La Casa Blanca está duplicando su apoyo a la vacunación obligatoria en el sector privado, incluso mientras los hospitales del estado de Nueva York se preparan para la escasez de personal debido a los mandatos.
El lunes 27 de septiembre marcó la fecha límite para que los trabajadores de los hospitales de Nueva York se vacunen por completo. Pero miles en ese entorno todavía tienen que recibir la dosis y muchos se niegan. Esto llevó a la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, a anunciar el lunes su intención de firmar una orden ejecutiva que le otorga el poder de desplegar a la Guardia Nacional para reemplazar a los trabajadores de la salud. Ella dijo que los proveedores también pueden permitir que los trabajadores con licencia en otros estados y países, así como los recién graduados y los profesionales de la salud jubilados, también trabajen en el estado.
«Ellos están tomando medidas para trabajar con los sistemas de atención médica para garantizar que tengan alternativas, que puedan rellenar según sea necesario», dijo a los periodistas la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki. «Y eso ciertamente es algo que apoyamos, que algunos estados como Nueva York están haciendo».
Según la oficina de Hochul, alrededor del 84 por ciento de los trabajadores de la salud en el estado están vacunados, lo cual significa que el 16 por ciento no lo está.
La medida de la Casa Blanca se produce como una nueva regla que será emitida por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) que se espera en las próximas semanas, requiriendo vacunas para 80,000 trabajadores del sector privado en todo el país. La orden ejecutiva del presidente Joe Biden crea la regla para requerir que las empresas con 100 trabajadores o más exijan que sus empleados sean vacunados o muestren evidencia de una prueba negativa por COVID dos veces por semana. Las multas para las empresas que no cumplen con la ley podrían ascender a USD 13,600.
Psaki dijo que espera que la OSHA tome en consideración la implementación de mandatos a nivel estatal a medida que elabore su nueva regla.
“Estoy segura de que verán cómo se aplica a los diferentes sistemas de salud en el país, así como a las empresas, y cómo lo han aplicado en todo el país en el sector privado donde también se ha implementado”, dijo.
Psaki señaló algunos sistemas de salud que optaron por implementar mandatos antes de que lo requiriera la ley. Dijo que el Hospital Metodista de Houston perdió 153 (menos del uno por ciento) de sus 25,000 empleados debido a la vacunación obligatoria, 65 personas de 33,000 trabajadores de la salud en Maine perdieron sus trabajos, mientras que el hospital Henry Ford en Detroit pasó del 68 por ciento vacunado al 98 por ciento después de que pusieran en marcha un mandato.
“Estamos viendo en muchos lugares que esto está funcionando. Es efectivo, está creando más certeza y protección en nuestra fuerza laboral”, dijo.
Pero los informes de Nueva York cuentan una historia diferente. El Strong Memorial Hospital en Rochester, ubicado al norte del estado, anunció que detendría algunos procedimientos electivos durante dos semanas debido a la escasez, según el Centro Médico de la Universidad de Rochester, que opera la instalación.
“Los pacientes pueden esperar tiempos de espera más prolongados para las citas de rutina, a algunos empleados se les pedirá que asuman nuevas responsabilidades y es posible el cierre temporal de camas”, dijo la Universidad de Rochester en un comunicado, enfatizando que los servicios de emergencia y cuidados críticos continuarán.
El 24 de septiembre, un hospital en Lowville, ubicado al norte del estado de Nueva York, dejó de realizar partos–al menos temporalmente–cuando varios empleados que trabajaban en la sala de maternidad renunciaron por la vacunación obligatoria.
Biden tiene programado viajar a Chicago el miércoles para continuar promoviendo su plan de vacunación obligatoria y pedir a más empresas que las implementen.
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