador radical más prominente [34]. Prácticamente todos los conceptos e innovaciones ideológicas de los grupos yihadistas suníes pueden ser encontrados en sus obras [35]. Pese a que los diversos grupos yihadistas pueden diferir en la forma, todos usan la violencia bajo la bandera del Islam para lograr sus fines políticos. [36]
El asesinato del presidente egipcio Anwar Sadat por la Yihad Islámica Egipcia en 1981, y los ataques contra funcionarios gubernamentales, intelectuales seculares, cristianos egipcios y turistas perpetrados por el grupo terrorista egipcio al-Gamma al-Islamiyah en los años 90, fueron todos pasos en la campaña para llevar a la práctica la visión de Qutb. [37]
Los grupos yihadistas radicales que siguen la ideología de Qutb son categorizados como terroristas yihadistas salafíes. En 2013, había casi cincuenta grupos yihadistas salafíes en todo el mundo, la mayoría situados en el norte de África y el Levante mediterráneo, según un informe de la estadounidense Rand Corporation [38]. Robert Manne, autor del libro La mente del Estado Islámico: ISIS y la ideología del Califato, llamó a Qutb el “padre del siglo XX del movimiento político ahora llamado yihadismo salafí” y un predecesor del grupo terrorista ISIS, y añadió que aunque Qutb no era el responsable directo de ISIS, «colocó el primer peldaño en el camino que eventualmente llegaría allí». [39]
Entre las varias organizaciones fundamentalistas islámicas existentes, a pesar de que carecen de una visión unida y son propensas a las luchas ideológicas internas, hay un rasgo en común en la abrumadora mayoría de ellas: básicamente heredaron la forma agresiva de yihad de Qutb –una revolución comunista con una forma diferente.
e. Cómo el comunismo victimizó a los musulmanes comunes
Aunque los grupos fundamentalistas operan en nombre del Islam, la mayor víctima es la sociedad musulmana. Esto se debe a que la verdadera motivación del terrorismo –al igual que el comunismo– es el deseo de matar y destruir, más allá de la excusa superficial.
El informe Islam y los patrones del terrorismo y el fundamentalismo violento de 2017, publicado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, indica que «casi todo el impacto humano de los ataques fundamentalistas se trata de musulmanes matando o hiriendo a otros musulmanes».
De acuerdo con el informe, un «total de 83% de los ataques [de fundamentalistas islámicos] y el 90% de las muertes ocurrieron en países de mayoría islámica», al igual que casi todos los ataques suicidas realizados a pie o con vehículos. «Si se observan los cinco peores movimientos perpetradores en el mundo en 2016, cuatro son fundamentalistas ‘islámicos’. Un total del 88% de 2916 ataques y el 99% de 14,017 muertes que resultaron de los cinco máximos perpetradores fueron causados por grupos fundamentalistas islámicos». [40]
El informe por países sobre terrorismo 2018 del Departamento de Estado registra un total de 8093 ataques terroristas en todo el mundo en ese año, con un saldo de 32,836 muertes. Era mucho más probable que los ataques terroristas ocurrieran en países y regiones de mayoría musulmana: “En 2018, los incidentes terroristas ocurrieron en 84 países y territorios. Un 85% de los incidentes se concentraron en tres regiones geográficas: Medio Oriente, Sur de Asia y África Subsahariana. En orden, Afganistán, Siria, Irak, India, Nigeria, Somalia, Filipinas, Pakistán, Yemen y Camerún sufrieron el mayor número de incidentes terroristas en 2018. Los incidentes en estos diez países representaron el 71% del número total de incidentes y el 81% de todas las víctimas fatales de incidentes terroristas”. [41]
En contraste, los ataques terroristas resultaron en muchas menos muertes en países occidentales. Un estudio de 2019 realizado por el Instituto Cato afirma que en Estados Unidos, los terroristas nacidos en el extranjero causaron 3037 de los 3518 asesinatos causados por terroristas en suelo estadounidense entre 1975 y 2017. Este número incluye a las 2979 personas asesinadas en los ataques del 11 de septiembre [42].
