Los países occidentales están respondiendo a la creciente amenaza de la guerra en el espacio por parte de China y Rusia, según un experto, pero aún queda mucho trabajo por hacer para mitigar los riesgos para las infraestructuras vitales.
«Reconocemos que el espacio es un dominio crítico para las operaciones militares, es un entorno operativo», dijo Malcolm Davis, analista principal del Instituto Australiano de Política Estratégica, durante una reciente entrevista con «China Insider» de EpochTV.
«No es una especie de santuario pacífico que se encuentra sereno e intacto, por encima de las rivalidades geopolíticas de la Tierra que hay debajo».
Davis dijo que el espacio era un dominio disputado, donde las naciones autoritarias competían por el control de los sistemas terrestres a través de medios extraterrestres.
«Está disputado en el sentido de que se están viendo países como China y Rusia y otros desarrollando capacidades contraespaciales para atacar e interferir con los satélites occidentales y negarnos el apoyo espacial».
Numerosos sistemas necesarios para el funcionamiento diario de la sociedad moderna están situados en el espacio. Incluyen desde el GPS y los repetidores de telecomunicaciones hasta equipos militares como los sistemas de alerta temprana diseñados para defenderse de los ataques con misiles.
En cada caso, si los satélites clave fueran atacados, el propio sistema podría fallar.
Davis dijo que China, en particular, estaba desarrollando sus capacidades con el objetivo de atacar mejor la infraestructura espacial occidental, lo que muchos creen que sería el primer paso en una guerra con Estados Unidos y sus aliados.
El general David Thompson, segundo al mando de la Fuerza Espacial de Estados Unidos, dijo en noviembre que China y Rusia estaban lanzando ciberataques reversibles contra satélites estadounidenses «todos los días».
«China está desarrollando una serie de capacidades espaciales y contraespaciales integrales, que incluyen sistemas hard kill y soft kill», dijo Davis. «Los sistemas soft kill están diseñados para inhabilitar o negar en lugar de destruir físicamente un objetivo en el espacio».
«El espacio es un dominio crítico en la guerra futura, tanto para nosotros como para los chinos. Por lo tanto, habrá competencia en ese dominio por ambas partes, en términos de despliegue y mantenimiento de las fuerzas de apoyo al espacio, y también el despliegue y uso de la utilización de las capacidades de contraespacio».
Davis dijo que las naciones occidentales estaban trabajando para contrarrestar esta amenaza mediante la creación de sistemas más resistentes, como la arquitectura espacial distribuida, en la que los sistemas de satélites están descentralizados a través de muchos grupos de satélites, en lugar de construirse a partir de solo unos pocos satélites principales.
«Lo que tenemos que hacer es construir capacidades espaciales resistentes mediante las cuales… podamos aumentar los sistemas espaciales existentes en una crisis para aumentar nuestra capacidad en el espacio y poder tener un mayor número de satélites para apoyar las operaciones militares terrestres».
«Podemos dividir el apoyo espacial en un mayor número de plataformas, satélites, de modo que no tengamos tanta capacidad esencial concentrada en solo unos pocos satélites muy grandes y muy complejos que son más fáciles de eliminar».
Del mismo modo, el secretario de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Frank Kendall, dijo en enero que las naciones occidentales necesitarían desarrollar recursos ofensivos situados en el espacio para disuadir adecuadamente las amenazas emergentes, ya sea que esas nuevas capacidades sean plataformas electrónicas o armas cinéticas, o ambas.
Davis dijo que una colaboración más estrecha y los esfuerzos conjuntos entre las naciones aliadas también desbloquearían el potencial de las futuras capacidades bélicas y ayudarían a convertir el espacio en un dominio más pacífico para preparar la proliferación de la humanidad más allá del planeta Tierra.
«El futuro está muy amplio en términos de lo que es posible», dijo Davis. «Hay enormes oportunidades ahí fuera si podemos trabajar juntos y si podemos superar algunas de estas tensiones internacionales».
«La posibilidad de que la humanidad vuelva a la Luna, de que aprenda a desarrollar una especie multiplanetaria, una civilización [inter] planetaria, de que utilicemos los recursos espaciales, de que vayamos a Marte y más allá. Todo eso está frente a nosotros».
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