Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos anunciaron el 23 de febrero que las hospitalizaciones y muertes por COVID-19 están en general en descenso en los últimos años, a pesar de algunos episodios de transmisión elevada.
«Los resultados graves de COVID-19 han disminuido sustancialmente desde 2020 y 2021», dijo la agencia. Los ingresos por COVID-19 en los hospitales de Estados Unidos han disminuido en más del 60 por ciento desde la cifra máxima en 2021, bajando a solo 900,000 hospitalizaciones en 2023, desde 2,5 millones casos en 2021.
«La disminución de las muertes asociadas con COVID-19 es aún más dramática que la caída en las hospitalizaciones. En 2021, más de 450,000 muertes entre los estadounidenses se asociaron con COVID-19, mientras que en 2023, ese número se redujo a aproximadamente 75,000».
La agencia federal señaló además que las infecciones por COVID-19 se han mantenido en un nivel similar a años anteriores, pero la probabilidad de ser hospitalizado ha disminuido.
«Si bien hay otros factores involucrados, el aumento en el porcentaje de la población con anticuerpos contra COVID-19 indica que el aumento de la inmunidad de la población es parcialmente responsable de la disminución de la gravedad», indicó la agencia. «En enero de 2021, solo el 21 por ciento de las personas de 16 años o más tenían anticuerpos contra el COVID-19».
Al mismo tiempo, los CDC dijeron que las tasas de hospitalización han disminuido en todos los grupos de edad. Pero enfatizó que ciertos adultos mayores, bebés y afecciones médicas preexistentes todavía parecen tener un mayor riesgo de desarrollar un caso grave de COVID-19, y agregó que los adultos de 65 años y los mayores, representaron el 63 por ciento y el 88 por ciento de las Muertes hospitalarias por el virus para el primer semestre de 2023.
Más del 90 por ciento de ese grupo tenía “múltiples afecciones médicas preexistentes” y también señaló que los bebés de seis meses o menos tuvieron tasas más altas de hospitalizaciones por COVID-19, dijeron los CDC.
A pesar de la actualización positiva, los CDC advirtieron que el virus es una “amenaza para la salud pública” y nuevamente recomendaron que todos, incluidos los bebés y las mujeres embarazadas, reciban una de las vacunas de refuerzo actualizadas. Una vez más, la agencia sugirió que la gente use mascarillas y mejore la ventilación en áreas cerradas.
El 16 de febrero, los CDC dijeron que la temporada de enfermedades respiratorias 2023-24 parece haber alcanzado su punto máximo, pero enfatizaron que está “lejos de terminar”. La agencia señaló que las hospitalizaciones por COVID-19, influenza y VRS han disminuido en las últimas semanas.
«Sin embargo, la actividad de las enfermedades respiratorias sigue elevada y algunos indicadores de actividad de la gripe han vuelto a aumentar», según la actualización de la agencia. “La positividad de las pruebas de gripe aumentó a nivel nacional a finales de enero y se ha estabilizado desde entonces, pero continúa aumentando en porcentajes del país. Las visitas al departamento de emergencias por gripe han aumentado en algunas áreas del condado”.
En particular, el aumento combinado de hospitalizaciones asociadas con los tres virus “no fue tan alto” como la temporada anterior, y agregó que también hubo “menos informes de tensión en la atención médica” para 2023 y 2024. Las hospitalizaciones y muertes en general por gripe y COVID-19 también fueron más bajos, añadió.
Importante estudio sobre COVID
Este mes, investigadores de la Red Mundial de Datos sobre Vacunas, una rama de la Organización Mundial de la Salud, analizaron alrededor de una docena de afecciones médicas consideradas como eventos adversos de especial interés en un estudio poblacional de 99 millones de personas que habían sido vacunadas.
«El tamaño de la población en este estudio aumentó la posibilidad de identificar potenciales señales inusuales de riesgo de seguridad de la vacuna», dijo en un comunicado de prensa la autora principal Kristýna Faksová, del Departamento de Investigación Epidemiológica del Statens Serum Institut de Dinamarca. «Es poco probable que sitios o regiones individuales tengan una población lo suficientemente grande como para detectar señales muy inusuales», añadió la autora.
Según la investigación, se encontraron casos de un tipo de inflamación cardíaca conocida como miocarditis tras la primera, segunda y tercera dosis de la vacuna de ARNm de Pfizer, mientras que la tasa fue mayor tras la segunda vacuna de Moderna.
La pericarditis, que es una inflamación del pericardio, tuvo un riesgo 6.9 veces mayor en las personas que tomaron la vacuna de AstraZeneca, mientras que hubo una probabilidad de 1.7 a 2.6 veces de desarrollar la afección después de tomar la primera y cuarta dosis de Moderna, respectivamente, de acuerdo a la investigación.
También encontraron un aumento en el síndrome de Guillain-Barré entre quienes recibieron la vacuna de AstraZeneca, en pocas semanas, y más casos de lo previsto de encefalomielitis diseminada, una forma de inflamación del cerebro y la médula espinal, entre las personas que recibieron la primera dosis de la vacuna Moderna.
“Además, las evaluaciones generales de riesgo-beneficio de la vacunación deben tener en cuenta el riesgo asociado con la infección, ya que múltiples estudios demostraron un mayor riesgo de desarrollar los eventos en estudio, como GBS, miocarditis o ADEM, después de la infección por SARS-CoV-2 que tras la vacunación”, concluyeron los autores.
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