Uno puede pensar en un bebé como representación de una nueva vida y posibilidades. Sin embargo, es casi seguro que estos cinco bebés macacos experimenten ansiedad, depresión y esquizofrenia en sus vidas, como resultado de modificaciones genéticas; otro de los experimentos científicos de China que plantea interrogantes éticos sobre la clonación.
Científicos de la Academia China de Ciencias en Shangai no sólo clonaron cinco monos macacos, sino que también modificaron sus genes para provocarles un trastorno del sueño llamado trastorno circadiano, según un comunicado de prensa de Science China Press el 23 de enero.
La alteración circadiana significa que un individuo tendrá dificultades en experimentar un ciclo de sueño normal. La mayoría de las criaturas siguen un ritmo circadiano, un ciclo de vigilia y sueño durante ciertos puntos del día y la noche. Una interrupción de ese ritmo no sólo causará un sueño anormal, sino que también generará otros efectos secundarios adversos.
Esta alteración puede causar «trastornos metabólicos, psiquiátricos y relacionados con la edad», según el resumen de uno de los informes. Para dificultar aún más el sueño, los monos bebés también son mantenidos en habitaciones con las luces siempre encendidas.
Los trastornos circadianos pueden deberse a factores externos, como por ejemplo, que una persona trabaje en un turno de noche, pero también que permanezca despierta para estar con su familia.
Los científicos utilizaron una herramienta de edición genética para «destruir» un gen específico en embriones sanos. Cuando un gen es destruido, significa que ya no funcionará. Para estos monos, el gen BMAL-1 fue el objetivo a derribar.
Estos cinco macacos serán probablemente las primeras generaciones de monos que sufran de enfermedades provocadas por el hombre. Uno de los científicos involucrados en el experimento, Qiang Sun, dijo que muchos «modelos de monos» pueden ser utilizados para crear diferentes enfermedades genéticas, «incluyendo muchas enfermedades cerebrales, así como trastornos inmunológicos y metabólicos y cáncer».
Desarrollo poco ético
China posibilita investigaciones que están éticamente prohibidas en la mayoría de los países. La clonación y la modificación genética ya han suscitado controversias. John Bergeron, profesor de medicina de la Universidad McGill, comparó la edición genética con la apertura de la Caja de Pandora, debido a sus posibles usos comerciales.
La primera clonación de monos se realizó en enero de 2018. Los primeros dos macacos fueron nombrados, Zhongzhong y Huahua, que significa «nación china» cuando se combinan.
Los seres humanos también han participado en experimentos de modificación genética. El científico chino He Jiankui fue el responsable de lo que él llamó bebés «gen-editados«. En noviembre de 2018, dijo que a través de la misma tecnología utilizada en los monos, CRISPR-Cas9, alteró los genes dentro de dos embriones femeninos. El 21 de enero, fue despedido de su trabajo.
Aunque fue despedido y condenado por las autoridades chinas, su solicitud para el proyecto llevaba sellos oficiales y firmas de miembros de un comité ético. Además de las enormes cantidades de fondos necesarios para este tipo de trabajo, procedentes de un benefactor desconocido, se dice que está de licencia sin goce de sueldo desde febrero de 2018.
China ha permitido otras formas de experimentos prohibidos en otros países. En noviembre de 2017, un médico italiano anunció que realizaría el primer trasplante de cabeza humana en China con el apoyo del régimen chino y de un equipo de cirujanos chinos. El Dr. Sergio Canavero afirmó que su equipo ya había completado con éxito el procedimiento en cadáveres. El controvertido procedimiento, que fue condenado por Estados Unidos y la Unión Europea, planteó preocupaciones éticas biomédicas sobre la falta de supervisión de China.
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