La Casa Blanca señaló el jueves que la nueva administración también revisará la política hacia Cuba, así como lo hará con otras implementadas por el expresidente Trump en materia de seguridad nacional.
Durante la conferencia de prensa el 28 de enero, se le preguntó a la secretaria de prensa Jen Psaki si la actual administración revertiría todas las restricciones que Trump impuso al régimen castrista.
«Nuestra política hacia Cuba se rige por dos principios. El primero es apoyar a la democracia y los derechos humanos; ese será el núcleo de nuestros esfuerzos. El segundo es que los estadounidenses, especialmente los cubanoamericanos, son los mejores embajadores de la libertad en Cuba», respondió Psaki.
«Así que revisaremos las políticas de la Administración Trump, al igual que en otras áreas de la seguridad nacional, con el fin de asegurar que nuestro enfoque esté alineado con eso», agregó.
Psaki no dio más detalles al respecto, pero resaltó: «Tomaremos nuestro propio camino».
Tanto los cubanos que se oponen al régimen de Cuba como sus simpatizantes esperaban que con el cambio de administración también hubiera cambios en la política hacia la isla.
El régimen castrista ha esperado que cesen las sanciones y un retorno a la época de Obama.
«Todo podría retroceder en el corto plazo si esa fuera la voluntad del gobierno», dijo Carlos Fernández de Cossio, el principal diplomático cubano a cargo de las relaciones con Estados Unidos, a Reuters. El funcionario reiteró que Cuba no haría concesiones políticas a cambio de aliviar las sanciones.
Por su parte, el activista cubano Jose Daniel Ferrer dirigió una carta en noviembre al entonces candidato demócrata Joe Biden diciendo que «sus medidas hacia el régimen castrocomunista buscarían empoderar al pueblo cubano, pero le aseguro que los resultados serán totalmente contrarios».
«Sus medidas no empoderarían al pueblo, solo alargarían nuestro sufrimiento», escribió.
El gobierno de Trump adoptó una postura dura contra el régimen cubano aplicando múltiples sanciones y limitando los viajes y remesas, las cuales fueron aplaudidas por los cubanoamericanos.
Con dichas sanciones, su administración también apuntó a la injerencia de Cuba en Venezuela y el apoyo que el régimen le ha dado al dictador Nicolás Maduro.
«El aparato de inteligencia y seguridad cubano se ha infiltrado en las fuerzas militares y de seguridad de Venezuela, ayudando a Nicolás Maduro a mantener su dominio sobre su pueblo», dijo Pompeo en enero.
Una de las acciones más importantes que tomó el expresidente poco antes de dejar el cargo fue la de devolver a Cuba a la lista de patrocinadores estatales del terrorismo, luego que Barack Obama lo retirara en 2015.
El régimen cubano “ha alimentado, alojado y brindado atención médica a asesinos, fabricantes de bombas y secuestradores, mientras que muchos cubanos pasan hambre, se quedan sin hogar y sin medicinas básicas”, dijo el entonces secretario de Estado, Mike Pompeo.
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