El régimen chino y otros actores malignos están tratando de ejercer su influencia sobre las normas tecnológicas mundiales, pero la respuesta del gobierno del Reino Unido ha sido «incoherente y débil», ha advertido un comité de parlamentarios.
En su último informe, publicado el 8 de julio, el Comité Selecto de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes afirma que actores malignos como los regímenes chino y ruso «están tratando de reescribir las reglas que sustentan nuestros sistemas internacionales y el desarrollo tecnológico, y la estandarización tecnológica les brinda la oportunidad de hacerlo».
A pesar de la «estrategia explícita del Partido Comunista Chino (PCCh) para exportar e incrustar sus propios principios autoritarios de gobernanza tecnológica en todo el mundo», dijeron los parlamentarios, la respuesta del gobierno británico ha sido hasta ahora «incoherente y débil».
En la actual «batalla entre las normas y los valores tecnológicos autoritarios y los basados en los derechos», dijo la comisión, es vital que el gobierno trabaje con otros para «evitar un futuro en el que las normas tecnológicas basadas en los derechos y centradas en el ser humano no sean la norma».
«Cada vez más asertiva»
El comité advirtió que China está ejerciendo una influencia creciente y es «cada vez más asertiva» en las organizaciones internacionales de fijación de normas.
Entre 2016 y 2019, el 90 por ciento de las propuestas de normas sobre tecnologías de vigilancia en la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT, por sus siglas en inglés) fueron presentadas por China, según el informe.
En un ejemplo reciente citado en el informe, un pequeño número de empresas de propiedad exclusivamente china participó en la configuración de las nuevas normas de la UIT en torno al reconocimiento facial.
El reconocimiento facial es un área de especial riesgo en lo que respecta a los derechos humanos, ya que la tecnología se utiliza ampliamente en China en la represión del régimen contra los disidentes y los musulmanes uigures, entre otros.
La UIT no es el único organismo mundial de establecimiento de normas infiltrado por el régimen chino.
Empresas de propiedad china fueron responsables de 16 de las 65 propuestas de nuevos comités técnicos en la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés) y la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC, por sus siglas en inglés) desde 2014, según el Financial Times.
Según el comité, aunque se supone que estas organizaciones deben «dejar que gane la mejor tecnología», se han dado casos de participantes chinos que, al parecer, han sido obligados por el gobierno chino a votar por propuestas presentadas por empresas tecnológicas chinas como Huawei.
Se necesita una respuesta más contundente
El comité dijo que es necesaria una «respuesta fuerte y cohesionada» por parte del Reino Unido y sus aliados para «restringir la creciente influencia de los gobiernos autoritarios en los procesos de estandarización global».
Pero los parlamentarios encontraron que el gobierno del Reino Unido «todavía tiene que demostrar que entiende el impacto que la tecnología tiene en la política exterior y la gobernanza mundial, y hasta ahora ha descuidado el desarrollo y la aplicación de una estrategia de gobernanza tecnológica global».
Tom Tugendhat, presidente de la comisión, dijo: «Los estados malignos autoritarios, como Rusia y China, están aprovechándose de los avances tecnológicos para promover sus agendas geopolíticas».
«Al no reclamar nuestro asiento en la mesa, damos permiso a los Estados extranjeros para que tomen decisiones críticas que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos del Reino Unido», dijo el alto parlamentario conservador, que ha lanzado su candidatura para sustituir a Boris Johnson como primer ministro.
El informe insta al gobierno a «ampliar la influencia del Reino Unido en el panorama tecnológico mundial, para garantizar que las tecnologías del futuro se desarrollen y utilicen de forma que se ajusten a nuestros valores y, sobre todo, defiendan los derechos y libertades de los ciudadanos del Reino Unido y de todo el mundo».
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