4. El apoyo del Partido Comunista Chino al terrorismo
El PCCh viene apoyando las actividades terroristas en el extranjero desde hace largo tiempo, incluidas las del terrorista palestino Yasser Arafat. Al ser uno de los pioneros en el secuestro de aviones comerciales, Arafat apuntó a las fuerzas armadas de EE. UU. y se convirtió en una inspiración para bin Laden.
a. El apoyo del PCCh a las actividades terroristas de Yasser Arafat
Arafat comenzó el Movimiento Nacional de Liberación de Palestina, también conocido como Fatah, en 1959 y declaró a Palestina como Estado independiente en 1988. Hasta su muerte en 2004, fue una figura líder en varias organizaciones militantes palestinas. También era un favorito del PCCh; visitó China catorce veces y se reunió con muchos líderes comunistas chinos, incluido Mao Zedong, Zhou Enlai, Deng Xiaoping y Jiang Zemin.
En 1964, Arafat estableció al-‘Asifah (“La Tormenta”), el ala militar de Fatah, e inmediatamente después viajó a Beijing a reunirse con el primer ministro chino Zhou Enlai. Zhou le recordó prestar atención a su estrategia y no utilizar lemas contraproducentes como los que convocaban a la destrucción completa de Israel. [43]
Además de proveer armas y apoyo financiero, Beijing guió frecuentemente a Palestina sobre cómo comenzar un conflicto con Estados Unidos e Israel y al mismo tiempo expandir su influencia en la escena internacional. El PCCh también invitó a palestinos a recibir entrenamiento en China.
En enero de 1965, Arafat declaró la guerra a Israel en el norte de Palestina utilizando su organización guerrillera, y en mayo la OLP estableció una oficina en Beijing. La República Popular China (RPC) otorgó tratamiento diplomático a la oficina de la OLP y apoyó abiertamente a la OLP en varias instancias internacionales.
En noviembre de 1988, cuando Arafat anunció la independencia del Estado palestino, Beijing inmediatamente lo reconoció y estableció relaciones diplomáticas.
Arafat y el entonces secretario general del PCCh, Jiang Zemin, se visitaron mutuamente en 2000 y 2001, una época en que se desencadenaron conflictos sangrientos entre Palestina e Israel. Israel condenó a Arafat reiteradas veces por su rol en la violencia. Con el apoyo del PCCh, Arafat fue capaz de contender con Estados Unidos e Israel, al tiempo que desestabilizaba Medio Oriente.
Las organizaciones que integraban la OLP estuvieron involucradas en varias actividades terroristas militantes, tanto abiertas como clandestinas. Afirmaban que la revolución violenta era la única manera de liberar al país, una ideología que sigue la misma doctrina que los movimientos comunistas. Arafat era muy cercano a los líderes de países comunistas y se reunió con integrantes de la Internacional Socialista. Fatah era observador del Partido de los Socialistas Europeos.
En 1970, la OPL llevó a cabo un intento de asesinato del Rey de Jordania, Hussein bin Talal y un golpe de Estado fallido contra el gobierno jordano. En septiembre de ese año, la OPL secuestró cinco aviones comerciales –cuatro con destino a Nueva York y uno con destino a Londres– en lo que se conoce como los secuestros de Dawson’s Field. Un terrorista afirmó que secuestrar un avión tenía un efecto más grande que asesinar a cien israelíes en batalla.
En 1972, el grupo terrorista Septiembre Negro, una facción militante del Fatah, masacró a once atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich. Uno de los terroristas era Ali Hassan Salameh, jefe de seguridad de Fatah y uno de los lugartenientes de mayor confianza de Arafat. Además de los israelíes asesinados en el ataque, también falleció un policía de Alemania Occidental [44].
