Los estibadores eventuales del puerto chileno de Valparaíso, que llevan un mes en huelga en demanda de mejoras laborales y salariales, se enfrentaron hoy por segundo día consecutivo en el centro de la urbe costera y sus dirigentes anunciaron una escalada del conflicto si no hay una solución.
Las manifestaciones se desarrollan en el corazón del principal puerto chileno, que a causa de la huelga se mantienen semiparalizado, en el inicio de la temporada de exportación de frutas y de la recalada de cruceros de turismo.
Ya una parte de las actividades han sido desviadas al cercano puerto de San Antonio, según dijeron las autoridades, que precisaron que desde el pasado 16 de noviembre, cuando comenzó la huelga, los embarques de frutas suman apenas 3.006 toneladas en Valparaíso, un 95 % menos que en igual período del 2017, cuando concentraba el 54 % del total nacional de dichos embarques.
La concesionaria Terminal Pacífico Sur (TPS) presentó el pasado viernes una propuesta para el término de la huelga que fue rechazada por los trabajadores, al igual que otras dos anteriores.
Los estibadores eventuales trabajan por turnos y se les contrata sólo por ocho horas diarias, sin salario mínimo ni beneficios por años de servicio, vacaciones ni derecho a negociación colectiva.
Al comienzo, los trabajadores pidieron un aumento de turnos y un bono compensatorio de 2.900 dólares (unos 2 millones de pesos chilenos), a lo que luego agregaron un crédito blanco de 735 dólares (unos 500.000 pesos chilenos) y la eliminación de las «listas negras» (de dirigentes sindicales o activistas a quienes se margina de los turnos).
Hasta ahora, el Gobierno ha cumplido principalmente de mediador, procurando un acercamiento entre las partes, a través de la ministra de Transportes, Gloria Hutt, y de la estatal Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), aunque el presidente de esta última, Raúl Celis, fue destituido «por diferencias en la apreciación del conflicto» con el Gobierno Central.
Según EPV, hasta ahora las pérdidas, sólo por la no atención de naves, llegan a unos 4,2 millones de dólares.
El pasado viernes, TPS ofreció a los trabajadores un préstamo de 514 dólares (unos 350.000 pesos chilenos) y una tarjeta de prepago (gift card) de 294 dólares (unos 200.000 pesos chilenos), que los huelguistas rechazaron por la negativa de la empresa a terminar las listas negras.
En ese contexto, los trabajadores anunciaron manifestaciones «con barricadas» en Navidad y Año Nuevo, cuando cada 31 de diciembre Valparaíso recibe el año nuevo con un gigantesco espectáculo pirotécnico que abarca cerca de 50 kilómetros a lo largo de la costa.
Ya este lunes, en medio de los choques de huelguistas y Carabineros, que allanaron la sede del sindicato y detuvieron a una veintena de trabajadores, los incidentes significaron la destrucción de una feria de artesanías navideñas instalada en la plaza Sotomayor.
«No queremos arruinarle el Año Nuevo a nadie, pero tendremos un show nunca antes visto en Valparaíso, un Año Nuevo alternativo, con barricadas y protestas en la calle», anunció hoy Pablo Klimpel, portavoz de los huelguistas.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, instó nuevamente al diálogo y a la «responsabilidad» de las partes. «Aquí está en juego que Chile sea un proveedor confiable y por tanto hay que entender que hay una responsabilidad y que más allá del conflicto, se debe intensificar el diálogo», sostuvo.
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