Casi un tercio de las pequeñas empresas de Nueva York y Nueva Jersey permanecen cerradas desde enero, según una base de datos gestionada por Harvard, que está rastreando el impacto económico de la pandemia.
Hasta el 16 de noviembre, el 27.8 por ciento de las pequeñas empresas de Nueva York no habían reabierto y en Nueva Jersey el 31.2 por ciento también permanecían cerradas, de acuerdo a TrackTheRecovery.org.
En el punto álgido de los cierres relacionados con la pandemia en el mes de abril, más del 50 por ciento de las pequeñas empresas de Nueva York cerraron sus puertas, según los registros de datos. Además, aunque una parte significativa reabrió en los meses siguientes, el nivel se estabilizó durante el verano, rondando la marca del 27 por ciento hasta ahora. La actividad de las pequeñas empresas de Nueva Jersey siguió casi la misma dinámica.
Las tasas de reapertura varían significativamente entre los diferentes estados. En el extremo inferior, en Washington, D.C., casi la mitad de las pequeñas empresas permanecen cerradas comparadas con el mes enero; en Alaska, el 40.8 por ciento y en Nuevo México, el 38.7 por ciento.
A algunos estados les ha ido relativamente mejor. Tanto en Nebraska como en Carolina del Norte permanecen cerradas el 20.5% de las pequeñas empresas; en Utah, el 21,1%; y en Tennessee, el 21.6% .
Al comentar las crudas cifras de Nueva Jersey, Eileen Kean, directora estatal de la Federación Nacional de Empresas Independientes, dijo al periódico Star-Ledger, que sin la ayuda federal, es poco probable que muchas pequeñas empresas sobrevivan al invierno.
«Es realmente malo (…) y sin dólares federales en Nueva Jersey las tiendas de Main Street y otros establecimientos no sobrevivirán el invierno», dijo al periódico.
Por su parte, el asesor de comercio de la Casa Blanca, Peter Navarro, pidió el 25 de noviembre a los legisladores que superen sus diferencias y aprueben otro paquete de ayuda que proporcione apoyo a las pequeñas empresas, a las familias y que amplíe la protección por desempleo.
«Lo que me preocupa es que millones de estadounidenses están en riesgo de caer en este abismo en el que no tienen suficiente apoyo, y por eso es tan importante un programa de fase 4 a nivel bipartidista», dijo Navarro, refiriéndose a un paquete de ayuda.
«Yo entiendo que hay muchas discusiones, pero como mínimo, lo que tenemos que hacer es apuntar a tres puntos de la brújula», dijo. «Tenemos que ayudar a las pequeñas empresas con un complemento del programa PPP; ese fue muy, muy exitoso», dijo Navarro, refiriéndose al Programa de Protección de Pago que provee préstamos condonables diseñados para proporcionar un incentivo directo a las pequeñas empresas para que puedan mantener a los trabajadores en la nómina.
«Podemos hacer otra ronda de estímulo para las familias», dijo, «y en muchos sentidos lo más importante es que tenemos que extender la ayuda de emergencia en compensación por desempleo ante la pandemia», que expirará a finales de diciembre.
Las conversaciones sobre otro proyecto de ley de estímulo siguen estancadas. Los demócratas de la Cámara de Representantes se aferran a sus demandas de un paquete de ayuda más amplio por un valor de alrededor de 3 billones de dólares mientras que los republicanos del Senado insisten en medidas más específicas a la pandemia de alrededor de 1 billón de dólares.
El resurgimiento del número de casos del virus hizo que las autoridades de más de una docena de estados endurecieran las restricciones a las empresas para tratar de frenar las infecciones, incluyendo la emisión de mandatos de uso de mascarillas, la limitación del tamaño de las reuniones, la restricción de las comidas en restaurantes y la reducción de las horas y capacidad de los bares y tiendas.
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