El Ministerio de Asuntos Exteriores del régimen comunista chino ha anunciado sanciones contra seis empresas de defensa estadounidenses y cinco altos ejecutivos por una reciente venta de armas no especificada a Taiwán.
El ministerio afirmó en un comunicado que la venta viola el «principio de una sola China», interfiere en los asuntos internos de China y socava la soberanía y la integridad territorial de China.
El 18 de junio, el gobierno estadounidense aprobó la venta de armas por valor de 360 millones de dólares a la nación insular autogobernada.
Las sanciones de Beijing congelan los activos de las empresas de defensa estadounidenses Anduril Industries, Maritime Tactical Systems, Pacific Rim Defense, AEVEX Aerospace, LKD Aerospace y Summit Technologies, con efecto a partir del 12 de julio.
También se han congelado los activos en China de tres ejecutivos de Anduril y de dos ejecutivos del fabricante de aviones no tripulados AeroVironment Inc, y a los ejecutivos se les denegará la entrada en China.
Anduril dijo en un comunicado posteado en X: «Parece que estamos haciendo algo bien. Seguimos firmes en nuestro compromiso de defender la democracia en todo el mundo».
Otras entidades e individuos afectados por las sanciones no han respondido a las solicitudes de comentarios de The Epoch Times en el momento de la publicación.
El general de división retirado Yu Tsung-chi en Taiwán, asesor de la Asociación Republicana de Formosa, dijo a The Epoch Times que las sanciones son más bien simbólicas, ya que las principales empresas de defensa estadounidenses no tienen muchos tratos comerciales con China, porque la tecnología militar estadounidense está ahora muy estrictamente controlada.
El gobierno estadounidense no permitiría que las empresas de defensa se establecieran en China, según el general de división Yu. «Puede que haya activos privados, pero deberían haber sido transferidos fuera hace mucho tiempo», dijo. «No es la primera vez que China impone sanciones a las empresas de defensa estadounidenses».
Los analistas afirman que la venta de armas a Taiwán es una política a largo plazo de Estados Unidos, y que las «sanciones» del Partido Comunista Chino (PCCh) no harán sino acelerar la disociación entre Estados Unidos y China, e incitar a Estados Unidos a prestar un mayor apoyo a Taiwán.
El mismo día en que el régimen chino anunció las sanciones, el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió una declaración en la que imponía restricciones de visado a los funcionarios del PCCh implicados en la opresión religiosa y de los derechos humanos en respuesta a las sanciones de Beijing a las empresas estadounidenses, incluyendo «el genocidio en curso y los crímenes contra la humanidad en Xinjiang, la erosión de las libertades fundamentales en Hong Kong, los persistentes abusos de los derechos humanos en el Tíbet y la represión transnacional en todo el mundo».
Chung Chih-tung, investigador adjunto del Instituto de Investigación sobre Defensa y Seguridad Nacional de Taiwán, declaró a The Epoch Times que el PCCh espera sobre todo que las sanciones puedan disuadir a las empresas de defensa estadounidenses.
«Sin embargo, creo que este efecto disuasorio es muy limitado, porque de hecho, no es la primera vez que impone sanciones. También ha sancionado antes a Boeing Company y a Lockheed Martin Company», dijo, añadiendo que no ha afectado a las ventas de armas de estas empresas a Taiwán.
El 6 de junio, Taiwán y Estados Unidos celebraron en Taipéi un simposio sobre la industria de defensa. Una delegación de 27 contratistas de defensa estadounidenses, entre ellos Lockheed Martin, Raytheon Co, BAE Systems PLC, AeroVironment Inc y Northrop Grumman, asistieron a la conferencia.
El Sr. Yu dijo que las ventas de armas estadounidenses al extranjero son una decisión del gobierno y una decisión conjunta entre el Ministerio de Defensa Nacional y el Consejo de Estado. «Dichas ventas deben ser aprobadas por estos departamentos gubernamentales, por lo que sancionar a estos traficantes de armas es en realidad desafiar al gobierno estadounidense».
«Básicamente, utilizar este tipo de sanciones significa que [el empeoramiento de] las relaciones chino-estadounidenses son irreversibles», añadió el Sr. Yu. «Es probable que las dos partes sean así: China impone sanciones al personal estadounidense y EE.UU. también tomará las mismas medidas contra los funcionarios chinos implicados en graves violaciones de los derechos humanos».
Wang Shiow-wen, investigador adjunto del Instituto de Investigación sobre Defensa y Seguridad Nacional de Taiwán, declaró: «Para las relaciones sino-estadounidenses, se ha convertido en un consenso bipartidista en Estados Unidos evitar que Taiwán caiga en manos del PCCh y no sea destruido por los ataques militares de éste. Independientemente de quién sea elegido presidente de Estados Unidos en noviembre, el apoyo de Estados Unidos a Taiwán en materia de seguridad continuará. El castigo del PCCh a las empresas de defensa estadounidenses es solo un acto temporal y no ayudará a las relaciones entre Estados Unidos y China».
«Estas sanciones a las empresas de defensa estadounidenses y a sus altos ejecutivos, congelando sus activos en China, solo forzarán a otras empresas de la industria militar estadounidense a acelerar su separación de China», afirmó.
El Sr. Yu cree que las sanciones del PCCh no solo no tienen ningún efecto disuasorio, sino que «pueden animar aún más al gobierno estadounidense a tomar una mayor determinación, proporcionar a Taiwán más armas para su defensa e incitar a Estados Unidos a tomar decisiones más audaces».
Con colaboración de Luo Ya.
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