La Casa Blanca está presionando a los republicanos para que aprueben un proyecto de ley de seguridad fronteriza, destacando sus implicaciones para la crisis en la frontera entre Estados Unidos y México.
La legislación, que se dice que cuenta con apoyo bipartidista en el Congreso y que probablemente se presentará ante los legisladores el 23 de mayo, ha sido promocionada como un acuerdo con cambios políticos significativos y ha ofrecido recursos y personal adicionales para asegurar la frontera.
Además de las medidas que ayudarían a las agencias gubernamentales a hacer frente a la afluencia de inmigrantes ilegales, la Casa Blanca ha señalado que el proyecto de ley se centra en el tráfico de fentanilo.
El proyecto de ley, que se espera llegue al Senado en cuestión de días, incluye disposiciones para dejar de aceptar solicitudes de asilo en la frontera cuando la afluencia de inmigrantes ilegales supere la capacidad de las agencias gubernamentales para procesarlas de forma segura y eficiente.
En concreto, la legislación negociada por republicanos y demócratas del Senado incluye un plan para cerrar la frontera durante siete días consecutivos si las autoridades encuentran un promedio de 5000 inmigrantes ilegales al día o si se encuentran más de 8500 extranjeros ilegales en un solo día.
Funcionarios de la Casa Blanca han pedido al Congreso que apruebe la ley, afirmando que ofrecerá más apoyo a quienes se ocupan de los inmigrantes ilegales. El proyecto de ley incluye un aumento de 1500 agentes en el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras y de 1200 agentes en el Servicio de Inmigración y Protección de Aduanas.
El proyecto de ley también asignaría recursos para 100 máquinas adicionales para escanear artículos prohibidos, como el fentanilo, que se introducen a través de la frontera sur en Estados Unidos.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, se refirió a la ley en una rueda de prensa celebrada el 22 de mayo, en la que animó a los republicanos a aprobarla: «Una y otra vez, el pueblo estadounidense ha demostrado que no quiere redadas masivas, separación de familias ni niños en jaulas. Quieren una frontera segura y oportunidades de inmigración legal para quienes buscan venir a Estados Unidos a enriquecer nuestro país».
El líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, prometió someter a votación el proyecto de ley fronteriza y calificó la vacilación de algunos republicanos de maniobra políticamente motivada.
«Los republicanos y demócratas del Congreso por igual estaban dispuestos a unir sus brazos y actuar para asegurar la frontera de nuestra nación como parte del suplemento de seguridad nacional», escribió Schumer en una carta a sus colegas el 19 de mayo, diciendo que «el compromiso de los demócratas para actuar nunca disminuyó».
En un posteo del 22 de mayo en la plataforma de redes sociales X, el líder del Senado se refirió a los intentos anteriores de aprobar una legislación de seguridad fronteriza, diciendo: «Han pasado 105 días desde que Donald Trump y los republicanos bloquearon el proyecto de ley de seguridad fronteriza más fuerte y completo en una generación. Y todavía no tienen ningún plan excepto explotar la frontera para el beneficio político de Trump».
Se espera que el tema de la seguridad fronteriza esté en primera línea en el ciclo electoral de 2024, en el que ambas cámaras del Congreso tienen mayorías delgadas.
El representante Burgess Owens (R-Utah) se refirió a esa posibilidad, diciendo que los demócratas «pueden intentar» retomar la seguridad fronteriza como herramienta de campaña, pero que el trabajo del presidente Biden es asegurar la frontera mediante órdenes ejecutivas.
Los legisladores han utilizado diversas plataformas para expresar su frustración, entre ellos el representante Eric Schmitt (R-Mo.), quien dijo en un posteo en X que votaba en contra del proyecto de ley porque, entre otras cosas, «concede la ciudadanía a los inmigrantes ilegales» y codifica tanto el programa de «captura y liberación» como la «entrada ilegal a través de una aplicación telefónica».
El legislador también afirmó que «aniquila [el] poder de futuros presidentes para asegurar [la] frontera al establecer un nuevo número MÍNIMO de inmigrantes ilegales que deben ser admitidos cada día», y haría «permanente la migración a nivel de invasión».
Con información de Jacob Burg.
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