El expresidente Donald Trump se enfrenta a dos polémicas restricciones a su discurso mientras se defiende de múltiples acusaciones que probablemente influirán en la percepción pública de su campaña presidencial. Es difícil determinar el impacto final de las órdenes de silencio de Washington y Nueva York, pero han provocado un debate sobre cómo se puede restringir a los candidatos políticos mientras se presentan a las elecciones.
Mientras estas órdenes se abren camino en las cortes, aquí hay cinco aspectos a tener en cuenta:
1. La orden de DC no tiene precedentes
La orden de silencio de la jueza de distrito Tanya Chutkan restringe la capacidad del presidente Trump para hablar sobre ese caso y sus acontecimientos subyacentes. Suponiendo que el presidente Trump gane la nominación del Partido Republicano, su principal oponente es actualmente el hombre cuya administración lo está procesando por la forma en que impugnó los resultados de su anterior contienda.
El equipo jurídico del presidente Trump citó dos casos que se asemejan al de su cliente, pero que no fueron ni de lejos de la magnitud de unas elecciones presidenciales. Uno se refería a una corte de apelaciones que anuló una orden de silencio sobre el excongresista Harold E. Ford ( D-Tenn.). La Corte de Apelaciones del Sexto Circuito dictaminó en 1987 que Ford «tiene derecho a luchar contra el evidente daño a su reputación política en la prensa y en el tribunal de la opinión pública, así como en la sala del tribunal y en el Congreso». Pronto se presentará a la reelección».
La corte dijo: «Sus oponentes le atacarán como a un delincuente acusado. No podrá responder del mismo modo si se mantiene la orden de la Corte de Distrito. No podrá informar a sus electores de su punto de vista».
Del mismo modo, el presidente Trump puede encontrar obstáculos para compartir sus puntos de vista con los millones de personas que votaron por él en 2020.
La Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de EE.UU. también defendió una orden de silencio en el año 2000, dictaminando que permitía al excomisionado de seguros de Luisiana Jim Brown «responder, sin impedimentos, a las acusaciones de sus oponentes en relación con su imputación a lo largo» de su carrera por el cargo.
Dijo que la corte inferior «hizo concesiones especiales para la campaña de reelección de Brown levantando la mayor parte de la orden (con la excepción de las grabaciones de escuchas telefónicas) durante la duración de la campaña.»
2. Las órdenes podrían limitar la forma en que Trump hace campaña
La orden del juez Chutkan permite al presidente Trump criticar en general a su probable oponente, el presidente Joe Biden, pero restringe su capacidad de dirigirse a ciertas personas en el caso. Dependiendo de cómo el Presidente Biden y otros hablen sobre el caso, esto podría resultar problemático para la capacidad del Presidente Trump de defenderse durante la campaña.
La orden de silencio prohíbe «señalar» a testigos y otras personas implicadas en el caso, lo que ha suscitado críticas de muchos, incluida la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), que consideran que es vaga hasta el punto de violar el derecho constitucional del presidente Trump a la libertad de expresión. Sus abogados argumentan que crea una «restricción previa» y demasiada incertidumbre en torno a cómo puede responder a las críticas relacionadas con el caso o los acontecimientos subyacentes.
La juez Chutkan rechazó esos argumentos, así como las preocupaciones de que su uso de «partes interesadas» era demasiado vago para describir a quién se aplicaba la orden. En su lugar, dijo, la audiencia del 16 de octubre y el texto de la orden original proporcionan suficiente aclaración de quién y qué cubría.
Uno de los abogados del presidente Trump en su juicio por fraude civil en Nueva York ha argumentado de manera similar que la orden de silencio impuesta por el juez Arthur Engoron del Tribunal Supremo del Estado de Nueva York viola la libertad de expresión del presidente Trump, algo que el juez Engoron consideró poco convincente.
Tanto el juez Engoron como la juez Chutkan han citado un interés en proteger al personal del tribunal del acoso. El juez Chutkan también argumentó que las declaraciones del presidente Trump habían provocado acoso previo y que restringir su discurso era fundamental para mantener la integridad del juicio.
Tampoco está claro si las objeciones del presidente Trump tendrán éxito, ya que los expertos legales han argumentado que los jueces gozan de amplia discreción en cuanto a cuánto pueden limitar el discurso de los acusados en casos penales. En cualquier caso, el equipo legal del presidente Trump lo está intentando.
3. Rumbo a las apelaciones
El equipo legal del presidente Trump ha indicado que apelará la orden de silencio del juez Engoron.
Ya ha apelado la orden de la juez Chutkan dentro del Circuito DC. Dean Sauer, ex procurador general de Missouri y uno de los abogados del presidente Trump, presentó una apelación en nombre del presidente Trump en la Corte de Apelaciones de EE.UU. para el Circuito DC.
La vista del caso está prevista para el 20 de noviembre, ante un panel de tres jueces que incluye dos nombrados por el expresidente Barack Obama y uno nombrado por el presidente Biden. La orden de silencio está actualmente en suspenso mientras los jueces consideran si viola la Primera Enmienda.
Roger Severino, exfuncionario de la administración Trump y actual vicepresidente de política interna de la Heritage Foundation, sugirió que el expresidente podría no tener grandes posibilidades de ganar la apelación.
