Los dos chilenos acusados de la muerte de un malasio el año pasado, se libraron de la pena capital y fueron condenados hoy a dos años de prisión tras llegar a un acuerdo con la fiscalía que les permitirá salir en libertad «de forma inminente».
El ingeniero Felipe Osiadacz de 27 años, y el cocinero Fernando Candia de 30, fueron detenidos y juzgados por matar a un malasio con el que tuvieron una trifulca en un hotel de Kuala Lumpur, un caso en el que ellos siempre alegaron actuar en defensa propia.
Los chilenos, que desde el inicio del juicio habían defendido su inocencia, se declararon hoy culpables, un día después que la fiscalía ofreciera acusarles de homicidio culposo en lugar de asesinato.
El juez del tribunal de Kuala Lumpur estimó los atenuantes esgrimidos por la defensa, que señaló que los chilenos respondieron a la agresión de la víctima, que no tenían antecedentes y que mostraron su arrepentimiento y habían pedido perdón a los familiares del fallecido.
El magistrado también destacó que tanto la defensa como la fiscalía coincidieron en que no hubo intención de causar la muerte y que los dos acusados fueron «víctimas de las circunstancias» por encontrarse en el lugar y momento inadecuado.
«Aun así son culpables de la muerte de una persona. (…) Propongo una pena de dos años de prisión que es lo más adecuado para el interés público», dijo el juez en la lectura del fallo.
La pena fue rebajada en un tercio por buena conducta y días festivos pasados en prisión provisional, lo que permitirá que Osiadacz y Candia, que llevan 15 meses detenidos, salgan en libertad en las próximas semanas.
«Saldrán de forma inminente, como muy tarde el 4 de diciembre, pero lo más probable es que sea antes», dijo a la prensa tras la vista la abogada Venkateswari Alagendra, que se mostró satisfecha con la decisión del juez.
Los dos chilenos calificaron el año, tres meses y 21 días que llevan en prisión como «una pesadilla diaria»; agradecieron la rebaja de la acusación y se mostraron emocionados tras conocer el fallo en la sala del tribunal donde estaban acompañados de varios familiares.
«Solo queremos ser felices, estar con nuestras familias. No somos criminales», dijo Candia, que al igual que Osiadacz reiteró sus disculpas a las autoridades malasias y a la familia del fallecido, Yusaini Bin Ishak, que ha sido descrito en el juicio como un hombre vestido de mujer.
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