Caravana de migrantes: una herramienta de inestabilidad que se sigue probando porque funciona

Por Charlotte Cuthbertson - La Gran Época
17 de enero de 2019 8:56 PM Actualizado: 08 de julio de 2019 3:34 PM
 WASHINGTON— Hay escasa información sobre la nueva caravana de migrantes que partió de Honduras el 15 de enero, pero un periodista activista que está viajando con el grupo dijo que alrededor de 2000 hondureños están en camino hasta ahora- la mayoría viaja al norte en autobús desde San Pedro Sula, una ciudad grande de Honduras. Se espera que más se unan. Además, otros partieron de El Salvador.

La caravana salió justo durante el cierre de gobierno más largo de EE. UU. que se originó por un conflicto relativo al financiamiento de la seguridad fronteriza, cuyo principal punto de fricción con los demócratas es la aprobación de USD 5,7 mil millones para cercar la frontera sudoeste del país.

«Una nueva caravana está yendo hacia nuestra Frontera Sureña desde Honduras», escribió el Presidente Donald Trump en Twitter el 15 de enero. «Diles a Nancy y a Chuck que un dron volando por ahí no los detendrá. Solo funcionará un Muro. ¡Solo un Muro, o una Barrera de Hierro, mantendrá a salvo nuestro país! ¡Dejen los juegos políticos y terminen con el cierre!».

Las negociaciones entre Trump, la Presidente de la Casa de Representantes, Nancy Pelosi (California), y el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer (Nueva York), se agotaron luego que Pelosi dijera que no acordaría ningún financiamiento del muro.

Pelosi y Schumer catalogaron la cerca fronteriza como costosa e ineficaz, mientras que Pelosi llegó más allá llamándola una «inmoralidad».

«No tiene nada que ver con política, tiene que ver con que un muro es una inmoralidad entre países; es una vieja manera de pensar», dijo Pelosi en una conferencia de prensa el 3 de enero.

Migrantes viajando hacia la frontera de EE. UU. caminan a lo largo de una autopista en San Salvador, El Salvador, el 16 de enero de 2019. (AP Photo/Salvador Melendez)

El fenómeno de la caravana no es nuevo, y su tamaño no es sorprendente -la Patrulla Fronteriza lidia con alrededor de 2000 personas que cruzan ilegalmente de forma diaria- pero las caravanas tienden a atraer una enorme cantidad de atención de la prensa. La mayor parte de los que cruzan la frontera son de Centroamérica y la vasta mayoría solicita asilo.

Jim Simpson, autor de «El eje rojo-verde: refugiados, inmigración y la agenda de borrar América», dijo que es probable que la última caravana sea el resultado del éxito de la anterior.

«Descubrieron que con el método de la caravana tienen éxito de inundar Estados Unidos con problemas. Y creo que realmente ha tenido más éxito de lo que ellos se imaginaron, porque fue tan permitido por decisiones judiciales en Estados Unidos», dijo Simpson.

«Es la versión de América de lo que pasó en Europa, con masivas migraciones de personas de Medio Oriente. Descubrieron que es una fórmula exitosa y tienen bastantes aliados en Estados Unidos que van a facilitarlo y harán todo lo que puedan para impedir que Trump los bloquee».

Esfuerzos del gobierno

El gobierno de Trump intentó varios métodos para restringir el flujo de la inmigración ilegal, explicando que la mayoría de las solicitudes de asilo son falaces, y que el sistema está siendo usado como una forma efectiva para acceder a Estados Unidos y desaparecer una vez dentro del país.

Trump intentó prevenir que los peticionantes de asilo de la caravana de fines de 2018 entraran a Estados Unidos ilegalmente y abrumaran la Patrulla Fronteriza, por lo que publicó una proclamación el 9 de noviembre notificando que aquellos que crucen la frontera ilegalmente no serán aptos para obtener asilo.

El Juez de Distrito de EE. UU. Jon Tigar bloqueó la proclamación el 20 de noviembre, y el 19 de diciembre la Corte Suprema se negó a intervenir hasta que el caso complete su curso en los tribunales inferiores.

En mayo, el gobierno reintrodujo la política de tolerancia cero de la época de Bush, que implica que todo adulto que cruce ilegalmente la frontera será procesado judicialmente. Esta postura causó revuelo cuando algunos niños fueron temporalmente separados de los padres o adultos que los acompañaban, y Trump rápidamente se echó atrás.

Trump también urgió al Congreso para que cierre las lagunas en el sistema de asilo que permiten que miles de personas sin mérito inunden el sistema. En junio, el entonces Fiscal General Jeff Sessions reajustó el criterio para los asilos a como era antes de Obama, pero el Juez de Distrito de EE. UU. Emmet Sullivan bloqueó esa disposición el 19 de diciembre.

