Un reciente informe reveló que al menos 5,8 millones de inmigrantes solicitantes de asilo o de otras protecciones migratorias, entraron a los Estados Unidos bajo la administración Biden-Harris.
Si bien durante el último año, la administración Biden-Harris estableció una orden ejecutiva que restringía los requisitos y la entrada de inmigrantes a Estados Unidos, un reporte del Migration Policy Institute (MPI) estima que hasta julio de este año más de 5.8 millones de inmigrantes recibieron la libertad condicional o se les permitió ingresar al país para presentar solicitudes de asilo y otros casos de inmigración.
El informe señala que “en momentos de altas llegadas, las autoridades, abrumadas, a menudo tuvieron que liberar a migrantes dentro del país debido a la falta de recursos para procesar solicitudes de asilo y otras gestiones”, no obstante en los últimos meses tanto las intercepciones como las liberaciones han disminuido.
Destaca los esfuerzos de la actual administración en materia de inmigración, señalando el “número récord” de acciones ejecutivas, 605 hasta diciembre del presente año, haciendo un comparativo con las 472 acciones ejecutivas del presidente electo Donald J. Trump durante su primer mandato (2017-2021)
Ha sido mediante estas acciones en que la administración Biden-Harris “restauró los niveles de inmigración legal” que habían disminuido debido a la pandemia del COVID 19 y a las políticas previas de Trump, logrando “reconstruir el reasentamiento de refugiados a niveles no vistos desde la década de 1990”, indicó el reporte.
Además, señala que la administración Biden naturalizó a cerca de 3.5 millones de personas, siendo este “el mayor número en cualquier mandato presidencial”. También duplicó la duración de los permisos de trabajo y extendió el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) a 1.7 millones de posibles nuevos beneficiarios, ofreciéndoles autorización de trabajo y protección contra la deportación.
De igual modo, Estados Unidos recibió a 327,900 extranjeros que ingresaron por la frontera con Canadá y 214,800 ucranianos que llegaron al país gracias a un amparo humanitario.
Otros 75,000 extranjeros llegaron a través de un programa que favorecía a personas que ayudaron al gobierno estadounidense en Afganistán.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) realizó más de 2.5 millones de expulsiones bajo el gobierno de Biden, mientras estuvo vigente la política del Título 42, que permite expulsar a los extranjeros por una emergencia sanitaria. La cifra no incluye las expulsiones y deportaciones realizadas después que se impusieron las restricciones al asilo en junio pasado.
El informe del MPI detalla que si bien “la administración avanzó en el aumento de las admisiones legales, los rezagos en el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE. UU. (USCIS) alcanzaron niveles sin precedentes”, mientras que los tiempos para procesar ciertas solicitudes ahora se han extendido a años.
Con información de EFE
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