Un grupo de cinco científicos españoles llevaron hoy a Bruselas, de mano del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), testimonios del éxito de la ciencia nacional propiciado por la financiación de los programas «marco de investigación» de la Unión Europea (UE.).
Investigadores como Elena García Armada, Rikardo Bueno, Jesús García Merino, Neus Sabaté y Daniel Ramón Vidal presentaron los resultados de la financiación comunitaria en sus investigaciones en el acto «España: Una historia de éxito en los programas de ciencia e innovación de la UE».
Al encuentro, auspiciado en colaboración con el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), asistieron funcionarios públicos como la nueva embajadora de España ante Bélgica, Beatriz Larrotcha Palma y la secretaria de Estado española de Universidades, Investigación e Innovación, Ángeles Heras.
«Llevamos unos años muy, muy disminuidos en la inversión de ciencia, y estamos trabajando para sentar las bases de una política de Estado y global. Si no somos capaces de investigar e innovar, no tenemos futuro», declaró Heras a Efe, quien inauguró el acto en representación del Ministerio.
La secretaria de Estado agregó que «políticamente hablando, no es lo mismo considerar la investigación como un gasto que como una inversión» y recalcó que «no se puede perder ni un talento, ni una idea, ni su posibilidad de ponerla en práctica», y aseguró trabajar para aumentar la financiación.
«El porcentaje de inversión sigue siendo más grande en los programas nacionales, aunque haya habido una reducción en los últimos años», añadió en declaraciones a Efe la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, quien precisó que «Europa es un complemento importantísimo, a nivel de financiación y de desarrollo del conocimiento».
Neus Sabaté, científica cuyo proyecto recibe financiación a través del programa Consolidator del Consejo Europeo de Investigación, señaló a Efe que la financiación que recibió de España fue «clave» para su proyecto pero que «con la crisis y el Gobierno del PP se redujo de manera drástica».
«Ahora mismo no hay una fuente de financiación en España que pudiera permitirme hacer lo que hago a este nivel», contó Sabaté, profesora en el Instituto de Microelectrónica de Barcelona.
La investigadora, quien asegura que «en España el sector científico está en crisis», recibe cerca de 2 millones de euros de fondos europeos para un período de 5 años.
Su proyecto consiste en el desarrollo de pilas ecológicas de combustible de papel para suministrar energía a pruebas portátiles de diagnóstico, como los test de embarazo, a partir de los propios fluidos que se van a analizar.
Otra de estos científicos es Elena García Armada, investigadora del CSIC y diseñadora de un exoesqueleto de uso terapéutico para niños con enfermedades neuromusculares degenerativas, que se acoplan a piernas y tronco del paciente para asistir en la movilidad e intentar mitigar complicaciones derivadas de la enfermedad.
«Estamos consiguiendo devolver a la sociedad los resultados de una investigación con fondos públicos. La inmensa motivación que supone para los niños hacer cosas que no pensaban que podrían hacer, jugar al baloncesto, chutar la pelota… Los resultados clínicos son impresionantes», valoró García Armada en declaraciones a Efe
No obstante, García Armada añadió que «a los mecanismos de financiación tradicionales no les interesa este tipo de proyectos de grandísimo impacto social, porque la rentabilidad es a muy largo plazo».
«Quien realmente aporta las cantidades necesarias ahora son las instituciones europeas», subrayó.
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