Etiquetado como infraestructura crítica por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, la fabricación de vagones de carga es una parte esencial –pero que suele ser pasada por alto– en el aparato de seguridad de transporte de la nación. Tanto las empresas como el Gobierno dependen por igual de los trenes que transportan los más de 5 millones de toneladas de mercancías y materiales por todo el país todos los días, desde productos agrícolas a equipos militares, e incluso desechos nucleares y productos químicos peligrosos.
Esta industria ha sido atacada en los últimos años por el régimen chino, algo que tiene importantes implicancias para la seguridad nacional de Estados Unidos. La empresa China Railway Rolling Stock Corporation (CRRC), un conglomerado ferroviario estatal chino, está utilizando activamente financiación e inversiones respaldadas por el régimen chino para ofrecer un precio hasta un 50 por ciento más bajo que los competidores mundiales.
CRRC es lejos el mayor fabricante de vagones en el mundo y controla más del 83 por ciento del mercado ferroviario mundial. Es cuatro veces mayor a todo el sector de construcción ferroviaria de Estados Unidos y utiliza ventajas financieras desleales para reducir sus costos e importar a dicho país sus productos terminados ferroviarios y de acero.
China dejó en claro que planea dominar numerosas industrias estadounidenses, apuntando agresivamente no solo a la fabricación de vagones sino también a la manufactura avanzada, la robótica y la inteligencia artificial a través de su iniciativa Made in China 2025. En los próximos tres años, CRRC pretende asegurar USD 15.000 millones en pedidos extranjeros y establecer 11 oficinas regionales en todo el mundo. Estas ambiciones ponen en serio riesgo no solo a la seguridad nacional de Estados Unidos, sino que también amenazan su seguridad económica. Más de USD 6500 millones del PIB y 65.000 empleos creados por la industria manufacturera de ferrocarriles de Estados Unidos están en peligro.
Aunque la seguridad económica es vital para el éxito de Estados Unidos, la mayor preocupación es la amenaza que representa el conglomerado chino para nuestra seguridad nacional, la cual depende de una base industrial saludable y de la producción nacional de vagones y partes, dando así apoyo a la infraestructura crítica. Una creciente dependencia de Estados Unidos de vagones ferroviarios -parciales y terminados de gobiernos extranjeros potencialmente hostiles o no cooperativos- pone en peligro esta seguridad.
Si la capacidad de Estados Unidos para fabricar vagones se ve afectada, estaremos obligados a depender de países como China para satisfacer nuestras necesidades cruciales y militares de infraestructura ferroviaria. En tiempos de una creciente incertidumbre mundial, este es un riesgo que Estados Unidos no debería correr.
La tecnología de vagones opera mediante una amplia gama de redes de supervisión con sistemas independientes para el monitoreo de carga y pasajeros. Dentro de los próximos 15 años, la tecnología de Internet de las Cosas (IoT) será cada vez más importante para las necesidades industriales y de transporte de la nación. Al implementar la tecnología IoT en vagones de carga y de pasajeros, las empresas pueden monitorear cientos de sensores de los que se depende para medir la temperatura del vagón y el peso de la carga, junto a la apertura remota de puertas y el seguimiento de otras métricas en los vagones de carga.
Permitir que una entidad de propiedad china tenga acceso total a la tecnología presente en los vagones de ferrocarril estadounidenses, plantea una seria amenaza a la seguridad nacional, ya que estos vehículos viajan a través de cada base militar y cada grand ciudad de Estados Unidos. La pregunta que debemos hacernos es si podemos confiar tecnología vital y de la recopilación de datos a manos de un potencial adversario.
Hemos visto al Gobierno de Estados Unidos prohibir ciertas compañías de tecnología chinas. Por ejemplo, el Departamento de Defensa prohibió el uso en las bases militares de cámaras fabricadas en China y restringió el acceso del fabricante chino de computadoras Lenovo. ¿Por qué aún no hemos asegurado los ferrocarriles y la infraestructura ferroviaria de la nación?
La tecnología de vagones evoluciona rápidamente y podría potencialmente permitir el acceso de entidades extranjeras a nuestros dispositivos y datos, pero su presencia física plantea un tipo diferente de amenaza, que es aún más grave. Los materiales sensibles, como desechos peligrosos y maquinaria militar, se transportan diariamente a través de nuestra nación. Estos materiales se transportan únicamente por vagones de carga. Asegurar que este sector no se vea afectado por nuevas amenazas extranjeras y cambiantes, es esencial para mantener la seguridad de nuestro país, ahora y en el futuro. Sin nuestra capacidad nacional para producir vagones de carga, seríamos vulnerables y dependeríamos de China como pieza clave de la infraestructura de seguridad de nuestra nación.
El Congreso de EE. UU. ha reconocido la gravedad de las amenazas que plantea China, especialmente en relación con la naturaleza crítica de la industria de fabricación de vagones de Estados Unidos. Recientemente, como parte de la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA), la Cámara y el Senado aprobaron una legislación que moderniza el Comité de Inversión Extranjera de EE. UU. (CFIUS), el cual aumentará la supervisión de entidades extranjeras que intentan adquirir infraestructura crítica.
Si bien esta es una gran victoria, el Congreso y la administración Trump deben continuar intensificando sus esfuerzos para proteger la infraestructura crítica del país. Esto se puede lograr llevando a cabo revisiones sólidas de inversiones en empresas estatales, creando estándares universales para la integridad de los datos e Internet cuando se realizan contratos con entidades respaldadas por estados extranjeros, y fortaleciendo aún más las leyes de supervisión de ‘Buy America’. Al abordar estas medidas, Estados Unidos puede mantenerse un paso por delante de China.
Una industria nacional fuerte y vibrante de vagones de carga ha sido esencial para el crecimiento, desarrollo y seguridad de la nación. Con ese legado ahora amenazado, es hora que nuestros líderes y legisladores se reúnan en torno a soluciones inteligentes y de sentido común para proteger el mercado de los vagones de carga. El futuro de nuestro país depende de ello.
Erik Olson es vicepresidente de Rail Security Alliance, una alianza de compañías de fabricación de vagones de carga, sindicatos y grupos de interés estadounidenses de toda la industria ferroviaria de EE. UU. que buscan garantizar la seguridad del sistema ferroviario del país.
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