«Dada la composición política del circuito de DC, es arriesgado en cuanto a si prevaleces allí», dijo a The Epoch Times.
Si sus abogados apelan ante la Corte Suprema de Estados Unidos, el presidente Trump se encontrará con una mayoría conservadora de 6-3 que él es en gran parte responsable de haber instalado.
«La Corte Suprema es un asunto diferente «, dijo Severino, señalando que la Corte ha » sido muy, muy escéptica de los enjuiciamientos hostiles de los políticos.» Señaló una condena por corrupción contra el ex gobernador republicano de Virginia, Bob McDonnell, que la Corte anuló. McDonnell también fue procesado por el abogado especial Jack Smith, que persigue al presidente Trump.
Dada la naturaleza sin precedentes de la orden de DC, es posible que los jueces tomen su caso. Este tribunal también tiene fama de defender los derechos de la Primera Enmienda, pero es difícil predecir cómo actuará la más alta corte del país. El presidente Trump fustigó notablemente a la Corte en 2020 cuando se negó a aceptar el desafío de Texas a los resultados de las elecciones presidenciales.
«La Corte Suprema realmente nos decepcionó», escribió en Twitter en ese momento. «¡Sin sabiduría, sin coraje!». En otro tuit, calificó la decisión de «grave error judicial».
4. Duras sanciones por rebeldía
Desobedecer las órdenes judiciales podría acarrear, como ya ha ocurrido, penas relativamente duras. El juez Engoron ya impuso al expresidente una multa de 15.000 dólares por sus acciones tras la imposición de órdenes de silencio en ese juicio.
El presidente Trump podría ser declarado en desacato a la corte y enviado a la cárcel si viola las órdenes en cualquiera de los dos casos.
En el caso de DC, el presidente Trump ha demostrado que no está dispuesto a echarse atrás en una pelea, pero no está claro si violará intencionadamente la orden de la juez Chutkan mientras esté en vigor.
Mientras criticaba al juez, dijo a una multitud en Iowa que «lo que no entienden es que estoy dispuesto a ir a la cárcel si eso es lo que se necesita para que nuestro país gane y vuelva a ser una democracia.»
Parte de la incertidumbre en torno a sus penas se deriva de la incertidumbre en torno a la propia orden de DC. Cuando la juez Chutkan levantó una suspensión administrativa de su orden, afirmó que el presidente Trump hizo declaraciones que «casi con toda seguridad» habrían violado la orden si no se hubiera levantado temporalmente.
Señaló un post de TruthSocial en el que el presidente Trump insinuaba que su antiguo jefe de gabinete, Mark Meadows, sería un cobarde si aceptaba un acuerdo con la oficina del abogado especial.
Otra declaración, «Juicios corruptos iniciados por nuestro adversario político», no violaba la orden, según la juez Chutkan. Como señaló, su orden permite al presidente Trump atacar la naturaleza de la acusación. Le ordena, sin embargo, que no se dirija contra el abogado especial o su personal.
El ex presidente Donald Trump habla con los medios de comunicación después de testificar en su juicio por fraude civil en el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York en la ciudad de Nueva York el 6 de noviembre de 2023. (ADAM GRAY/AFP vía Getty Images)
Mientras tanto, las órdenes de silencio del juez Engoron prohíben las declaraciones sobre los miembros del personal del juez y las que se refieran a comunicaciones confidenciales entre él y sus colaboradores. Aunque la orden de Nueva York es más directa que la de la juez Chutkan, ya ha creado confusión.
El juez Engoron impuso una multa de 5000 dólares al presidente Trump después de que un post despectivo sobre el asistente jurídico del juez permaneciera en uno de los sitios de campaña del expresidente.
La multa de 10,000 dólares se impuso en respuesta a un comentario que el Presidente Trump hizo fuera de la sala de la corte. Su equipo legal sostuvo que el comentario se refería a su anterior abogado Michael Cohen, que había testificado en su contra, pero el juez Engoron no estuvo de acuerdo y sugirió que el presidente Trump había vuelto a criticar a su principal asistente legal.
5. No perjudicar su popularidad
¿Quiere el presidente Trump ser declarado en desacato? Esa es la pregunta que algunos se hacen, dada la forma en que ha respondido a las órdenes.
Aunque las consecuencias legales y financieras podrían ser graves, las reprimendas podrían aumentar su popularidad si se mantienen las tendencias anteriores. Los encuestadores dijeron a The Epoch Times que el presidente Trump ha visto un repunte en las encuestas desde que fue acusado, incluso cuando algunas cifras indican que la mayoría de los estadounidenses apoyan enjuiciarlo.
Gran parte de su apoyo parece provenir de su base, que se mantiene firmemente leal. Pero los últimos enfrentamientos directos han mostrado que el presidente Trump vencerá al presidente Biden en 2024. Mientras tanto, el presidente Trump ha ido ganando terreno en las primarias del Partido Republicano a medida que su principal pero distante rival, el gobernador de Florida Ron DeSantis, pierde apoyos.
«A pesar de las acusaciones y sus problemas legales, a pesar de lo que algunos consideran lenguaje vitriólico hasta el punto de que los jueces lo han amenazado, sus números no han bajado», dijo Tim Malloy, analista de encuestas de la Universidad Quinnipiac, a The Epoch Times. «De hecho, sus números han subido».
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