In-N-Out Burguer de San Francisco se convirtió el 14 de octubre en el primer restaurante clausurado por el departamento de salud de la ciudad tras negarse a pedir a los clientes que demuestren que están vacunados contra el COVID-19.
La sucursal de Fisherman’s Wharf de la cadena de comida rápida fue clausurada por el Departamento de Salud Pública de San Francisco por violar una orden emitida por la ciudad en agosto, que requiere que las personas que coman en el interior estén completamente vacunadas. Los requisitos entraron en vigor el 20 de agosto.
«La vacunación es especialmente importante en un entorno público interior donde se reúnen grupos de personas y se quitan las mascarillas, factores que facilitan la propagación del virus. Por eso, San Francisco exige una prueba de vacunación para comer en interiores», dijo el departamento de salud de la ciudad en una declaración sobre el cierre, señalando que el 24 de septiembre pidió a la cadena de hamburguesas que cumpliera con la norma tras una queja de un ciudadano a la ciudad.
«Se ordenó al negocio que cesara inmediatamente todas las operaciones en el lugar debido a la amenaza que supone para la salud pública», añadió el departamento.
Desde entonces, la sucursal volvió a abrir, pero solo para comida para llevar, informó el New York Times.
En respuesta al cierre, Arnie Wensinger, director legal y comercial de la cadena In-N-Out, en una declaración a varios medios de comunicación calificó el requisito de vacunación de la ciudad como una «extralimitación» gubernamental «intrusiva, impropia y ofensiva».
«Tras el cierre de nuestro restaurante, los reguladores locales nos informaron que los asociados de nuestro restaurante debían intervenir activamente exigiendo una prueba de vacunación y una identificación con fotografía a todos los clientes, y luego actuar como personal encargado de hacer cumplir la ley impidiendo la entrada a cualquier cliente que no tuviera la documentación adecuada», dijo Wensinger.
El director añadió que la sucursal de In-N-Out colocó «adecuada y claramente» carteles que indicaban los requisitos de vacunación para los comensales de interior, pero dijo que el establecimiento se negaba a actuar como «policía de la vacunación de cualquier gobierno».
A su vez acusó a la ciudad de obligar a los comedores a «segregar a los clientes» en función de su estado de vacunación contra el COVID-19, calificando los requisitos de «irrazonables, invasivos e inseguros».
«Estamos en total desacuerdo con cualquier dictado gubernamental que obligue a una empresa privada a discriminar a los clientes que deciden frecuentar su negocio», concluye la declaración.
El restaurante es la única sucursal de In-N-Out en San Francisco. El canal de televisión local KRON fue el primero en informar de su cierre.
The Epoch Times se puso en contacto con el Departamento de Salud de San Francisco para pedir comentarios.
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