Las autoridades de Chicago han cancelado las clases por segundo día consecutivo después de que el Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por sus siglas en inglés) se negara a dar clases en persona.
Las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés) anunciaron la noche del miércoles que las clases no tendrían lugar ni en persona ni a distancia el jueves.
«Nos disculpamos por la alteración que el paro laboral ilegal del sindicato está causando a su familia», escribió el director ejecutivo de las escuelas de Chicago, Pedro Martinez, en una carta a los padres.
Mientras que el CTU votó a principios de esta semana para enseñar de forma virtual hasta que el número de casos de COVID-19 se redujera o los funcionarios de Chicago accedieran a varias demandas, algunos maestros han estado optando por presentarse a trabajar de todos modos, y algunas escuelas tienen suficiente personal para volver a las clases en persona el viernes, dijeron los funcionarios.
En las escuelas en las que muchos profesores no se han presentado, los padres pueden recibir materiales para que los alumnos los usen en casa en los próximos días.
La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, dijo en una rueda de prensa que «no permitirá» que el sindicato «tome como rehenes a nuestros niños».
No estuvo de acuerdo con que el sindicato exija que todos los educadores, estudiantes y voluntarios den negativo en las pruebas por COVID-19 antes de volver a la escuela.
«No vamos a arrebatar a los padres su derecho y su obligación de decirnos si quieren que sus hijos se sometan a las pruebas o no. Eso no va a ocurrir. Es moralmente incorrecto», dijo Lightfoot.
La alcaldesa ha recibido el respaldo de la Casa Blanca, que dijo este mismo miércoles que todas las escuelas deberían permanecer abiertas, incluso en Chicago, pero el sindicato se ha mantenido hasta ahora firme en sus demandas.
El presidente del CTU, Jesse Sharkey, en un correo electrónico enviado a los miembros del sindicato la noche del miércoles, dijo que las negociaciones apenas están comenzando «con toda seriedad» y que el sindicato presentó una acusación de práctica laboral injusta, alegando que los funcionarios escolares están violando un memorando de acuerdo alcanzado en agosto de 2021.
«Afirman falsamente que estamos haciendo una huelga ilegal, cuando QUEREMOS enseñar pero no podemos porque nos han bloqueado. Tenemos derechos a la seguridad y llevamos 20 meses en la mesa de negociación para garantizar esos derechos. No hemos cambiado un ápice los objetivos; de hecho, llevamos meses diciendo lo mismo: Por favor, trabajen CON nosotros para establecer pruebas exhaustivas, trabajen con nosotros para vacunar a los estudiantes y trabajen con nosotros para establecer protecciones básicas. Este documento describe cómo el equipo de las CPS de la alcadesa ha rechazado esas ofertas en todo momento», dijo Sharkey.
«Sin estas mitigaciones, sabemos que los edificios de las CPS no son seguros. Si nos mantenemos unidos y demostramos la fuerza de nuestra solidaridad a la alcadesa y a todo Chicago, podemos ganar la seguridad que los estudiantes y los padres de Chicago merecen», añadió.
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