Estados Unidos e Israel señalaron a Arafat como el instigador de varios ataques terroristas en Medio Oriente. En 1987, la Casa Blanca designó a la OLP como organización terrorista y cerró la Oficina de Información Palestina de la OPL en Washington.
b. Los vínculos del PCCh con Al-Qaeda
Para la vasta mayoría de gente del mundo, los ataques del 11 de septiembre fueron una estremecedora tragedia. Pero en China continental, desde los foros de internet y las salas de chat hasta las cafeterías de las universidades, una gran cantidad de personas apoyó a los terroristas, con comentarios como “¡Buen trabajo!” y “Apoyamos firmemente los actos de justicia contra Estados Unidos”. Según una encuesta de 91,701 personas en NetEase, una importante compañía de Internet china, solo el 17.8% de los encuestados expresó una fuerte oposición a los ataques terroristas, mientras que la mayoría de la gente eligió las opciones “oposición a Estados Unidos” o “lo mejor está por venir” en relación a la tragedia. [45]
Los chinos que alentaron los ataques terroristas del 11-S no tenían relación con bin Laden ni con los musulmanes radicales en cuanto a etnia, religión o cultura, pero las raíces de su pensamiento tóxico eran las mismas. Al igual que los fundamentalistas islámicos en su «guerra santa» contra el mundo no musulmán y contra los «falsos» musulmanes que consideran engañados por la jahiliyyah, el PCCh ha pasado setenta años envenenando a los chinos con el odio a los «enemigos de clase» y adoctrinándolos con la retorcida cultura del Partido Comunista.
Para el PCCh, los puntos en común entre el fundamentalismo islámico y el comunismo van más allá de lo ideológico. El PCCh mantuvo vínculos cercanos con el grupo Talibán y Al-Qaeda luego de que los talibanes tomaran el poder en Afganistán, al igual que en el período en que los talibanes protegieron a bin Laden. En 1998, después de que Estados Unidos atacara bases de Al-Qaeda con misiles teledirigidos, el régimen chino habría pagado USD 10 millones a bin Laden por misiles estadounidenses sin explotar, aparentemente con el fin de robar la tecnología. [46] [47]
Al mismo tiempo, el PCCh continuó proveyendo de tecnología militar sensible a Estados patrocinadores del terrorismo. A fines del año 2000, el Consejo de Seguridad de la ONU propuso sanciones a los talibanes para obligarlos a cerrar los campos de entrenamiento terroristas de bin Laden ubicados en su territorio, pero la RPC se abstuvo de votar. En cambio, envió personal militar para apoyar a los talibanes inmediatamente después de que Estados Unidos comenzara sus ataques aéreos en Afganistán.
Después del 11 de septiembre, funcionarios de inteligencia estadounidenses reportaron que ZTE y Huawei, dos compañías tecnológicas chinas con vinculaciones militares, estaban ayudando al ejército talibán a establecer una red telefónica en Kabul, la capital de Afganistán. [48] El día de los ataques del 11 de septiembre, funcionarios chinos y talibanes firmaron un contrato para expandir la cooperación económica y técnica. [49]
En su libro de 1999, Guerra sin restricciones, dos oficiales militares chinos analizan un hipotético segundo ataque contra el World Trade Center de Nueva York, tras el intento fallido de bombardeo de 1993, señalando que plantearía un complicado dilema para Estados Unidos. Los autores también nombraron a Al-Qaeda como una organización con capacidad para llevar a cabo tal operación. [50] Independientemente de que el PCCh tuviera conocimiento del 11 de septiembre antes de que ocurriera, el concepto de «guerra sin restricciones» del régimen brindó una orientación teórica para las futuras operaciones de bin Laden.
