El 23 de marzo, Alexander Tah-ray Yui, jefe del Departamento de Asuntos Latinoamericanos y del Caribe del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de China, reveló que los fabricantes de vacunas chinos no venderían sus vacunas a Paraguay a menos que éste aceptara cortar sus relaciones diplomáticas con Taiwán, según la Agencia Central de Noticias (CNA), con sede en Taipei.
La parte paraguaya condenó la acción, diciendo que los fabricantes chinos de vacunas estaban tratando de dañar su soberanía; y sostuvo que las vacunas no deben ser reducidas a una herramienta política, informó CNA.
Paraguay es uno de los 15 aliados diplomáticos de Taiwán, según el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Beijing se ha ganado a siete antiguos aliados diplomáticos de Taiwán, entre ellos Santo Tomé y Príncipe, Panamá, Dominica, Burkina Faso, El Salvador, las Islas Salomón y Kiribati, desde que la presidenta Tsai Ing-wen asumió el cargo en 2016.
El medio de comunicación estatal chino Global Times se regocijó en una editorial del 20 de septiembre de 2019 diciendo que el número de aliados de Taiwán probablemente se reduciría a «cero» en el futuro.
El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, afirmó en una conferencia de prensa conjunta el 23 de marzo que «nosotros —China y Rusia— no nos preocupamos solo por nuestros propios beneficios, sino que tenemos en cuenta los intereses globales», según informan los medios estatales chinos. También dijo que China utilizaría sus vacunas como un bien público global.
Anteriormente, Wang dijo que China nunca puso condiciones políticas en la cooperación internacional sobre las vacunas COVID-19 en una reunión virtual del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la distribución de vacunas el 17 de febrero.
La «diplomacia de las vacunas» es un término que el gobierno chino odia utilizar, según Yanzhong Huang, investigador principal de salud global del Consejo de Relaciones Exteriores.
Huang es también profesor y director de estudios de salud global en la Escuela de Diplomacia y Relaciones Internacionales de la Universidad de Seton Hall.
Sin embargo, Huang señaló un hecho, y es que aunque una gran parte de los chinos no han sido inoculados, el Partido Comunista Chino ha donado sus vacunas a al menos 24 países, según un artículo del 11 de marzo en el sitio de Asuntos Exteriores.
China está donando miles de sus vacunas a países de ingresos bajos y medios para ampliar su alcance mundial, según el sitio web Quartz, con sede en Nueva York.
Sin embargo, los fabricantes chinos de vacunas no han sido transparentes a la hora de revelar los datos de los ensayos clínicos de fase 3, lo que ha provocado que el público se cuestione la seguridad de sus productos, según Huang.
Un ejemplo de ello es Singapur. Esta nación del sureste introdujo un cargamento de productos Sinovac fabricados en China en febrero de este año y los mantiene en un almacén sin utilizar.
Los reguladores siguen esperando más datos de Sinovac, según la Autoridad de Ciencias de la Salud del país.
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