«Muchos de los jueces que se oponen a cada aspecto de los esfuerzos de Trump para reducir la inmigración, especialmente la inmigración ilegal, son jueces designados por Bill Clinton o Barack Obama», dijo Simpson. «Y esas personas son, casi sin excepción, de extrema izquierda».

El campamento de migrantes, a 16 kilómetros de la frontera con EE. UU., en el barrio Mariano Matamoros de Tijuana, México, 2 de diciembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

Nueva caravana, vieja caravana

La Secretaria del Departamento de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen dijo que su agencia está monitoreando de cerca la nueva caravana.

«Para ser clara, la participación en la caravana no le garantiza un estatus especial ni le provee de un trato especial», escribió en Twitter el 16 de enero.

A fines de diciembre de 2018, surgieron reportes que anticipaban una caravana de 15.000 personas que partiría de Honduras a mediados de enero.

Una miembro del grupo promigrantes Reactiva Tijuana Foundation, Irma Garrido, dijo el 27 de diciembre: «Son incluso más grandes y fuertes que los de la última caravana».

En ese momento, los activistas promigrantes dijeron que el plan de la caravana era quedarse en los estados sureños mexicanos de Chiapas y Oaxaca. Pero los últimos reportes sugieren que esta caravana está dirigida a Estados Unidos, por la misma ruta que la anterior.

El gobierno mexicano ofreció asilo temporario a los miembros de la caravana anterior, junto con educación, trabajos y asistencia sanitaria, pero la mayoría rechazó la oferta y desde entonces muchos entraron a Estados Unidos ilegalmente.

La última caravana tenía alrededor de 6400 miembros en Tijuana y hubo dos grandes intentos de ingresar a Estados Unidos en masa.

Los migrantes se abre camino en la frontera de EE. UU. justo pasando la entrada peatonal este del cruce de San Ysidro en Tijuana, México, 25 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

El primer intento fue el 25 de noviembre, cuando más de 1000 migrantes  empujaron y atravesaron la policía  antidisturbios e intentaron trepar o traspasar el cercado de la frontera hacia Estados Unidos. La Patrulla Fronteriza usó gas lacrimógeno para dispersar a la multitud y solo lograron pasar unas varias docenas.

Otro intento de alrededor de 150 miembros fue en la noche de Año Nuevo y también terminó con la Patrulla Fronteriza utilizando gas lacrimógeno para repeler a los migrantes que los apedreaban, mientras otros intentaban trepar la cerca fronteriza.

Muchos de los migrantes con los que La Gran Época habló en Tijuana dijeron que querían vivir en Estados Unidos para reunirse con la familia que tenían allí, o por razones económicas. La mayoría dijo que planeaba cruzar ilegalmente a Estados Unidos.

Karen Aviles en el nuevo campammento de migrantes a 16 kilómetros de la frontera con EE. UU., en Tijuana, México, 2 de diciembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)
Karen Aviles dijo el 2 de diciembre que conocía muchos miembros de la caravana que ya habían cruzado ilegalmente, entre ellos su sobrina y sobrino y sus parejas.

La esposa de su sobrino tenía fecha de parto el 5 de diciembre.

«Es por eso que se apuraron, para que el bebé pudiera nacer en Estados Unidos», dijo Aviles. «El día que cruzaron, yo no estaba ahí; de otro modo, hubiera ido con ellos».

Dijo que también planea cruzar ilegalmente.

Luego de estar en Tijuana por unas dos semanas, el guatemalteco Luis Conde, 48, dijo que no tiene intenciones de solicitar asilo en Estados Unidos, porque «no me lo darán».

«Si no dan los papeles, al diablo, saltaré -no hay dudas de eso», dijo el 26 de noviembre. «Si uno es oportunista, tiene que saber tomar las chances que vienen, cuando vienen y ves que no es peligroso, bam, estas allí».

Frank Martínez, que viajó con su padre desde Honduras, dijo que tiene intenciones de cruzar ilegalmente.

«Personalmente, y conozco muchas personas que intentarán hacer lo mismo -cruzar ilegalmente. Voy a entrar ilegalmente», dijo el 24 de noviembre. «Porque queremos una vida mejor y tengo prisa».

Soberanía

Simpson dijo que la meta final de la izquierda es abrumar Estados Unidos con inmigrantes ilegales a quienes eventualmente se les dará amnistía y el derecho al voto.

«Están muy cerca de su meta de atraer a un número suficiente de personas en el sentido de que están muy seguros que pueden, por ejemplo, convertir a Texas de rojo a azul, y que pueden ganar mayorías permanentes de izquierda en el Congreso y la presidencia», dijo Simpson. «Y entonces nuestro país cambiará irremediablemente para peor. Se convertirá en un país socialista, en el peor de los sentidos».