Además, en 2004 se reveló que las agencias de inteligencia chinas utilizaban empresas fantasmas en mercados financieros de todo el mundo para ayudar a bin Laden a recaudar fondos y lavar dinero. [51]
Con la caída del Muro de Berlín, el ala comunista enfrentó un colapso total, y el PCCh tuvo que enfrentar por sí solo la tremenda presión del mundo libre. Justo cuando Estados Unidos y el mundo libre comenzaban a enfocar su atención en condenar la tiranía comunista, ocurrió el 11 de septiembre. Las prioridades cambiaron drásticamente, y comenzó la Guerra contra el Terrorismo. Esto dio al PCCh un alivio y permitió que el comunismo se expandiera una vez más.
La amenaza del terrorismo islámico radical obligó a Estados Unidos a desviar sus recursos y su atención de la continua amenaza del comunismo, impidiendo que el mundo libre confrontara los abusos sin precedentes del PCCh.
Mientras el mundo occidental libraba una guerra en Medio Oriente, se llevaba a cabo una silenciosa transferencia de riquezas a gran escala entre China y Estados Unidos, lo que permitió que surgiera otra superpotencia comunista tras la caída de la Unión Soviética.
5. La convergencia entre el terrorismo y la izquierda radical occidental
Luego del 11 de septiembre, intelectuales radicales de izquierda de Occidente alabaron los ataques y defendieron a los culpables. Días después de los ataques, un dramaturgo italiano y ganador del premio Nobel de literatura dijo: “Los grandes especuladores se revuelcan en una economía que cada año mata de pobreza a decenas de millones de personas. ¿Qué son 20,000 muertos en Nueva York?” [52] Un profesor de la Universidad de Colorado-Boulder caracterizó a quienes murieron en el World Trade Center como “pequeños Eichmanns”, en referencia a uno de los arquitectos del Holocausto Nazi; dijo que las víctimas eran parte de los «cuerpos tecnócratas en el corazón del imperio financiero global de Estados Unidos» y dio a entender que los ataques eran un mero castigo. [53]
El 11 de febrero de 2003, un mes antes de que Estados Unidos atacara Irak, bin Laden publicó una grabación de audio a través de la cadena de televisión Al-Jazeera convocando a la gente a luchar contra el ejército de EE. UU. en las calles. Declaró abiertamente: “No hará daño que los intereses de los musulmanes converjan con los intereses de los socialistas en la guerra contra los cruzados”. [54]
Con la esperanza de evitar que Estados Unidos realizara operaciones militares en Afganistán e Irak, y luego para entorpecer sus esfuerzos en la Guerra contra el Terrorismo, varias fuerzas radicales de izquierda lanzaron un movimiento de protesta antiguerra a gran escala. La mayoría de los integrantes de la prominente organización antiguerra ANSWER (Actúa Ahora para Parar la Guerra y Terminar con el Racismo, por sus siglas en inglés) fundada en 2001, son socialistas, comunistas e izquierdistas o progresistas. Muchos de sus fundadores tenían vínculos con el Centro de Acción Internacional y el Partido Mundial de los Trabajadores, una organización comunista radical alineada con el régimen de Corea del Norte. ANSWER es en definitiva una fuerza de vanguardia alineada con el comunismo estalinista. También participa del movimiento antiguerra No en Nuestro Nombre, una organización de fachada del Partido Comunista Revolucionario, que es un partido marxista-leninista vinculado con el régimen comunista chino. [55]
En su libre de 2004 Alianza profana: el Islam radical y la izquierda estadounidense, el académico estadounidense David Horowitz describe la nefasta conexión entre los fundamentalistas islámicos y los izquierdistas radicales. Según su análisis, la izquierda radical en todo el mundo ha estado defendiendo indirectamente a los yihadistas islámicos. [56]
En una reunión con representantes de Hezbollah, un prominente profesor de izquierda dijo que Estados Unidos era «uno de los principales Estados terroristas» [57]. Un profesor asistente de antropología de la Universidad de Columbia dijo ante unos 3000 estudiantes que «personalmente me gustaría ver un millón de Mogadiscios» [58]. En la Batalla de Mogadiscios de 1993, presuntos combatientes entrenados por Al-Qaeda mataron a 18 soldados de las fuerzas especiales de EE. UU. El profesor también expresó su deseo de que los soldados estadounidenses se asesinaran entre sí.
