Los cruceros ya no están obligados a cumplir con una serie de restricciones de seguridad contra COVID-19 emitidas el año pasado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), que expiró el 15 de enero, lo que permite que las líneas de cruceros apliquen los protocolos a discreción.
Los CDC anunciaron la expiración de su Extensión Temporal y Modificación del Marco para la Orden de Navegación Condicional (CSO, por sus siglas en inglés), un conjunto de reglas obligatorias para los cruceros con bandera extranjera que operan en aguas de EE. UU., incluidos protocolos estrictos de vacunación, pruebas y uso de mascarillas.
“Luego de la expiración de la Extensión Temporal y Modificación del CSO, los CDC tienen tienen la intención de pasar a un programa voluntario, en coordinación con los operadores de cruceros y otras partes interesadas, para ayudar a la industria de los cruceros a detectar, mitigar y controlar la propagación del COVID-19 a bordo de los cruceros», dijeron los CDC en un comunicado.
Aunque los CDC dejaron en claro que el nuevo programa es voluntario, recomendaron a las compañías de cruceros que siguieran sus directrices de mitigación del COVID-19.
«Se alienta a las líneas de cruceros a seguir todas las medidas de salud pública de los CDC, incluidos los registros, las pruebas y la prevención y el control de infecciones», dijeron los CDC en un comunicado, y agregaron que darían a conocer los detalles de su programa voluntario de COVID-19 para cruceros en una fecha posterior.
COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), también conocido como SARS-CoV-2.
Se espera que varios operadores de cruceros opten por el programa discrecional. Norwegian Cruise Line Holdings dijo en un comunicado antes de la expiración del CSO que continuaría aplicando los protocolos de manera voluntaria.
«Para reforzar nuestro compromiso con la salud y la seguridad, con la expiración de la Orden de Navegación Condicional de los CDC, nuestras tres marcas han optado por el Programa voluntario de los CDC, que ofrece al sector de los cruceros un conjunto de disposiciones operativas para proteger la salud y la seguridad de los huéspedes y de la tripulación», dijo Frank Del Rio, presidente y director ejecutivo de Norwegian Cruise Line Holdings Ltd.
Tom McAlpin, presidente y CEO de Virgin Voyages, dijo en una entrevista para Good Morning America transmitida el 15 de enero que, «por supuesto, vamos a participar» en el programa, y agregó que los protocolos descritos en el CSO «están funcionando».
La medida de los CDC fue elogiada por la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros, un grupo del sector.
“La transición de la Orden de Navegación Condicional (CSO) a un programa voluntario (…) reconoce el compromiso inquebrantable de la industria de cruceros de proporcionar algunos de los niveles más altos de mitigación del COVID-19 que se encuentran en cualquier industria”, dijo el grupo en un comunicado.
Algunos han criticado la decisión de los CDC de pasar a un sistema voluntario. Varios congresistas demócratas escribieron una carta a la directora de los CDC, la Dra. Rochelle Walensky, instando a la agencia a mantener las medidas de mitigación como obligatorias.
“Mientras el mundo lucha contra el aumento más alto de casos de COVID-19 hasta la fecha, es fundamental priorizar y hacer cumplir con firmeza las medidas que maximicen la seguridad de todos los que se encuentran a bordo de los cruceros”, escribieron la representante Doris Matsui (D-Calif.) y el senador Richard Blumenthal (D-Conn.) en la carta (pdf).
Ambos argumentaron que cambiar «prematuramente» a un programa voluntario podría permitir que los operadores de cruceros eludan las medidas de salud pública, creando «condiciones propicias para la propagación continua de infecciones, poniendo en peligro nuestros esfuerzos contra esta pandemia, poniendo en peligro aún más la seguridad de los pasajeros y la tripulación, y amenazando el operaciones de una industria duramente afectada por la pandemia».
A inicios de semana, Walensky declaró ante una comisión de salud del Senado que la propagación de la variante ómicron, altamente contagiosa pero mucho menos virulenta, había multiplicado por treinta los casos en los barcos durante las dos semanas previas.
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