El régimen comunista chino está tomando medidas para aislar su economía y construir la infraestructura necesaria para llevar a cabo una guerra de conquista contra Taiwán.
El Partido Comunista Chino (PCCh), que gobierna China como un Estado de partido único, está tomando medidas similares a las que Rusia tomó antes de invadir Ucrania, según J. Kyle Bass, director de inversiones del fondo de cobertura Hayman Capital Management.
En particular, dijo el Sr. Bass, el PCCh está construyendo 18 refugios antiaéreos en la provincia de Fujian, adyacente a Taiwán. El régimen también está construyendo el mayor hospital de combate del mundo en la región, añadió el Sr. Bass, diciendo que la medida recordaba a la construcción por Rusia de bancos de sangre en las fronteras de Ucrania en los meses previos a su invasión del año pasado.
«Está ocurriendo de nuevo, y tenemos que prestar atención», dijo el Sr. Bass durante una charla el 12 de julio en el Instituto Hudson, un think tank conservador.
«Creo que es muy probable que [el PCCh] invada Taiwán».
El PCCh cambia las leyes en preparación para la guerra
El PCCh afirma que Taiwán es una provincia rebelde que debe unirse al continente, aunque el régimen nunca ha controlado realmente ninguna parte de la isla.
El líder del PCCh, Xi Jinping, ha ordenado al ala militar del régimen que se prepare para la guerra y esté lista para iniciar una invasión de Taiwán en 2027. El régimen está haciendo preparativos para ello en toda la sociedad.
El Sr. Bass dijo que el régimen había tomado varias medidas para ampliar su autoridad legal para atacar a las empresas extranjeras que operan en China como parte de ese esfuerzo.
En 2020, por ejemplo, el PCCh actualizó su Ley de Inversiones Extranjeras para permitirse confiscar y nacionalizar cualquier activo o inversión extranjera en China en caso de guerra.
Del mismo modo, en 2021, la Ley contra las Sanciones Extranjeras del régimen otorgó al PCCh el poder de confiscar activos corporativos y detener a empleados de empresas extranjeras si éstas aplicaban sanciones a China por parte de sus gobiernos de origen.
«Si Estados Unidos o Europa sancionaban a China y estas empresas de Estados Unidos y Europa cumplían sus propias sanciones», dijo el Sr. Bass, «China podría nacionalizar los bienes y detener a las personas».
Asimismo, el régimen actualizó sus leyes contra el espionaje a principios de este año, prohibiendo la transferencia de cualquier información que se considere relacionada con la seguridad nacional y permitiendo al régimen confiscar los bienes de las personas e impedir por la fuerza que los extranjeros salgan de China.
Todos estos esfuerzos formaban parte de los esfuerzos legales globales del régimen para prepararse para las acciones que probablemente emprendería tras invadir Taiwán, dijo el Sr. Bass.
Xi aísla a China para tiempos de guerra
Los preparativos de China para la guerra van más allá de los refugios antiaéreos y de una mayor autoridad legal, dijo el Sr. Bass. De hecho, el régimen está perjudicando activamente sus propios intereses económicos para aislarse aún más del inevitable retroceso internacional que seguiría a una invasión del Taiwán democrático.
«Están haciendo cosas que no tienen sentido a menos que exista un plan mayor para una situación peor», dijo el Sr. Bass.
Entre las medidas que está tomando el régimen para aislarse de la influencia internacional está el almacenamiento masivo de grano, oro y fuentes de energía.
En particular, el PCCh ha acumulado reservas de trigo para un año y medio con el fin de evitar la inanición de sus casi 1500 millones de habitantes en caso de emergencia nacional. Sin embargo, a pesar de ello, las reservas permanecieron intactas durante los años de bloqueo del PCCh.
«China tiene el 20% de la población mundial, y hoy acapara casi el 70% del grano mundial», declaró el Sr. Bass.
Mientras tanto, en el frente energético, el régimen ha trabajado incansablemente para mejorar sus relaciones con los regímenes autoritarios —incluidos Rusia y Arabia Saudí— que le suministran la mayor parte del crudo.
Sin embargo, cuando se trata de gas natural licuado, el régimen ha dependido en cierta medida de la democrática Australia y, por ello, ha intentado aumentar masivamente las exportaciones de carbón para disminuir su dependencia del aliado estadounidense.
«Están intentando asegurar todos sus compromisos energéticos», afirmó el Sr. Bass.
«Están volviendo al combustible más sucio y barato en caso de que no puedan conseguir ese GNL».
Fracasan los esfuerzos de apaciguamiento de la Administración Biden
Mientras el PCCh se prepara para la guerra, dijo el Sr. Bass, partes clave de la Administración Biden parecen dedicadas a intentar fomentar el compromiso económico con el régimen.
Además, dijo, los principales responsables del Tesoro y de otras instancias simplemente «no quieren hablar» de utilizar las herramientas económicas más poderosas de que dispone la nación, como expulsar a China del sistema bancario SWIFT, lo que paralizaría la economía del régimen casi de la noche a la mañana.
«El Tesoro es propiedad de Wall Street… Quieren perseguir acuerdos económicos», dijo el Sr. Bass.
«Si nuestra seguridad nacional y nuestros valores se dejaran en manos de Wall Street y del sector privado, mañana estaríamos hablando chino».
Para ello, dijo que la Administración Biden tendría que empezar a discutir seriamente la posibilidad de utilizar sus armas económicas más severas contra el PCCh en caso de invasión de Taiwán.
«Soy un gran partidario de paralizar a China a través de la esfera económica», dijo el Sr. Bass. «…Es una disuasión asombrosa y eficaz. Tenemos que empezar a hablar de ello».
«Nombra un momento en el que el apaciguamiento contra déspotas autocráticos haya funcionado alguna vez. Nunca funciona. La disuasión mediante la fuerza es el único camino a seguir».
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