Cinco cosas que probablemente no sabía sobre la catedral de Notre Dame de París

Por The Associated Press
04 de diciembre de 2024 1:55 PM Actualizado: 04 de diciembre de 2024 1:55 PM

PARÍSLa catedral de Notre Dame, que se reabrirá al público el domingo tras cinco años de restauración después de un devastador incendio, es una joya de la arquitectura gótica, un símbolo de París y una auténtica meca del turismo.

Pero tras la imponencia de la catedral, que tardó 182 años en construirse entre los siglos XII y XIV, se esconden historias sorprendentes. De mitos medievales a misterios modernos, he aquí cinco cosas especiales que hay que saber sobre este monumento emblemático de París:

El corazón de Francia, literalmente

La importancia de Notre Dame va más allá de su arquitectura e historia: es literalmente el punto de partida de todas las carreteras de Francia.

Frente a la catedral, incrustada en los adoquines, se encuentra una modesta losa de bronce y piedra con la inscripción «point zéro des routes de France«, que significa «punto de partida de las carreteras de Francia». Esta placa marca el punto de partida para medir las distancias entre París y otras ciudades del país.

Aunque la placa se instaló en 1924, la idea de una «zona cero» nacional data de 1769. El rey Luis XV imaginó una referencia central para la creciente red de carreteras de Francia, un concepto que vinculaba la geografía de la nación a su corazón en París.

El gran mito de las gárgolas

Esas terroríficas criaturas de piedra de Notre Dame pueden parecer antiguas, pero no todas son lo que parecen. Las gárgolas reales, que son canalones con forma de monstruo utilizados para drenar el agua de lluvia, existen desde la época de la construcción de la catedral. Pero las dramáticas figuras con forma de monstruo que suelen aparecer en postales y películas son quimeras, y son mucho más recientes.

En el siglo XIX, el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, encargado de renovar el edificio, entonces en ruinas, añadió estas criaturas para aumentar el misticismo de la catedral. Viollet-le-Duc se inspiró en el famoso libro de Victor Hugo »El jorobado de Notre Dame» para crear estas figuras demoníacas de animales con expresiones personificadas.

¿Cómo distinguirlas? Las gárgolas se asemejan a puntas horizontales que salen de la fachada y tienen agujeros en los picos para permitir el drenaje del agua.

La nave de la catedral de Notre-Dame de París se ve mientras el presidente francés Emmanuel Macron visita los interiores restaurados del monumento en París, el 29 de noviembre de 2024. (Sarah Meyssonnier/Pool vía AP)

Un cambio de imagen revolucionario

Durante la Revolución Francesa, en la que se produjeron oleadas de protestas contra la Iglesia, Notre Dame no fue tratada precisamente como una catedral venerada. En 1793, los revolucionarios la despojaron de sus símbolos religiosos y la rebautizaron «Notre-Dame de la Raison» (Nuestra Señora de la Razón).

En su lugar, la catedral acogió festivales que celebraban la ciencia y las ideas de la Ilustración, y durante un breve periodo de tiempo se utilizó incluso como almacén de vino.

Los servicios religiosos se reanudaron en 1795, y Notre Dame recuperó su condición sagrada por impulso del emperador francés Napoleón I, que celebró allí su coronación en 1804, inmortalizada en un famoso cuadro de Jacques-Louis David.

Los reyes decapitados que regresaron siglos después

En 1792, los revolucionarios también decapitaron 28 estatuas de la fachada de Notre Dame, confundiéndolas con monarcas franceses. En realidad eran antiguos reyes de Judá, antepasados bíblicos de Jesús. Las cabezas se creyeron perdidas para siempre, posiblemente destruidas o vendidas como materiales de construcción.

Esculturas medievales de jube de la catedral de Notre-Dame se muestran en la exposición «Hacer hablar a las piedras», en el Museo de Cluny, Museo Nacional de la Edad Media, en París, el 27 de noviembre de 2024. (Louise Delmotte/Foto AP)

Pero en 1977, unos obreros que renovaban un patio del distrito 9 de París descubrieron cientos de fragmentos de esculturas de piedra. Los expertos confirmaron que se trataba de las cabezas desaparecidas de los reyes de Notre Dame. Cómo acabaron enterradas allí continúa siendo un misterio.

En la actualidad, 22 de las cabezas se encuentran restauradas y expuestas en el Museo de Cluny de París. Su descubrimiento se considera uno de los hallazgos arqueológicos más notables de la historia moderna de la ciudad.

Una llamada de atención sobre el polvo de plomo

El incendio que en 2019 estuvo a punto de destruir Notre Dame reveló un grave riesgo para la salud. Cuando las llamas derritieron el tejado, toneladas de polvo de plomo tóxico se liberaron al aire y se esparcieron por todo París.

Un agujero se ve en la cúpula dentro de la catedral de Notre Dame después del incendio en París el 16 de abril de 2019. (Christophe Petit Tesson/Pool vía AP)

¿El problema? Las autoridades descubrieron que no había normas para medir el peligro del polvo de plomo en el exterior. Esto no fue solo un problema de París: ciudades importantes como Londres y Roma, e incluso la Organización Mundial de la Salud, no tienen pautas para la contaminación por plomo al aire libre.

El incendio de Notre Dame dejó al descubierto un problema oculto y obligó a las autoridades a revisar sus normas de seguridad. La ciudad tardó cuatro meses en completar una operación de limpieza a fondo de las aceras, incluso cuando turistas, residentes y comerciantes recorrían a diario las calles que rodean la catedral.

Por Tom Nouvian


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