Varios testigos que hablaron durante un evento realizado por el Senado estatal republicano en Pensilvania dijeron que presuntamente se contaron cientos de miles de votos sin «supervisión civil».
Justin C. Kweder, un abogado y observador de escrutinio certificado, dijo que se desempeñó como observador en el Centro de Convenciones de Filadelfia. Los observadores republicanos, dijo el miércoles, se mantuvieron entre 10 y 200 pies de distancia del proceso de tabulación de votos.
Debido a la distancia, “era imposible para mí o para cualquier observador ver lo que estaban haciendo los trabajadores con algún tipo de especificidad”.
“Los observadores no pudieron objetar ninguna decisión o determinación que se haya tomado sobre el procesamiento de estas votos por correo”, dijo Kweder también. “No hay supervisión civil sobre cientos de miles de boletas por correo. Oportunidad cero para que los observadores vigilaran, objetaran o inspeccionaran los correos que se abrieron. Encuentro que esto es un problema y es irregular”, agregó.
Dijo que más del 90 por ciento de los trabajadores electorales estaban procesando «cientos de miles» de votos y los observadores no pudieron disputarlos.
Kweder afirmó que más de 5000 boletas dañadas por correo aparentemente fueron duplicadas por los trabajadores electorales, y agregó que a los observadores electorales se les dijo que la junta duplicaría las boletas por correo que el escáner no podría leer.
La agencia electoral de Filadelfia no ha respondido de inmediato a una solicitud de comentarios.
Otros testigos en Pensilvania expresaron preocupaciones similares. Kim Peterson, una observadora electoral de Pittsburgh, dijo durante la audiencia que ella y otras personas se mantuvieron a distancia de las labores de tabulación.
“El más cercano estaba a unos 20 pies y no se podía ver nada”, dijo. «El sobre, la papeleta en sí, el lugar dónde los estaban apilando, cualquier cosa que se requiriera que pudiéramos ver».
Otro observador electoral en el condado de Delaware afirmó que no había observadores electorales en una sala trasera donde se contaban los votos.
“Lo que se volvió preocupante fue la trastienda, que no tenía observadores, ni línea de visibilidad o transparencia en el proceso. No hubo cooperación, una resistencia total desde la noche de las elecciones hasta todos los días siguientes”, dijo la observadora republicana del condado de Delaware, Leah Hoopes, en la audiencia.
Hoopes dijo que ella y otros observadores electorales del Partido Republicano fueron acosados después de firmar declaraciones juradas sobre sus inquietudes.
“Nos hemos arriesgado, hemos sido intimidados, amenazados, hemos pasado incontables horas lejos de nuestras familias, amigos y trabajos”, dijo.
Durante la audiencia, el presidente Donald Trump evaluó por teléfono.
«Tenemos que dar la vuelta a las elecciones, porque no hay duda», dijo Trump el miércoles, y agregó que los partidarios deben hacer frente a las amenazas y la intimidación. “Tenemos todas las pruebas, tenemos todas las declaraciones juradas, tenemos todo. Todo lo que necesitamos es que algún juez lo escuche adecuadamente sin tener una opinión política o tener otro tipo de asunto”.
Los demócratas del Senado de Pensilvania, en respuesta a la audiencia republicana, dijeron que la campaña del presidente Donald Trump está «[vendiendo] demandas de fraude electoral sin fundamento en cualquier lugar que lo acepte» y no aceptará la «derrota con honra o un mínimo de dignidad».
La secretaria de Estado, la demócrata Kathy Boockvar, dijo que no ha visto evidencia de fraude electoral o irregularidades masivas que revoquen los resultados de las elecciones en el estado. Los datos estatales muestran que Biden tiene ventaja sobre Trump por unos 80,000 votos. Otros secretarios en otros estados donde los resultados están siendo disputados han replicado esas afirmaciones.
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