Las autoridades chinas están utilizando un nuevo término para su enfoque combinado de restricción de los desplazamientos de los ciudadanos a través de la vigilancia tecnológica y los cierres por pandemia. Los analistas han expresado su preocupación por las nuevas tácticas, que señalan a los individuos por ser «compañeros en espacio y tiempo» con un paciente con COVID-19.
La Oficina de Seguridad Pública de la ciudad de Chengdu, en la provincia de Sichuan, al suroeste de China, emitió un aviso de que, a partir del 4 de noviembre, han identificado a 82,000 residentes por estar expuestos al riesgo de ser un contacto cercano con una persona infectada por COVID-19, informaron los medios de comunicación estatales.
Según la definición oficial, un «compañero en espacio y tiempo» es el propietario de un teléfono móvil cuyo número ha permanecido durante más de diez minutos en la misma zona que un caso confirmado de COVID-19, diagnosticado en los últimos 14 días. Se considera que los teléfonos móviles dentro de una cuadrícula de media milla han estado en la misma zona. El tamaño de la cuadrícula equivale aproximadamente a 90 campos de fútbol según los estándares internacionales.
Las personas designadas como acompañantes recibirán mensajes de la policía local. La aplicación de seguimiento de la salud de sus teléfonos móviles, exigida por el Estado, también cambiará automáticamente a un código amarillo, lo que obligará al propietario del teléfono inteligente a evitar salir de casa.
Estas personas deben presentarse en su centro comunitario local y devolver dos pruebas de ácido nuclear en un plazo de 24 horas en algún momento de los tres primeros días de la notificación. Si ambos resultados son negativos, deberán autoaislarse durante 14 días, tras los cuales podrán solicitar a las autoridades que se les restablezca el código sanitario en verde.
La nueva medida llega en un momento en el que el Partido Comunista Chino (PCCh) ha sufrido una oleada de brotes domésticos desde mediados de octubre en el marco de su política de «cero-COVID».
El comentarista de asuntos chinos Wang Jian calificó la medida de signo de autoritarismo digital en su canal de YouTube el 4 de noviembre.
«El propio código sanitario [de China] representa severas restricciones a las libertades personales», argumentó. «La idea de ‘compañero en espacio y tiempo’ marca un nivel formidable que ha alcanzado el control del PCCh sobre la libertad personal».
En su opinión, Beijing ha convertido los teléfonos móviles de los individuos en dispositivos de manipulación, mientras que el número de personas afectadas seguirá creciendo debido al movimiento de la población.
Wang sugirió evitar el uso de teléfonos móviles, mantenerlos en modo de vuelo o simplemente apagarlos.
Otro experto en China, Tang Jingyuan, afirma que el uso de la vigilancia de big data por parte del PCCh ha crecido exponencialmente. Según él, es la primera vez que China continental lleva a cabo, de forma tan invasiva, un seguimiento de los casos del virus del PCCh a escala masiva.
Aunque los ciudadanos pueden considerar la medida como temporal, el duro modo de gestión podría permanecer incluso si la pandemia de China termina, advirtió Tang.
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