Cientos de manifestantes se reunieron frente a la residencia del gobernador de Minnesota, Tim Walz, en St. Paul el viernes, pidiendo el fin del cierre por el COVID-19, recientemente extendido hasta el 4 de mayo.
La manifestación «Liberen a Minnesota», que la policía estima en unos 800 manifestantes, fue aplaudida por el presidente Donald Trump y los líderes republicanos de Minnesota, que han criticado cada vez más la pérdida de puestos de trabajo y la angustia social alimentada por las directivas de confinamiento en el hogar y los cierres de empresas.
Trump, en una serie de tweets del viernes, pidió la liberación de tres estados de las restricciones implícitamente excesivas puestas en marcha por los gobernadores demócratas en medio de los esfuerzos para frenar la propagación del virus del Partido Comunista Chino (PCCh), el nuevo coronavirus que causa la enfermedad COVID-19.
El presidente escribió: «LIBEREN A MINNESOTA», «LIBEREN A MICHIGAN» y luego «LIBEREN A VIRGINIA».
En una reunión informativa del viernes, Trump defendió los tweets, diciendo que algunas medidas impuestas por Minnesota, Michigan y Virginia habían sido «demasiado duras».
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Un grupo privado de Facebook llamado “Minnesotans Against Excessive Quarantine” («Residentes de Minnesota contra la Cuarentena Excesiva») dijo que los políticos están «controlando nuestras vidas, destruyendo nuestros negocios, aprobando leyes al amparo de la oscuridad, y obligándonos a entregar nuestras libertades y nuestro sustento!».
El 8 de abril, el gobernador de Minnesota extendió la orden de permanencia en casa del estado hasta el 4 de mayo. Luego, el 13 de abril, Walz extendió el estado de emergencia en tiempos de paz hasta el 13 de mayo.
«Lo que estamos haciendo está funcionando, Minnesota», dijo Walz en una declaración del 8 de abril. «Nos lo estamos tomando en serio, y nos quedamos en casa. Mientras que Minnesota muestra menores tasas de infección que nuestros pares en todo el país, ahora no es el momento de ceder o permitir que esa trayectoria cambie».
El número de residentes de Minnesota infectados con el virus el viernes aumentó en 159 a 2071, mientras que 17 nuevas muertes elevaron el número de muertos a 111, según informó el Departamento de Salud de Minnesota. Hasta el viernes, 223 pacientes fueron hospitalizados, con 106 de ellos en cuidados intensivos. Hasta ahora, 1066 pacientes se han recuperado.
La protesta del viernes tuvo lugar un día después de que Walz se uniera a otros seis gobernadores del medio oeste en los planes para reabrir la economía del estado.
«Estamos haciendo todo lo que podemos para proteger a las personas de nuestros estados y frenar la propagación del COVID-19, y estamos ansiosos por trabajar juntos para mitigar la crisis económica que este virus ha causado en nuestra región. (…) Reconocemos que nuestras economías dependen unas de otras, y debemos trabajar juntos para reabrirlas de manera segura para que la gente trabajadora pueda volver a trabajar y las empresas puedan volver a ponerse en pie», dijeron los gobernadores en una declaración conjunta.
La reapertura estaría impulsada por cuatro factores, según los gobernadores: mantener bajo control la tasa de nuevas infecciones y hospitalizaciones, poder realizar más pruebas y rastreo de contactos, tener suficiente capacidad de atención médica para hacer frente a un posible rebrote y observar que las personas respeten las pautas de distanciamiento social en los lugares de trabajo.
El viernes, Walz firmó una orden ejecutiva que elimina las restricciones de una serie de actividades al aire libre, incluyendo campos de golf, campos de tiro y puertos deportivos.
Walz dijo en una reunión informativa el viernes que apoya algunas de las directrices de Trump para reabrir la economía, añadiendo que apoya el derecho de los manifestantes a protestar, pero criticó a los manifestantes por supuestamente «abogar por un comportamiento realmente imprudente» y por no seguir las directrices de distanciamiento social.
Cuando se le pidió que enviara un mensaje a los manifestantes durante una conferencia de prensa el jueves por la noche, Trump dijo que los estadounidenses «han pasado por eso durante mucho tiempo» y «ha sido un proceso difícil para la gente».
«Hay muerte y hay problemas para quedarse en casa también. No es solo, ‘¿No es maravilloso quedarse en casa?’ Están teniendo—están sufriendo. Este país no se construyó sobre ese principio; se construyó sobre un principio exactamente opuesto, en realidad», dijo.
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