Algunas figuras de la izquierda ayudaron a los terroristas directamente. En 1995, Omar Abdel-Rahman fue condenado por conspirar para llevar a cabo el atentado con coche bomba al World Trade Center en 1993. Uno de sus abogados defensores, Lynne Stewart, fue sentenciada a prisión en 2006 por ayudar a enviar de forma clandestina mensajes de Abdel-Rahman a sus seguidores en Medio Oriente, diciéndoles que continuaran con sus actividades terroristas. Stewart se convirtió en una ídola política de la izquierda y ha sido invitada reiteradas veces a dar conferencias en universidades. [59]
Respaldar a los terroristas en contra de las sociedades democráticas occidentales es parte de la larga marcha de la izquierda radical para destruir y apoderarse de la sociedad occidental desde adentro. La izquierda está dispuesta a utilizar cualquier método que la ayude a lograr este objetivo. A un nivel más profundo, a pesar de que la ideología de izquierda no tiene relación superficial con el fundamentalismo islámico, sus raíces en común se basan en el odio y la lucha del espectro comunista.
6. Cómo poner fin a la causa fundamental del terrorismo
Desde la Comuna de París y la institucionalización de la violencia de Lenin, hasta las persecuciones estatales del PCCh, el comunismo siempre ha utilizado al terrorismo para lograr sus fines. Los terroristas usan la violencia para traer desorden a la sociedad y utilizan el miedo para poner a la gente bajo su control. Violan los valores morales sostenidos universalmente por toda la humanidad a fin de lograr sus objetivos. Se pueden notar las raíces del comunismo en las ideas centrales y los métodos de los grupos terroristas modernos, dado que la ideología comunista provee de un marco teórico para sus valores perversos.
Asimismo, más allá del territorio controlado por regímenes comunistas, el comunismo ha manipulado a una variedad de grupos y personas para llevar a cabo actos terroristas, sembrando el caos en el mundo y generando una cortina de humo de distracción para confundir y engañar a sus enemigos.
El terrorismo islámico radical ha sido el centro de atención de los conflictos internacionales desde el final de la Guerra Fría. Sin embargo, mientras Estados Unidos y sus aliados se vieron envueltos en costosas y prolongadas campañas militares en el Oriente Medio, el régimen comunista chino trabajó en silencio para convertirse en una superpotencia capaz de desafiar al mundo libre. El caos que reinaba en el Oriente Medio y en otros lugares distrajo a los gobiernos occidentales y al público de la amenaza renaciente del comunismo, así como de los crímenes de lesa humanidad sin precedentes que estaba cometiendo el PCCh a pesar de tener mayores lazos económicos y culturales con Occidente.
Fundado sobre una base de odio y lucha, el comunismo es la mayor causa de terrorismo alrededor del mundo. Mientras los medios de comunicación se enfocan en los ataques terroristas que apuntan a la sociedad occidental, la vasta mayoría de los asesinados por el fundamentalismo islámico son musulmanes comunes que viven en países islámicos. De forma similar, las más de 100 millones de muertes causadas por el comunismo fueron casi todas de personas que vivían bajo regímenes comunistas.
Hasta que las raíces tóxicas del comunismo no sean erradicadas, la humanidad no disfrutará de un solo día de paz. Solo reconociendo el rol del comunismo en las actividades terroristas que plagan nuestro mundo y parándonos del lado de los valores morales tradicionales y la fe, podremos derrotar esta amenaza y la «guerra mundial contra el terrorismo» llegará a su fin.
A continuación: Capítulo 16, Parte 1
Actualizado el 3 de agosto de 2020.
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