TORONTO —Cerca de 1000 estudiantes se concentraron ante el consulado chino en Toronto el domingo por la noche, pidiendo el fin del Partido Comunista Chino (PCCh) y solidarizándose con los manifestantes en China tras la muerte de al menos 10 personas en un incendio en Urumqi, la capital de Xinjiang.
«¡Abajo el Partido Comunista Chino!», coreaban los manifestantes a ambos lados de la calle frente al consulado. A lo largo de la protesta se exhibieron pancartas en las que se leía «Libertad o muerte» y «Justicia para las víctimas de Urumqi y del COVID».
La indignación fue provocada por la tragedia de Urumqi, cuando los servicios de emergencia no pudieron llegar al incendio de un apartamento que se dejó arder durante horas debido a los bloqueos y cierres por el COVID-19 en todo el complejo residencial derivados de la política de «cero COVID» del PCCh.
Los manifestantes, en su mayoría estudiantes chinos en el extranjero, dijeron que sentían que era su responsabilidad participar en la manifestación y que no temían las represalias del PCCh.
Los coches que pasaban tocaban el claxon para mostrar su apoyo. Se vio a conductores y pasajeros agitando sus puños, repitiendo las consignas de los manifestantes. En un poste de electricidad frente al consulado, donde los partidarios hacían fila para depositar flores para las víctimas del mortífero incendio, se colgó un cartel con la leyenda «Urumqi Rd (M)».
Ese mismo día se celebraron protestas similares en las principales ciudades canadienses, como Vancouver, Calgary, Halifax, Ottawa y Montreal, donde los manifestantes, en su mayoría estudiantes chinos en el extranjero, salieron a la calle para denunciar la tiranía del PCCh y rendir homenaje a las víctimas de Xinjiang.
Protestas masivas en China
Lin Litong, representante de la organización estudiantil china Asamblea de Ciudadanos que participó en la protesta de Toronto, dijo que el PCCh nunca se ha preocupado por el pueblo desde que tomó el poder en China.
«Hoy no solo estamos aquí para llorar a las víctimas, sino también para cuestionar las políticas de ‘sellado y reducción a cero'», dijo. «Y para expresar nuestro apoyo a este movimiento, que no se ha visto en China desde hace décadas».
Las protestas masivas estallaron en toda China después de que las imágenes del incidente de Urumqi se hicieran virales en las redes sociales chinas. Las protestas estallaron en muchos lugares de Urumqi el 25 de noviembre, con residentes enfadados que exigían que se levantara el cierre de la ciudad, que había durado entre tres y cuatro meses.
Los residentes traspasaron los bloqueos y derribaron las vallas, gritando «abajo el Partido Comunista» y «Xi Jinping debería renunciar».
Tras las protestas en Xinjiang, muchos residentes de Beijing, Guangzhou, Shanghái, Zhengzhou y otras ciudades salieron de los lugares cerrados por el COVID-19 en contra de las órdenes de confinamiento del régimen.
En el Reino Unido, los manifestantes se concentraron ante la embajada china en Londres durante el fin de semana, condenando al líder chino.
«Incluso en el extranjero, la escala de estas protestas contra China es extraordinaria. Todo el mundo observará de cerca al PCCh para ver cuál es su respuesta a las protestas», dijo Abby Fu, investigadora sobre China en el Instituto Hudson, en un tuit el 27 de noviembre.
Con información de Michelle Hu y Alex Wu.
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