Dijo que muchos estadounidenses no entienden la verdadera amenaza. «Esto es un desafío directo a la soberanía de Estados Unidos y nos lo han impuesto. Las caravanas son herramientas», dijo.

«Todas estas son dimensiones de la misma estrategia, que consiste en abrumar a nuestra sociedad con problemas y ponerse a sí mismos [la izquierda] en posición de proporcionar la solución, que siempre es una gran solución gubernamental», dijo Simpson.

Trump ha hecho comentarios similares sobre la soberanía. «La frontera sur de Estados Unidos va a ser militarizada y defendida o Estados Unidos, como lo conocemos, va a dejar de existir», escribió en Twitter el 13 de enero.

El secretario de Seguridad Pública de Tijuana, Marco Sotomayor, durante una conferencia de prensa en Tijuana, México, el 26 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)
El secretario de Seguridad Pública de Tijuana, Marco Sotomayor, durante una conferencia de prensa en Tijuana, México, el 26 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

Problemas en Tijuana

En Tijuana, el secretario de seguridad pública, Marco Antonio Sotomayor, dijo que espera que el gobierno mexicano asegure su frontera sur con Guatemala y no permita el acceso a México a los migrantes en caravanas no registradas.

«Sabemos que dentro del grupo de migrantes vienen algunos criminales centroamericanos ocultos, que tienen órdenes vigentes en sus países o antecedentes penales y, obviamente, no quieren registrarse porque saben que esta información es compartida con los gobiernos de Centroamérica. Ellos saben que vamos a detectar que tienen antecedentes penales», dijo Sotomayor a La Gran Época el 14 de enero. «Así que, esa parte, desde mi punto de vista, es muy arriesgada. Exigimos que el gobierno federal no permita el acceso a nuestro territorio nacional sin un proceso legal y ordenado».

Sotomayor dijo que es un reto y muy costoso para la ciudad manejar a los miles de miembros de la caravana desde noviembre.

«Si otro grupo viene…. debe ser dividido equitativamente en las ciudades fronterizas cercanas a todos los cruces fronterizos que existen a lo largo de toda la frontera de México y Estados Unidos», sugirió. Existen veintiséis de estos puertos de entrada a lo largo de los 3200 kilómetros de la frontera México-Estados Unidos.

Hasta la fecha, la policía local de Tijuana arrestó 351 migrantes de la caravana de noviembre por varios delitos, la mayoría relacionados con drogas.

Rodrigo Melgoza, residente de Tijuana, sostiene un letrero que dice "inmigrantes sí, ilegales no" durante una protesta contra la caravana de migrantes de Centroamérica en Tijuana, México, el 18 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)
Rodrigo Melgoza, residente de Tijuana, sostiene un letrero que dice «inmigrantes sí, ilegales no» durante una protesta contra la caravana de migrantes de Centroamérica en Tijuana, México, el 18 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

Los ciudadanos de Tijuana organizaron una protesta contra la caravana en noviembre, y muchos mexicanos le dijeron a La Gran Época que la consideraban una invasión.

Rodrigo Melgoza tenía un letrero escrito a mano que decía: «Inmigrantes sí, ilegales no».

«Porque creo que todo el mundo tiene derecho a crear una vida en un nuevo país, pero tienen que hacerlo de la manera legal», dijo. «No deben violar la soberanía de todos los mexicanos y de México, como hicieron estos pueblos en la frontera».

Elvia Villegas dijo que admira a Trump, «porque está defendiendo sus fronteras. No como aquí en México, donde los políticos son corruptos y no defienden sus fronteras».

Trato de permanecer en México

Nielsen anunció el 20 de diciembre una nueva política para que los solicitantes de asilo puedan ser devueltos a México mientras dure su proceso de inmigración.

«Si un juez de EE.UU. les concede asilo, serán bienvenidos a Estados Unidos. Si no lo son, serán trasladados a sus países de origen», dijo Nielsen. «Captura y liberación» se sustituirá por «captura y devolución». Esto también nos permitirá centrar más la atención en aquellos que realmente huyen de la persecución».

No se revelaron más detalles del plan «Permanecer en México»; sin embargo, Sotomayor dijo que el gobierno mexicano no está de acuerdo con el plan.

«Tengo entendido que la posición del gobierno es no aceptarlos. Si ellos [Estados Unidos] quieren devolverlos a México, no los recibirán», dijo.

«Obviamente, condenamos que un extranjero que solicita asilo a Estados Unidos tenga que permanecer en territorio nacional en Tijuana. Lo que queremos es que si alguien pide asilo político y se abre un proceso en Estados Unidos, entonces debería ser recibido por Estados Unidos. No queremos que Tijuana se encargue de eso».

Pero, dijo, es un asunto federal entre los gobiernos de los dos países.

El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el 18 de diciembre un paquete de ayuda exterior de 10.600 millones de dólares para el sur de México y América Central.

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