Las autoridades de Chicago cancelaron las clases en toda la ciudad el lunes al no lograr un nuevo acuerdo con el Sindicato de Maestros de Chicago (CTU).
Los miembros del sindicato votaron la semana pasada a favor de un cambio abrupto a la enseñanza virtual, una medida rechazada por las Escuelas Públicas de Chicago (CPS) y la alcaldesa Lori Lightfoot. En su lugar, los funcionarios de la ciudad cancelaron las clases y han tratado de convencer a los profesores para que vuelvan a las aulas.
Hasta ahora, no han tenido éxito, lo que ha provocado el cuarto día de clases canceladas.
«Aunque hemos estado negociando intensamente a lo largo del día, no ha habido suficiente progreso para que podamos predecir el regreso a las clases mañana», dijo Pedro Martínez, el CEO de las CPS, a los padres en una carta a última hora del domingo.
«Apreciamos su paciencia y seguiremos proporcionándoles novedades tan pronto como estén disponibles», añadió más tarde.
Martínez y Lightfoot, una demócrata, dicen que las acciones del sindicato equivalen a un paro laboral ilegal porque no pueden, según la ley estatal y el actual convenio colectivo, decidir unilateralmente no dar clases en persona.
«Lo que hizo el sindicato de profesores de Chicago fue un paro ilegal. Abandonaron sus puestos y abandonaron a los niños y a sus familias», dijo Lightfoot en el programa «Meet the Press» de la NBC.
El sindicato argumenta que la medida era necesaria debido al aumento de los casos de COVID-19 y porque supuestamente no hay suficientes medidas de seguridad en las escuelas.
«El Sindicato de Maestros de Chicago ha estado en la mesa de negociaciones durante los últimos seis meses —antes del descubrimiento y la propagación de la variante ómicron— con CPS y la alcaldesa Lightfoot pidiendo colaboración y estrategias de mitigación bien pensadas para mantener a los estudiantes, las familias y los educadores seguros. Lamentablemente, estas peticiones han caído en saco roto, dando lugar a ataques a los profesores y a un cierre patronal de cinco días que ha perturbado la vida de cientos de miles de estudiantes y familias», dijo el sindicato en una declaración el lunes.
«El sindicato quiere asegurar a los padres y tutores de Chicago que permaneceremos en la mesa de negociación hasta que alcancemos un acuerdo que nos devuelva a todos al aprendizaje presencial de forma segura y equitativa», añadió.
Durante el fin de semana, el sindicato propuso mantener las clases de forma virtual hasta mediados de enero, una propuesta que fue rápidamente rechazada por Lightfoot.
El sindicato se enfrenta a una denuncia por prácticas laborales injustas por parte de la ciudad y a una demanda de un grupo de padres, que también alegan que el sindicato está llevando a cabo una huelga ilegal.
«Los padres están indignados. Y están dando a conocer su indignación al sindicato de profesores», dijo Lightfoot.
Algunos miembros del sindicato tenían previsto acudir el lunes a varios barrios para inscribir a los alumnos en las pruebas de COVID-19 antes de lanzar «caravanas de coches» que convergerían en el Ayuntamiento como parte de su plan para presionar a la ciudad para que acceda a sus demandas.
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