El escritor argentino Agustín Barletti no cree que el régimen comunista chino actúe para frenar el tráfico de precursores de fentanilo que llegan a México desde China. El líder del Partido Comunista Chino y los presidentes de Estados Unidos y México abordaron recientemente el tráfico de la droga, que está provocando una ola de sobredosis mortal en Estados Unidos.
En el marco del foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC) realizado la semana pasada en San Francisco, el líder del régimen chino, Xi Jinping, se comprometió el pasado 15 de noviembre a restringir la exportación de productos químicos utilizados en la fabricación de fentanilo. Los precursores de la droga, según investigaciones del Departamento de Justicia, llegan desde China a México, donde se produce para posteriormente ser enviada a Estados Unidos.
Por su parte, el gobierno mexicano acordó con el régimen chino la creación de un grupo de trabajo México-China sobre precursores y cooperación antinarcóticos.
El Sr. Barletti, quien publicó recientemente el libro “El hambre del dragón: El plan de China para comerse al mundo”, explicó en una entrevista a The Epoch Times México que el reciente compromiso de China para frenar el tráfico ilícito de precursores de fentanilo “no deja de ser una acción políticamente correcta”.
“Yo estoy absolutamente convencido de que China no tiene ninguna intención de frenar nada de esto, porque esto le genera un ingreso a los laboratorios chinos”, señaló el analista agregando que estas “declaraciones no van a servir de nada”.
Para Barletti, el tráfico de precursores de fentanilo es una cuestión «oscura» porque según explica, se está manejando desde el «submundo».
«Tiene que ver con el narcotráfico y yo creo que incluso hay resortes que escapan, por más que China tiene o pareciera que tiene un control sobre todo lo que pasa en su sociedad, porque tiene 430 millones de cámaras de videovigilancia instaladas», dijo el autor, agregando que los precursores químicos proceden de «ocho empresas de ese país que son las que les están suministrando a los cárteles mexicanos, especialmente de Jalisco [y] Sinaloa».
Los precursores de fentanilo son importados a México con ayuda de bandas criminales chinas conocidas como tríadas. Los cárteles utilizan estos precursores para producir el fentanilo en laboratorios clandestinos en México y luego traficarlo y distribuirlo en territorio estadounidense.
Barletti explicó que, de acuerdo a una investigación del Departamento de Justicia, los grupos criminales chinos utilizan distintas tácticas para enviar los químicos, entre ellos «direcciones de devolución falsas, facturas fraudulentas, etiquetados fraudulentos» y envases para ocultar los productos como «bolsas de comida para perros».
Asimismo, el analista dice que otra de las estrategias para enviar precursores a México es triangulando los contenedores donde los químicos van ocultos.
«[Hacen] escalas en Alemania e incluso en Brasil para luego llegar a México. Con lo cual, a mí me parece que (…) México debería preocuparse por un control más en origen de lo que pasa», señaló el analista.
Barletti cree que México está consciente que los puertos de Veracruz, Ensenada, Manzanillo y Lázaro Cárdenas son los principales puntos por donde ingresan estos químicos.
Además, el analista dijo que México y Estados Unidos deben cooperar juntos para abordar la crisis que ha causado 73,654 muertes en el país norteamericano en el año 2022, el doble que en 2019.
«Yo insisto, hay que hacer grupos de investigación, hay que tratar de controlar el destino [de] las cargas. Y tratar de que por lo menos algunos responsables de la cadena logística del transporte de esta mercadería vayan siendo sancionados, para que después lo que le pase justamente a los laboratorios chinos [es que] les cueste el traslado de esta droga».
Analistas como Anders Corr, editor del Journal of Political Risk, han planteado que la crisis del fentanilo impulsada por China podría considerarse como un genocidio contra Estados Unidos.
Barletti también cree que China está consciente de los daños que esta droga está provocando entre el pueblo norteamericano.
«Yo no tengo dudas de que en esta guerra [de] China, o esta cruzada que tiene China para conquistar el mundo, no esté pasando (…) y que [lo] estén fomentando porque saben que esto termina fundamentalmente en el mercado norteamericano», reflexionó el autor.
Al igual que Barletti, el presidente de EE.UU. Joe Biden y altos funcionarios de Washington no confían en la palabra del régimen chino.
El acuerdo con China ocurre luego que el mes pasado el Departamento de Justicia (DOJ) imputó a 8 empresas chinas vinculadas con el suministro de fentanilo. El DOJ dijo que estas empresas utilizaron una amplía gama de tácticas de tráfico, desde aplicaciones de mensajería encriptadas con esquemas de envíos falsos hasta pagos de bitcoin.
Siga a Eduardo Tzompa en X: @JEduardoTzompa
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