Hasta ahora, las investigaciones no han mostrado ningún vínculo entre las vacunas anti-COVID y las muertes que ocurrieron después, dicen los funcionarios de salud.
A partir del 7 de febrero, un sistema de notificación pasiva, administrado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), recibió 1170 informes de muerte entre personas que recibieron la vacuna anti-COVID.
“Los médicos de los CDC y la FDA revisan cada notificación de muertes tan pronto como se les avisa y los CDC solicitan registros médicos para evaluar más profundamente las notificaciones. Una revisión de la información clínica disponible, incluidos los certificados de defunción, las autopsias y los hallazgos de los registros médicos, no reveló ningún vínculo [de las muertes] con las vacunaciones”, dijeron los CDC en una actualización reciente de su página web sobre los eventos adversos posteriores a la vacunación.
Una portavoz de los CDC le dijo a The Epoch Times el 1 de febrero que los datos sobre las muertes posteriores a la vacunación mostraban que “muchas de estas muertes se producen entre los residentes de hogares de ancianos que tenían enfermedades subyacentes graves y sus muertes no se aceleraron con la vacuna”.
“Es importante recordar que muchos eventos adversos, incluida la muerte, después de las vacunaciones son a menudo una coincidencia, lo que significa que, si bien puede ocurrir un evento adverso después de vacunarse, la vacuna no siempre es la causa”, agregó en un correo electrónico. “Establecer la causa de muerte de un paciente por cualquier causa (incluidas las vacunas) es un proceso complejo que implica el juicio del médico. Por lo general, los CDC ceden a los informes de autopsias y certificados de defunción como la causa definitiva de muerte de cualquier paciente”.
Un portavoz de la FDA le dijo a The Epoch Times, el mes pasado, que las investigaciones sobre los informes de muerte incluyen la obtención, con los proveedores de atención médica, de las historias clínicas e información de seguimiento clínico.
Entre el 14 de diciembre de 2020 y el 7 de febrero, se administraron más de 41 millones de dosis de las dos vacunas anti-COVID autorizadas en Estados Unidos.
Pfizer y BioNtech fabrican una vacuna. La otra está hecha por Moderna, con la ayuda de funcionarios de salud de EE.UU.
COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Pfizer está monitoreando de cerca todos los informes posteriores a las vacunaciones, según un portavoz que habló previamente con The Epoch Times. Moderna no ha respondido a las solicitudes de comentarios.
“Los CDC y la FDA continuarán investigando los informes de eventos adversos, incluidas las muertes, reportadas al VAERS” o Sistema Pasivo de Notificación de Eventos Adversos de Vacunas, dijeron los CDC.
VAERS acepta informes de cualquier persona, incluidos profesionales de la salud y familiares.
Las autoridades se basan en el VAERS, y otros sistemas pasivos, en la fase inicial del programa de vacunación estadounidense, según la Dra. Grace Lee, copresidenta del Subgrupo Técnico de Seguridad de las Vacunas anti-COVID del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización. Este comité asesora a los CDC en materia de vacunas.
En el futuro, está previsto utilizar los datos de sistemas de vigilancia a la población para examinar el riesgo de efectos adversos tras la vacunación.
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