Un documento interno obtenido recientemente por The Epoch Times mostró que los grupos de expertos de China advirtieron que una fuga nuclear podría representar una gran amenaza para la provincia de Jilin o podría desencadenar una guerra nuclear. El documento fue escrito luego de que Corea del Norte realizó su primera prueba de una bomba de hidrógeno en 2016.
Al mediodía del 6 de enero de 2016, Corea del Norte anunció su primera prueba «exitosa» de bomba de hidrógeno. La prueba provocó un terremoto de magnitud 4.9 que se sintió en los condados fronterizos de Jilin y generó pánico entre los lugareños.
El equivalente en TNT de la bomba fue de unas 8000 toneladas.
Debido a que el sitio de prueba no estaba a más de 62 millas (100 kilómetros) de China, el régimen chino tuvo una fuerte reacción. En caso de una fuga nuclear o una guerra nuclear, Jilin sería la provincia afectada en primer lugar, y millones de kilómetros cuadrados en el noreste y norte de China quedarían contaminados por la radiación.
Los analistas creen que lo que realmente le preocupa al Partido Comunista Chino (PCCh) no es la bomba nuclear en sí, sino lo que deberían hacer si Corea del Norte, bajo el liderazgo de Kim Jong Un, no cumple al 100 por ciento como antes.
En el informe se propusieron tres ideas para proteger las zonas fronterizas.
- Iniciar un plan de respuesta de emergencia ambiental para hacer frente a la radiación nuclear y establecer puntos de monitoreo de datos en áreas cercanas al sitio de prueba;
- Establecer eventos de relaciones públicas y mecanismos de asesoramiento psicológico, y acelerar la construcción de centros de apoyo técnico de emergencia para accidentes por radiación;
- Desplegar intensamente personal del ejército y de la fuerza aérea en las ciudades y condados fronterizos, incluyendo a: Ji’an, Changbai, Helong, Longjing, Hunchun y Tumen, quienes están listos para el combate de primer nivel; movilizar soldados antiquímicos, efectivos aerotransportados, fuerzas especiales y fuerzas de misiles en preparación para una respuesta de emergencia; y aumentar los aviones de reconocimiento y las patrullas aéreas de combate para recopilar inteligencia.
Además, se deben realizar ejercicios militares en Jilin para prevenir conflictos fronterizos resultantes de los disturbios en Corea del Norte.
Secuela de la primera prueba de bomba H de Pyongyang
En respuesta a la prueba, la administración Trump cambió su política hacia Corea del Norte que continuará durante más de dos décadas. Dos grupos de batalla de portaaviones estadounidenses se dirigieron a la península de Corea, emitiendo una advertencia solemne a Pyongyang.
En marzo de 2016, con la aprobación de China, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó las sanciones más severas contra Corea del Norte en 20 años.
Más tarde, estalló una batalla verbal en los medios de comunicación oficiales entre China y Corea del Norte, cada uno de los cuales intercambió duras críticas.
En Corea del Sur, se llegó a un acuerdo con Estados Unidos para desplegar la Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD) para contrarrestar la amenaza de Pyongyang. THAAD es un sistema de defensa de misiles antibalísticos estadounidense diseñado para derribar misiles balísticos de corto, medio e intermedio alcance.
El acuerdo entre Estados Unidos y Corea del Sur enfureció a China; y los lazos entre China y Corea del Sur cayeron a un mínimo histórico.
La relación bilateral entre China y Corea del Norte comenzó a mejorar durante las visitas de estado entre los dos países en 2018.
El analista chino, Li Linyi, cree que el PCCh no se preocupa por la contaminación ocasionada por la radiación nuclear. En su opinión, lo que más le preocupa al PCCh es cómo enfrentar a Corea del Norte bajo el liderazgo de Kim Jong Un si este desafía a China, o si realiza pruebas nucleares en un momento no favorecedor para Beijing.
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