El régimen de Nicolás Maduro utiliza al menos cinco trucos diferentes para evadir las sanciones internacionales y cumplir con el envío de petróleo a Cuba. Convertir barcos en «fantasmas» y en embarcaciones de guerra, transferir petróleo como contrabando, cambiar los nombres de los buques sancionados, y secuestrar a la tripulación, son parte de las medidas que el chavismo ha implementado.
A Estados Unidos se le ha complicado detener el flujo de crudo que Venezuela envía a la isla, pues la dictadura ha encontrado cómo burlarse de las sanciones y lograr su cometido.
Cuba es uno de los principales aliados de Venezuela, país del que recibe unos 100.000 barriles de petróleo cada día, a través de varios acuerdos de cooperación. La isla envía médicos, militares y funcionarios de inteligencia a cambio de que Maduro le envíe petróleo.
Entre tanto, el gobierno de Estados Unidos busca con sanciones interrumpir dichas relaciones comerciales para presionar aún más a la dictadura de Maduro y al régimen de Cuba.
Buques sancionados tienen otros nombres
Un artículo de Bloomberg revela que el régimen de Maduro está cambiando el nombre de los buques y les está apagando sus transpondedores para «desaparecerlos» de los radares y así puedan llegar a Cuba.
La embarcación Ocean Elegance, un petrolero que ha estado entregando crudo venezolano a la isla durante los últimos tres años, pasó a llamarse Océano luego de ser sancionado en mayo. El barco S-Trotter, otro que está en la lista de sanciones, ahora se conoce como Tropic Sea.
Lo mismo sucedió con el petrolero Nedas, el cual luego de ser sancionado en abril, realizó una entrega de incógnito a Cuba porque apagó su sistema de rastreo satelital. No se le hizo seguimiento durante 42 días, pero los informes de envío muestran que entregó petróleo a Cuba.
Según Bloomberg después de las entregas fantasmas, cambió discretamente su nombre a Esperanza. El Nedas ha entregado 2 millones de barriles de crudo a Cuba este año de acuerdo con los informes de envío.
Secuestro de tripulación
En una acción que podría calificarse de secuestro, el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) tomó por la fuerza el buque petrolero venezolano «Manuela Sáenz» el pasado 1 de mayo, para obligarlo a transportar petróleo a Cuba, contraviniendo las sanciones internacionales y las órdenes del presidente (e) de Venezuela Juan Guaidó.
El portal de noticias Infobae informó que los funcionarios de inteligencia decidieron sustituir al capitán del «Manuela Sáenz» cuando este se negó a llevar la nave a la isla, e intimidaron a la tripulación que había protestado ante la medida. Bajo amenazas, abordaron el barco, y de esta manera aseguraron el traslado de gasolina y diésel a la isla.
Barcos «fantasmas» y piratas
Tanto el Manuela Sáenz como el Nedas durante sus travesías para llegar a Cuba, apagaron los posicionadores satelitales para evitar que se conozca la ubicación, evadir las sanciones internacionales y evitar su detención.
De acuerdo con Miami Diario, la dictadura está usando piratas para transbordar petróleo a más de 30 buques extranjeros y así evadir la penalización del Departamento del Tesoro.
Asímismo, la estatal petrolera venezolana, PDVSA, le huye a embargos e incautaciones internacionales haciendo transferencias de crudo en altamar; una medida que se asemeja a la que utilizan los contrabandistas o narcotraficantes para eludir a la justicia.
El modus operandi de la empresa estatal es hacer una especie de relevo: transfiere en altamar los barriles de crudo a buques extranjeros que se dedican a llevar la carga a su destino, evitando así las incautaciones o sanciones.
Buques de guerra
Nicolás Maduro decidió convertir algunos buques petroleros en barcos de guerra tras custodiarlos con personal activo de la Fuerza Armada de Venezuela (FANB); esto ante la posibilidad de que Estados Unidos intente bloquear el envío de crudo a Cuba.
Los buques que utiliza la petrolera estatal PDVSA, algunos de ellos con bandera panameña, ahora estarán resguardados por militares venezolanos con armamento, preparados para enfrentar cualquier bloqueo.
Un correo electrónico enviado a los funcionarios de la FANB señala que la decisión se tomó «a fin de cumplir funciones de entrenamientos y custodia» de los buques.
De acuerdo con Hebert García Plaza, mayor general del Ejército, quien fue ministro de Nicolás Maduro, y ahora se encuentra en el exilio; la Operación Petróleo Soberano, cuenta con al menos 15 embarcaciones que tendrán el armamento militar reglamentario, y cada una contará además con 2 fusiles de asalto AK-47.
Este artículo fue publicado originalmente en PanAm Post.
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.
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